A partir de este año, la Comisión Especial de Derechos Humanos, Equidad y Género del Senado, en la que se están tratando los proyectos de ley de paridad y de regulación del acceso de mujeres y disidencias a espectáculos patrocinados por el Estado, comenzará a ser una comisión permanente. La iniciativa surgió de la senadora frenteamplista Silvia Nane, quien presidió la comisión durante 2022, y fue aprobada en noviembre con el apoyo de todos los partidos.

De acuerdo a lo expresado por la legisladora, este cambio permitirá abarcar determinados proyectos de ley que hasta el momento eran tratados en la Comisión de Constitución y Legislación “con una visión totalmente normativa”, que impedía analizarlos “desde otros puntos de vista”. Con esta resolución, la comisión podrá involucrar más al Parlamento, trabajar de forma integrada con la Cámara de Diputados e incorporar una nueva perspectiva de derechos de forma transversal. Para Nane, “hay que ponerles una pata de control legislativo a las políticas de género”, que por el momento es inexistente, así como tampoco se genera un “trabajo en conjunto”. La causa puede ser que no existen los ámbitos para eso; en ese sentido, la legisladora apunta a la búsqueda de espacios y herramientas para crearlos.

Participación

“No es un proyecto de ley exclusivo o pensado para las mujeres”, dijo la senadora nacionalista Gloria Rodríguez, en referencia al proyecto de paridad que presentó en marzo de 2021. La iniciativa, denominada “Participación política paritaria de personas de ambos sexos en la integración de los órganos electivos nacionales, departamentales, municipales, de dirección de los partidos políticos y en el Parlamento del Mercosur”, busca instalar un sistema de orden alternado y secuencial de personas de género masculino y femenino en cada lista, tanto de titulares como de suplentes. Según su impulsora, aunque usualmente se lo concibe como un plan que sólo beneficiará a las mujeres, es importante recordar que apunta a la paridad y que si en algún momento se presenta una situación en la que los varones son minoría, la ley “se va a aplicar de la misma forma”.

Rodríguez agregó que, independientemente de su origen, la iniciativa responde a “un sentir general” compartido por hombres y mujeres de todos los partidos. Consultada sobre la existencia de otros proyectos vinculados a la igualdad de género, dijo que en la actualidad están “totalmente abocadas a este porque puede cambiar sustancialmente, como cambió en su momento la ley de cuotas”. “Sabemos que la ingeniería electoral de nuestro país es compleja y no podemos dejar claroscuros para que la discusión termine por otro lado”, concluyó.

Por su parte, Sandra Lazo, del Frente Amplio, impulsora junto a Rodríguez del proyecto que busca regular la participación de mujeres y disidencias en los espectáculos patrocinados por el Estado, destacó la importancia de aprobar este tipo de iniciativas, en las que varios países de América Latina y el Caribe “nos llevan una ventaja importantísima”. La senadora recordó que la paridad fue incorporada en las elecciones internas de su partido, y dijo que se trata de medidas fundamentales para “reflejar en lo político la realidad nacional desde el punto de vista poblacional y de género”.

Además, Lazo comentó que durante los últimos días se trabajó especialmente en la situación de las mujeres y disidencias de la música uruguaya, quienes se enfrentaron “una vez más” a la realización de eventos patrocinados con fondos públicos en los que no se contemplaba ni la paridad ni un porcentaje mínimo de su presencia en los escenarios. “Cuando hablamos de ley de cuotas en los escenarios nacionales, particularmente en aquellos que tienen fondos públicos, estamos hablando de trabajo, nada más y nada menos”, señaló la senadora, que subrayó que la problemática tiene varias aristas aparte de la representatividad.

Voces

“Hay voces diversas. No se ha discutido todavía a la interna del partido, pero hay muchas personas que estamos a favor”, manifestó Carmen Sanguinetti sobre el proyecto de ley de paridad. La senadora colorada coincidió con Lazo en la reflexión sobre lo “rezagado” del tema en relación con otros países del continente y dijo que si se espera a que la ausencia de mujeres en el Parlamento se resuelva de forma natural, pasarán “muchísimos años” antes de alcanzar la representación que se debería tener.

Más allá de las listas, Sanguinetti destacó que “la actividad política tiene unas barreras de ingreso altísimas y está pensada por hombres, para hombres”, aspecto que se observa en los horarios y la duración de los encuentros, incompatibles, entre otras cosas, con la crianza de niños pequeños. “Por supuesto que el Parlamento es un espacio donde se tiene que hablar y discutir, y está bien que así sea, pero la realidad es que si nos sinceramos estamos muchísimas horas en las cuales nadie escucha a nadie”, expresó. En consecuencia, para mejorar la participación de las mujeres en la política hay que ser “mucho más audaces a la hora de denunciar la manera en la que se trabaja”.

Por último, Niki Johnson, doctora en Ciencia Política especializada en representación política y género, recibida por la comisión en octubre, conversó con la diaria sobre los argumentos “falaces” de quienes se oponen a la aprobación de este tipo de leyes. Según la docente de la Universidad de la República, la idea de que a partir de estos sistemas se irá coartando la libertad del elector “suena muy bien porque nadie quisiera ser acusada de eso”, pero “la realidad del sistema electoral uruguayo es que el elector no tiene libertad”, en comparación con otros países, en los que el voto no es obligatorio o los votantes pueden elegir a sus candidatos dentro de cada lista. En el proyecto de ley de paridad, la obligación implica una diversificación que les da la posibilidad a los electores de “elegir representantes más diversos de lo que los partidos políticos solos están brindando”.

Johnson también se refirió a los planteos de quienes dijeron que con estas medidas “las mujeres sienten que se les regala algo” y opinó que eso “desprecia” las capacidades que ellas tienen para ocupar determinados lugares. La politóloga manifestó que durante su visita observó que todas las senadoras hablaron a favor del proyecto y que “hay apoyo”, pero que, dado el tiempo que ha pasado y que se aproxima un año electoral, le resulta “bastante difícil” que se concrete la aprobación.