El nuevo presidente peruano, Pedro Castillo, asumió su cargo el miércoles, entre festejos por los 200 años de la independencia de Perú, y celebró el jueves una segunda ceremonia, en la Pampa de la Quinua, donde tuvo lugar la batalla de Ayacucho. Allí lo acompañó una multitud campesina e indígena que apoyaba con carteles su iniciativa de aprobar una Constitución plurinacional.
También ese día anunció las designaciones en diversos ministerios, y el nombramiento del legislador Guido Bellido como jefe de gabinete. Esta decisión generó críticas desde la izquierda y la derecha.
Bellido es un representante del ala dura del partido Perú Libre, por el que fue electo Castillo, lo cual fue leído como una forma de imponerse frente sus aliados, a quienes necesita en el Congreso. Además, es un dirigente cercano al fundador de Perú Libre, Vladimir Cerrón, que ha sido acusado de corrupción y que durante la campaña tuvo roces con el propio candidato a la presidencia. Por entonces, en declaraciones públicas, Cerrón descartó la posibilidad de que si Castillo ganaba las elecciones designara como ministro de Economía a su asesor económico Pedro Francke, un académico de izquierda moderada. Pese a que Castillo lo desautorizó en ese momento, hasta el viernes, el nuevo gobierno no tenía un ministro de Economía designado.
Otros motivos de críticas a Bellido fueron las declaraciones públicas que ha hecho sobre la organización armada Sendero Luminoso, por las cuales la Fiscalía investiga si incurrió en el delito de apología del terrorismo. A estos dichos se suman otros, homofóbicos y misóginos, que aumentaron las voces de rechazo a su designación, por ejemplo, la comparación del feminismo con un cáncer.
Si el Congreso no aprueba la designación de Bellido, el gabinete debe renunciar y Castillo tiene que nombrar a un nuevo jefe de gobierno. Si vuelve a ocurrir lo mismo, el presidente puede disolver el Congreso, como ya ha pasado en Perú.
El Partido Morado, del expresidente peruano Francisco Sagasti, pidió al Congreso que “no dé la confianza al gabinete” liderado por Bellido, “una persona que no cree en la democracia, los derechos humanos y la lucha contra la corrupción y el terrorismo”.
Por su parte, Nuevo Perú, de la excandidata a la presidencia Verónika Mendoza, reafirmó su apoyo al gobierno de Castillo y su “compromiso de seguir contribuyendo a la construcción de un Perú justo, libre, diverso y soberano, con igualdad de derechos para todxs, sin violencia ni corrupción”.
También ratificó su decisión de integrar el nuevo gabinete, donde Nuevo Perú está representado por Anahí Durand, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Durand es la única mujer entre los ministros de Castillo, además de la vicepresidenta Dina Boluarte, que además será ministra de Desarrollo e Inclusión Social.