“Cuando se retiren las aguas se visibilizará la dimensión de la tragedia”, dijo en un comunicado la presidencia de Alemania. El norte de ese país, que sufre crecidas frecuentes de los ríos, enfrenta estos días inundaciones que las autoridades califican como históricas. Hasta el viernes se habían confirmado 106 muertes por ese fenómeno, pero el gobierno de Angela Merkel prevé un número mucho mayor debido a que cientos de personas habían desaparecido. Los rescatistas intentaban el viernes encontrarlas.

Tampoco hay una estimación oficial de daños mientras el fenómeno está en curso, pero las consecuencias de las inundaciones incluyen destrozos en viviendas, calles, puentes, y zonas aisladas temporalmente por la caída de los servicios de telefonía y la imposibilidad de transitarlas.

Gobernantes regionales atribuyeron este fenómeno al cambio climático, de acuerdo con las agencias Efe y AFP. “Debemos hacer a Renania del Norte-Westfalia más preparada para responder a la crisis climática”, dijo el primer ministro de ese estado alemán, Armin Laschet. “Hay que avanzar hacia la neutralidad climática”, insistió. La titular del gobierno de otro de los estados del país, Renania-Palatinado, Malu Dreyer, dijo que “cualquiera que aún no haya entendido que el cambio climático tiene sus consecuencias no puede ser ayudado”.

La situación también afecta el sur de Bélgica, donde las inundaciones dejaron una veintena de muertos, además de cortes de energía eléctrica y destrozos. El primer ministro belga, Alexander De Croo, anunció que el 20 de julio será un día de luto para recordar a las personas que murieron en las inundaciones.