“Además de pasado y presente, una fuerza política es sobre todo futuro”, reza uno de los primeros párrafos de la propuesta de bases programáticas que el Frente Amplio (FA) se dedicará a discutir este fin de semana en su VIII Congreso Extraordinario. Durante la apertura, en el Palacio Peñarol, estas tres cuestiones estuvieron sobre la mesa. El pasado, en el homenaje al expresidente Tabaré Vázquez –cuyo nombre lleva el Congreso–; el presente, en las oratorias, y el futuro en el librillo que se repartió con las bases programáticas impresas.
El FA se enfrenta, con relación a esto último, a la pregunta de qué futuro quiere construir, luego de una derrota electoral y una muy discutida autocrítica. En su discurso, el presidente de la fuerza política, Fernando Pereira, señaló que el FA se ha comprometido “a cambiar el Uruguay” y a partir del sábado –cuando funcionarán las ocho comisiones– “los y las frenteamplistas van a llevarlos adelante”. “Las decisiones individuales de cada uno de nosotros tienen causas sociales, porque tienen que ver con el futuro de todos los uruguayos y uruguayas”, y a partir del domingo “vamos a poner a disposición nuestro programa pero también al próximo presidente”, agregó Pereira, con referencia a que en el congreso también se terminarán de aprobar las cuatro precandidaturas de cara a las elecciones internas.
Pereira apuntó además que “cualquier gobierno de derecha se sentiría acomplejado cuando se compara con los gobiernos del FA”, e ironizó sobre el cruce entre el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y el precandidato frenteamplista, Yamandú Orsi: “Están un poco nerviosos, preocupados por los modales, se ve que no están viendo las sesiones del Senado”.
“Se ve que están preocupados porque 12 encuestas consecutivas le dan al FA por encima del 42%”, apuntó Pereira, y recordó –como suele hacer– los escándalos en los que se vio envuelto el gobierno en el último año. “Yo si fuera ellos también sentiría vergüenza”, agregó. Lo que le preocupa a Pereira, según sus propias palabras, “es que crean que al FA lo pueden callar, y al FA no lo calla nadie; lo diremos con respeto, con rigor, después de haberlo estudiado”, pero “ni nos callaron ni nos van a hacer callar”.
Pereira indicó que en la autocrítica del FA se apuntó que no fue tomado en cuenta “el humor social”, lo que llevó a una derrota electoral que sometió a Uruguay a “los peores cuatro años de gobierno de los últimos 19 años”. De esto, indicó, el FA aprendió que se debe “gobernar con la gente y para la gente”.
Por eso, aseguró, “el año que viene va a haber 500 comités de base abiertos en cada rincón del país, gestando la victoria popular con la gente y desde la gente”, y agradeció a “los más de mil compañeros y compañeras que participaron en la comisión de programa coordinada por Álvaro García y Ricardo Ehrlich”.
“Yo entiendo que la derecha no pueda comprender que un programa se construya con más de mil cabezas, que no pueda entender que mañana [en referencia a este sábado] más de mil uruguayos y uruguayas van a estar discutiendo para mejorar este programa”, remarcó Pereira, y destacó que en el FA tuvieron “un largo tiempo para reformar y para revitalizar nuestros principios y nuestros valores”, al tiempo que dejó entrever lo que quizá será uno de los caballitos de batalla del FA en la campaña: “Si gana el FA, va a reformar la ley de seguridad social, porque no se banca una ley que caiga sobre la espalda de los trabajadores y trabajadoras, nos hemos comprometido a trabajar por la seguridad pública, con los expertos, con el resto de los partidos”.
Al referirse a Tabaré Vázquez, Pereira aseguró que el expresidente estaría “feliz de saber que el FA no está volviendo, [sino que] nunca se fue: acá estuvimos para aguantar las ollas populares, para mantener los comités de base abiertos”. Vázquez, según el dirigente, “fue de esos líderes increíbles, porque juntaba el líder electoral, el líder político y el gobernante en una misma persona”. Recordó a su vez que así como “asumió el 1° de marzo”, el 1° de mayo “estaba convocando a los consejos de salarios, dos meses después de haber asumido se convocaban 320 mesas de negociación colectiva”.
“Además de todo esto, Tabaré era un gran médico”, continuó Pereira, que le agradeció “haber dejado de fumar en el año 2005”. “Hay historias personales de cientos de compañeros del humanismo que tuvo en su tarea de médico, en la forma en que se llevaba con sus pacientes”, y en este sentido, concluyó: “Pensaba en su humanismo, pero también en el humanismo colectivo”.
Nin Novoa: Vázquez “es fuerza, es valor, es realismo y es acción”
Parte del homenaje a Vázquez también estuvo a cargo de quien fue su primer vicepresidente, Rodolfo Nin Novoa, quien lo definió como “un hombre extraordinario” por “su sensibilidad” así como por “su compromiso con el país y con toda la gente”. Nin Novoa recordó algunos mojones de ambas presidencias de Vázquez, para señalar que fue uno de los presidentes “que hacen cosas que después de 50 o 100 años nadie las discute”.
En la misma línea que Pereira, señaló que “el gobierno actual tiene un gran complejo de inferioridad con los gobiernos del FA, y es por ese complejo que le echan la culpa de todo lo que pasa al FA, la culpa de sus fracasos, de sus errores, de sus inoperancias y de sus papelones”.
“El 28 de febrero de 2020, Tabaré nos dijo ‘no te rindas’. El nunca se rindió, fue el único compatriota dos veces presidente que en su juventud trabajó para poder estudiar, en almacenes, en carpinterías y repartió diarios, que hizo la carrera de médico en seis años”, continuó Nin, que llamó, de todas formas, a no tener “una mirada solamente nostálgica”, porque Vázquez “es fuerza, es valor, es realismo y es acción, como quedó demostrado; Tabaré es un compromiso que tenemos todos para que el 1° de marzo de 2025 un ciudadano o ciudadana frenteamplista reciba la banda presidencial”, concluyó.
Vicepresidenta del FA: “Abrir un nuevo proceso de transformaciones”
A su turno, la vicepresidenta del FA, Verónica Piñeiro, marcó que no se puede “entender el sistema de salud y su impacto sin la reforma del Sistema Nacional Integrado de Salud”, ni “la construcción de bienestar sin el plan de equidad, un sistema de transferencias monetarias, un diseño de políticas de bienestar”.
Para la dirigente, “si durante este gobierno” no hubiera existido la “negociación colectiva” ni “el empoderamiento de los trabajadores” que se dio durante los gobiernos del FA, “el retroceso salarial hubiera sido aun mayor”.
“Hoy no podríamos entender la educación pública sin el Plan Ceibal, ese fue el legado de Tabaré Vázquez y el FA para Uruguay”, que será “valorado con el paso de los años”, según Piñeiro.
“El FA logró algo que ningún otro partido ha logrado: 50 años de unidad de la izquierda, somos un partido de militantes que están presentes en cada barrio, en cada pueblo, militantes que hoy están aquí y que discuten línea a línea, párrafo a párrafo el programa” y, al mismo tiempo, “sintetizan el intercambio” que se dio “a lo largo de seis meses en comités de base a lo largo y ancho del país”.
Esto, aseguró, “muestra al FA como lo que es: una fuerza programática, democrática y unitaria” que elabora “el programa en un proceso que incluye a todas y a todos”. “La actualidad es desafiante en muchos sentidos para el FA, pero por más desafiante que sea, si construimos con democracia y unidad, está asegurado nuestro futuro”, sentenció.
El período electoral que comienza en 2024 será “una oportunidad de abrir un nuevo proceso de transformaciones”, porque al FA, de acuerdo con Piñeiro, “no lo mueve ganar una elección o sacar a alguien del gobierno, lo mueve la vocación de transformar al Uruguay”, con “candidaturas que son la expresión de una generación de recambio”.