Las elecciones del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), que consagraron ganadora a la agrupación de izquierda Fosalba y a Zaida Arteta como nueva presidenta, estuvieron marcadas por una injerencia política “inédita” y “evidente”, según consideraron integrantes del propio gremio.
En diálogo con la diaria, una de las fuentes consultadas del SMU aseguró que hubo injerencia “incluso desde Torre Ejecutiva” y “en forma indecorosa” por parte de algunos diputados. Se refirió en forma explícita a la reunión que el presidente Luis Lacalle Pou mantuvo con integrantes de la alianza electoral Juntos ‒incluida su candidata, Verónica Pérez Papadópulos‒, que competía en la contienda electoral y que defendió la gestión de la pandemia que hizo el gobierno. La decisión del mandatario generó críticas desde la corriente oficialista, ya que el sindicato le había solicitado una reunión para hablar sobre la reducción de la movilidad como medida complementaria a las vacunas y nunca recibió respuesta. También reparó en la actitud de los legisladores colorados Felipe Schipani y María Eugenia Rosselló, quienes llamaron a votar por esta misma corriente opositora a través de Twitter. A esto debe sumarse que el presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Leonardo Cipriani, le negó una reunión al comité ejecutivo del gremio. “Quieren esta reunión porque es su manera de hacer un show político previo a las elecciones, y la verdad es que en ese juego no quiero entrar, ni tengo tiempo”, había dicho el jerarca a El País. Sin embargo, fuentes del SMU opinaron que, en definitiva, todas estas situaciones y “una campaña sucia, sobre todo, contra Arteta” terminaron incentivando “a más gente a votar”.
En estas elecciones, que se realizaron entre el miércoles 28 y el jueves 29, participó el 39,6% del padrón de habilitados y se registró un aumento en la cantidad de votantes de alrededor de 15%, con relación a los comicios anteriores. Además, el SMU destacó el movimiento que hubo en el interior del país. La repartición de cargos en el Comité Ejecutivo del SMU, compuesto por diez integrantes médicos y tres estudiantes, quedó conformada por cinco lugares para Fosalba, cuatro para la alianza Juntos y uno para Gremialismo Auténtico –en el orden médico–; dos cargos para la corriente de izquierda Asociación de Estudiantes de Medicina –alineada a Fosalba– y uno para Independientes por el cambio.
Otra de las fuentes del SMU consultadas por la diaria aseguró que la injerencia del sistema político en las elecciones fue “totalmente ignorada” porque la mira estaba puesta en la situación sanitaria que vivía el país y en la protección de los médicos y médicas. “No nos parecía que el país estuviera en una situación para discutir estas cosas, ni tampoco le hace bien al sindicato”, reflexionó. “Cada agrupación decide cuál es su estrategia”, aseguró. Dijo, además, que en la interna no se hizo un análisis sobre lo sucedido porque había otros temas más importantes para evaluar que una coyuntura electoral que iba a pasar. “De hecho pasó y no sucedió nada”, sentenció.
La fuente consultada del SMU consideró que cada uno tiene derecho a reunirse con quien sea y de participar de la forma que sea. Añadió que la relación de la organización del sindicato médico con las autoridades de gobierno tiene que ser la misma. “No se debería debilitar por afinidades o reuniones que puedan tener algunos integrantes”, manifestó. “La libertad de reuniones está bien, el tema acá es que hay representantes de una organización sindical y representantes del gobierno para llevar adelante negociaciones como se ha hecho a lo largo de la historia del país”, puntualizó. “No creo que esto mejore ni empeore la situación”, analizó.
Otro de los integrantes del gremio consultados coincidió en que estas fueron las elecciones con más participación “extrasindical”, pero acotó que habrá que esperar para ver si esta injerencia tendrá alguna consecuencia. “Con todos vamos a tener que tener un diálogo y ahí recién se verá si hubo algún beneficio o algún perjuicio para el sindicato”, señaló.
Líneas de trabajo
En entrevista con la diaria, Arteta aseguró que ahora “es tiempo de concentrarse en el bienestar” de los médicos y de las médicas. “La campaña ya pasó y el vínculo del SMU con el sistema político debe seguir, cada uno desde su rol institucional”, enfatizó. En esta línea, dijo que promoverán “todos los diálogos necesarios para defender los derechos” de los trabajadores, la calidad asistencial y la salud de la población.
Ser la segunda mujer que ocupará el cargo de presidenta del sindicato “es un orgullo y un desafío”, reconoció. Graciela Dighiero ya lo había hecho entre 1989 y 1990 aunque por un período menor a un año, luego de que el presidente de ese entonces renunciara. “Estamos construyendo un espacio genuino de trabajo feminista por la equidad”, contó. “El trabajo médico, las estructuras y el gremio son frutos de la cultura patriarcal de años y no nos está resultando simple, como no lo es ninguna lucha que haga tambalear el poder para dar equidad”, confesó. Pero recalcó que ser mujer y ser presidenta es representar a la mayoría del colectivo médico, porque la mayoría son mujeres.
Entre las principales líneas de trabajo, afirmó que seguirán trabajando en algunas propuestas que ya tienen en curso y en otras que representan un desafío. Entre ellas enumeró: los derechos laborales para los médicos tercerizados, el salario de los residentes, la equiparación público-privado, la creación de cargos y funciones de alta dedicación (como se le llaman en ASSE) y la licencia maternal por seis meses en todo el sistema de salud para las médicas.
Primera presidenta del SMU
Dighiero fue la primera presidenta del SMU entre 1989 y 1990. Pese a que encabezaba la lista de Fosalba, ya había un acuerdo para que el presidente fuera Alberto Cid y la vicepresidenta Dighiero. Pero a los seis meses Cid renunció y fue entonces que ella quedó como máxima representante del sindicato. En ese entonces, el país estaba gobernado por Luis Alberto Lacalle. Dighero, que ahora tiene 79 años, recordó que su relación con las autoridades nacionales siempre fue “cordial”. “Recuerdo que Lacalle nos recibió en el edificio Libertad. En general, se nos respetó como agremiación médica”, comentó, y añadió: “No había esa puja de ahora, eso antes no pasaba”. Contó que la mayor problemática que atravesaron en esa época fue porque el gobierno no les quería entregar información sobre los médicos militares que habían participado de las torturas en la dictadura. Ya dejando de lado los recuerdos, expresó que se siente feliz de que otra mujer haya sido electa en el SMU. “Es un buen camino que las mujeres sean consideradas”, recalcó. Rememoró que cuando ella militaba en la Facultad de Medicina y era consejera por el orden de egresados, Arteta era representante del orden estudiantil. “La conozco mucho”, sostuvo.