Pocas horas después de haber asumido la presidencia peruana, Pedro Castillo ya se encuentra frente a su primera crisis política.

La designación de Guido Bellido como presidente del Consejo de Ministros fue considerada un movimiento inapropiado del flamante mandatario, que cosechó críticas desde la derecha, pero también desde la izquierda.

El nombramiento de Bellido fue leído políticamente como una concesión directa a Vladimir Cerrón, quien es el líder y principal ideólogo del partido Perú Libre e incluso varios de los 37 legisladores del sector responden directamente a él y no al mandatario.

De acuerdo a la legislación peruana, el gabinete de ministros debe ser confirmado por la mayoría simple del Congreso, es decir, por al menos 66 de los 130 representantes que conforman el órgano unicameral. Si en una primera instancia el Ejecutivo no logra que se apruebe su gabinete, el presidente debe conformar otro, que se vuelve a someter a la voluntad del Legislativo. Si nuevamente el Congreso rechaza este segundo gabinete, el presidente tiene la potestad de disolver el Parlamento, pero no parece ser este el camino por el que irá Castillo.

Por lo pronto, el presidente está recibiendo enormes presiones para retirar a Bellido, quien es criticado por su perfil, poco afecto al diálogo, cuando precisamente una de las principales tareas del presidente del Consejo de Ministros es ser un articulador entre el Ejecutivo y el Congreso. Varios partidos de derecha ya anunciaron que no aprobarán a un gabinete presidido por Bellido e incluso sectores de izquierda también se mostraron críticos respecto de esta nominación.

En este sentido, la prensa peruana informó que este domingo Bellido se reunió con la bancada de Perú Libre, en el primero de los encuentros que mantendrá con todos los grupos políticos antes de la votación en el Congreso, con la intención de ser ratificado en el cargo. El martes, Bellido se encontrará con los legisladores de Acción Popular, partido centroderechista que en la primera vuelta tuvo como candidato a Yonhy Lescano, quien ya expresó que “es vital que Bellido explique sobre la apología al terrorismo para el voto de confianza”.

Contra Bellido, un ingeniero eléctrico de 41 años nacido en Cusco, en este momento pesa una investigación judicial por apología del terrorismo, luego de haber realizado un homenaje en sus redes sociales a Edith Lagos, una exintegrante de Sendero Luminoso, y tras no haber condenado en declaraciones televisivas el accionar de la organización maoísta.

Además, de acuerdo a lo que informó el portal Ojo Público, Bellido ha sido blanco de críticas por publicaciones realizadas en sus redes sociales atacando al exministro de Vivienda Carlos Bruce por ser homosexual y también por sus reiterados comentarios misóginos. En diciembre de 2018 Bellido publicó en su cuenta de Facebook que “la mujer es tan destructiva y despiadada a la hora de mezclar sus rencores y egoísmo”. En 2019 en la misma red el presidente del Consejo de Ministros compartió un texto que llamaba a quemar libros escolares por promover un enfoque de género. El año pasado, el político compartió una publicación que comparaba el feminismo con “un cáncer”, y puso como ejemplo de “liberación femenina” a Carlota Tello Cuti, la camarada Carla, una conocida militante de Sendero Luminoso.

La designación de Bellido también generó resistencias dentro del propio gabinete y el ministro de Economía nominado por Castillo, Pedro Francke, sin mencionar al presidente del Consejo de Ministros, dejó clara su postura contraria a su ideología, defendió la idea de separar al gobierno del partido Perú Libre y condenó el accionar de Sendero Luminoso.

“Desde el gabinete defenderemos la necesidad de tener una separación clara entre el gobierno y el partido, reconociendo que este es una base política indispensable siempre que la apuesta sea concertar y fortalecer la democracia”, escribió Francke.

“Asimismo, lucharé por la igualdad de oportunidades sin discriminación de género, identidad étnica u orientación sexual. Combatiré la homofobia y apoyaré una lucha firme contra el senderismo asesino”, agregó el funcionario.

Francke, un experimentado economista de 60 años, ya ocupó cargos públicos durante los gobiernos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala y en la primera vuelta de las recientes elecciones trabajó junto a Verónika Mendoza, la candidata de la coalición izquierdista.

Al quedar fuera de carrera Mendoza, en el balotaje Francke asesoró a Castillo, elemento que sirvió para tranquilizar a vastos sectores políticos y económicos del país, temerosos de un brusco giro hacia la izquierda que pudiera incluir estatizaciones de empresas o expropiaciones, algo que el propio presidente Castillo desestimó en su discurso de asunción.