“Natural” es la palabra que surge de los labios de los frenteamplistas cuando se les pregunta por el recambio generacional en la fuerza política. Si bien las elecciones nacionales de 2019 fueron una muestra de que el proceso estaba en marcha, en los últimos cuatro años, el fallecimiento de liderazgos históricos, como el de Tabaré Vázquez, Mariano Arana y Danilo Astori, y el retiro de la actividad parlamentaria de José Mujica, Lucía Topolansky y Enrique Rubio, han hecho más evidente que una generación está de retirada, mientras otra, que en épocas preelectorales se expresa en una precandidatura o un liderazgo, toma la posta.
Sin embargo, los nuevos liderazgos tienen a su vez más de cuarenta años, y hay toda otra generación que comienza a ocupar espacios desde las bases, que tiene menos años y diferentes formas de ver el mundo y la política. Es en este encuentro, entre viejos dirigentes que se van, nuevos que aparecen y una juventud que –según sus propias palabras– viene “con una pisada distinta”, que el Frente Amplio (FA) atraviesa un proceso “natural”, sí, pero en el que también deberá buscar síntesis a seis meses de las elecciones internas.
Pasado y futuro
Clara Romano integra la Juventud del Frente Amplio (JFA) y cuando se le pregunta por el concepto de renovación política dice sentir “nostalgia” tanto por “los que se van como por los que se retiran”, pero también agrega que está presente la idea de “un cambio de era”. “La juventud no está únicamente para militancia de propaganda o de relleno en las fotos, sino que está tratando de ser una juventud propositiva, militante”, que viene “con una pisada distinta, no tanto en lo que se plantea a veces de si los jóvenes tienen que discutir solamente cosas para jóvenes”, afirma.
A entender de Romano, el FA es “una fuerza que tiene que ser superadora y construir síntesis siempre a través de la transformación” y, en este sentido, advirtió que “nunca es suficiente”. “Hoy en día tenemos direcciones políticas en las que hay jóvenes, pero sin duda tienen que seguir creciendo y fomentando su participación en toda la estructura, no solamente la dirección”. Por eso, el énfasis que hoy tienen los jóvenes frenteamplistas “es a nivel territorial y a nivel de base”, por entender que los comités de base “son un organismo en el cual hay que incidir, estar, hacerse presente y también construir”.
Para el exsenador Enrique Rubio, uno de los pocos firmantes vivos del acta fundacional del FA y que hace menos de un mes dejó su banca en la Cámara Alta, el recambio generacional “es prácticamente generalizado”, y se lo puede ver tanto “en la elección de Fernando Pereira como en el Parlamento y en las precandidaturas”.
De “todo ese elenco” comenzará a surgir “un cierto destaque de figuras que van a cumplir un rol importante”, pero deberá primar “la búsqueda de unidad y entendimientos como manera de sustituir liderazgos naturales que ejercían un enorme poder de cohesión”. De esta forma, “va a jugar más el factor equipo, aunque tenga muchas veces disonancias y ruidos de diverso tipo, que se incrementan en momentos preelectorales”.
Más allá de los liderazgos plus 40, Rubio analizó que los más jóvenes, hoy en día, tienen “un vínculo mucho más fuerte con las causas que con lo que puede ser entidades partidarias o entidades colectivas”. Se trata de un fenómeno propio de “una cultura ya incorporada” y, por eso, “entender a los más jóvenes” significa darles una “participación en la actividad política y cultural en general” para que transmitan su modo de ver la realidad”, porque “a los jóvenes los entienden los jóvenes”.
Pereira: “los recambios son con legados”
“Todos sentimos una orfandad importante”, resumió a la diaria el presidente del FA, Fernando Pereira. Las muertes y los retiros de “liderazgos históricos” suponen “la necesidad de un recambio”, pero también ponen de manifiesto “la necesidad de hacer valer esos legados” porque “los recambios son con legados”.
“Hoy estamos en el proceso de la construcción de liderazgos claramente potentes, en la construcción de un partido que está en condiciones de volver a ganar, y eso en apenas cuatro años”, aseguró Pereira.
Para el presidente, además, hay una “voluntad” del FA de formar “nuevas generaciones de militantes” y por eso también se trata de “un proceso de renovación más complejo que otros, porque quienes asumimos los liderazgos en los distintos lugares también tenemos que ir preparando nuestros relevos”.
Esta renovación, a su vez, trae “muchos” cambios en las lógicas de hacer política, valoró Pereira. Por ejemplo, hoy en día “hay un feminismo potente que ha sido revolucionario” y “ha enriquecido” al “seno del progresismo” por ser –a su entender– “uno de los movimientos más desafiantes si uno sabe escuchar y si también uno se anima a cambiarse a sí mismo”.
Las precandidaturas
El intendente de Canelones, Yamandú Orsi; la de Montevideo, Carolina Cosse; el de Salto, Andrés Lima, y el senador Mario Bergara son los cuatro nombres que el FA definió como precandidatos a la presidencia, y los cuatro, por ende, son vistos como figuras protagónicas del recambio.
Al ser consultado por la diaria, Orsi hizo hincapié en la “naturalidad” con la que se lleva “un proceso de renovación generacional”, que es parte de “un cambio de época”.
A diferencia de “los 60 y los 70”, hoy “la muchachada dice que no lee y, sin embargo, sí lo hace, pero por redes sociales”. Para Orsi, tener esta mirada diacrónica da la pauta de que “los cambios no cesan”, pero “antes de enojarse hay que entender” que “además del siempre presente mano a mano con la gente en cada pueblo, villa y ciudad” y “los medios tradicionales de comunicación”, están “las redes sociales”, que actúan “como un escenario donde se definen muchos pleitos electorales”, pero a veces tienen “la mentira y el odio como condimento central”.
Es por eso que, según el intendente, se debe mirar hacia “las miles y miles de personas que se identifican con la izquierda que participan y se movilizan en expresiones ciudadanas que trascienden el marco, sin duda trascendental e insustituible, de los comité de base”.
Para Cosse, “la garantía de la vitalidad de una organización es que lo único permanente sea el cambio”, por lo que la renovación generacional “es saludable”, y ese proceso, dijo a la diaria, se ve en quienes hoy son precandidatos. “Hemos sido oposición, hemos sido gobierno, y ahora nuevamente oposición en lo nacional”, con “roles de gestión e incluso legislativos”, apuntó.
“Es decir, hay mucha experiencia acumulada, tanto en quienes el FA eligió como candidatos como en centenares de frenteamplistas que han sido parte de los diferentes gobiernos nacionales y departamentales”, con algo “que no cambia” que es el “sistema de valores humanistas” y los “principios” del FA.
Para Bergara, así como Seregni “tuvo un rol fundamental en la construcción del FA, en atravesar las primeras etapas, en atravesar la dictadura y su salida”, la “tríada posterior” de Vázquez, Mujica y Astori lo tuvo “en hacer crecer al FA, llevarlo al gobierno y gobernar para el bien del pueblo uruguayo”. Ahora “por diversas razones, sobre todo biológicas, ha ido quedando al desnudo la necesidad de una renovación, que no es sólo una renovación de nombres, ni de líderes”, sino que es “de ideas, es programática, es ideológica”, agregó.
A propósito de lo programático, según Bergara, “el FA hoy tiene una postura más moderna, más pragmática”, porque tras 15 años de gobierno “quedó claro que uno debe gobernar con un comando de botones bien complejo y no con dos botones con base en eslóganes”. Asimismo, lo que ve como una “nueva estructura” de liderazgos “no necesariamente es la réplica de la anterior”.