El último fin de semana de mayo fue clave en los posicionamientos que desde hace meses los sectores que componen el Frente Amplio (FA) vienen procesando respecto de los futuros contendientes de las elecciones internas de 2024. Con la definición del Partido Comunista del Uruguay (PCU) y Asamblea Uruguay (AU) de impulsar a la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, y al senador Mario Bergara, respectivamente, las dos precandidaturas cantadas que hasta ahora no se proclamaron se afianzaron y se consolidó el menú que posiblemente tendrá sobre la mesa el Congreso frenteamplista de diciembre, donde también aparecen Yamandú Orsi y Andrés Lima.
¿Cuáles son las debilidades y fortalezas que proyecta cada uno de los cuatro? ¿Cómo se asemejan y se diferencian entre sí? ¿A qué electorado buscarán convencer? Sobre estas preguntas y otras conversaron con la diaria los doctores en Ciencia Política Daniel Buquet y Diego Luján, docentes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República e integrantes del Sistema Nacional de Investigadores.
Interna “competitiva”
Para Luján, las cuatro candidaturas que están a la vista componen “un abanico lo suficientemente amplio como para abarcar las sensibilidades” que integran el FA y, a su entender, “tienen la virtud de ayudar a ordenar un poco el espacio de la interna del FA”, que considera “hiperfragmentado artificialmente” por la atomización de agrupaciones con fines electorales o “personalistas”. En ese sentido, señala que en el caso de Cosse “es muy probable que el Partido Socialista (PS) también” anuncie su apoyo, con lo cual se alinearía con el PCU, ambos sectores fundacionales de la coalición de izquierda y del ala más ortodoxa.
“Algo parecido podría estar sucediendo con el caso de Bergara, en el que esta construcción relativamente nueva que surgió como tal, en principio, para las internas del FA [la Convocatoria Seregnista-Progresistas], parecería estar confluyendo nuevamente”, continuó, y dijo que con Orsi podría pasar lo mismo, a raíz del apoyo central del Movimiento de Participación Popular (MPP). A su entender, “la opción que hizo el PCU, si bien era la más esperable, de alguna manera contribuye a mantener ciertos equilibrios, por lo cual en principio aparece una interna más competitiva, lo cual es bueno para cualquier partido”.
Bergara “es el que trae una línea de continuidad mayor con esta tradición que tiene el FA desde su origen, que es una tradición socialdemócrata que tiene detrás los apoyos seregnistas, del Partido Demócrata Cristiano –fundador histórico del FA–; posiciones programáticamente de izquierda pero a su vez con una buena llegada a pensamientos moderados”, continuó Luján.
Sin embargo, el politólogo señaló que prevé una elección definida no sólo por los “posicionamientos ideológicos”, sino particularmente marcada por los personalismos. “El FA es un partido ideológico, es un partido de izquierda, programático, pero me da la impresión de que empiezan a jugar de manera crecientemente importante las características personales de los candidatos”, analizó Luján, y expresó que, desde ese punto de vista, “hay ciertas adhesiones, o, por el contrario, rechazos que están más fundados en las figuras”. Por ejemplo, planteó que “quién es más duro con el gobierno parece ser otro clivaje que se mete” en el análisis, más allá del ideológico.
Izquierda ortodoxa, “ambigüedad” y astorismo
Buquet coincidió en que “la oferta es amplia”, aunque lamentó que en cuatro candidatos haya solo una mujer. En un análisis ideológico-sectorial, indicó que Cosse encontró el respaldo de la izquierda “más ortodoxa; socialistas y comunistas, básicamente, que es casi la izquierda fundacional del FA”. Si bien el PS aún no oficializó su respaldo a Cosse, Buquet consideró que ahora “no les queda otra opción” porque la candidatura se fortaleció con el apoyo expreso de los comunistas.
Un poco más al centro en el espectro ideológico Buquet ubicó a Orsi, el candidato del MPP, “que no es una vertiente fundacional del FA, sino que deriva de los tupamaros, pero que se convirtió en el grupo más importante del FA en este siglo, un poco atrás del carisma de [el expresidente José] Mujica”, y que calificó como “un grupo más ambiguo en términos ideológicos”. “Muchas veces hay una tendencia a ubicarlo en el ala radical del FA, pero yo creo que eso es más por el origen guerrillero que por su orientación programática actual o de los últimos años”, reflexionó.
Buquet sostuvo que ve a Orsi “buscando parecerse a Mujica, hasta usando un tono paisano para hablar; distinto, porque no es que lo imite, pero me parece que busca ese tono chacarero, que le viene bien porque es intendente de Canelones, y no le queda falso, pero me parece que lo trabaja”. También dijo que ve una similitud con el líder emepepista en que “es de hacer afirmaciones genéricas y muestra un perfil de cierta apertura, de diálogo, de cordialidad política; no es un confrontador permanente”. En ese sentido, planteó que “se diferencia de Cosse o de Fernando Pereira, que es la voz oficial del FA y es más peleador”, y que Orsi “posiblemente es un candidato con muy poco rechazo”.
“Después tenés a Bergara y terminás de recorrer el espacio ideológico: yo creo que Bergara representa bien lo que en su momento fue el astorismo y es casi su sucesor natural, sólo que le costó mucho armar este espacio seregnista [en referencia a la Convocatoria] y que le avalara la candidatura”, recordó.
Fortalezas y debilidades
Buquet consideró que en términos de retórica “Bergara es un tipo muy firme”, aunque “tal vez su discurso no es encantador”, como “tampoco” es el de Cosse. En esa línea, planteó que “tal vez Orsi tenga algo más de encantador”, aunque tiene sus dudas en cuanto a su capacidad argumentativa. “Yo a Bergara lo veo muy firme en el desarrollo de ideas y específicamente en términos de debate, de defensa o cuestionamiento de una posición. Cosse es muy firme, pero tal vez un poco más dura que Bergara en el sentido de su capacidad de desarrollar los argumentos. El que me genera más dudas es Orsi en ese terreno”, analizó, y puso el ejemplo de un hipotético debate presidencial, en el que se ponen a prueba estas cualidades. En cuanto a Lima, consideró que “se expresa bien” y “tiene claridad conceptual”, pero resaltó que lo ha “escuchado hablar más de Salto que del FA y del país”.
Con relación al carisma, Buquet sostuvo que “Cosse muestra un perfil más autoritario porque ha sido presidenta de Antel, ministra de Industria, intendenta de Montevideo: es la que manda, y creo que su figura transmite eso”, pero no lo planteó como algo necesariamente negativo, por entender que “si ese ejercicio de la autoridad es suave y busca convencer más que obligar, es un buen mensaje; la gente lo aprecia”. Para reforzar este argumento, indicó que “el presidente actual en su desempeño de hoy lo demuestra: tiene ese don de mostrar que ejerce la autoridad pero suavemente, cordialmente, convenciendo más que imponiendo”.
También en el terreno discursivo, Luján subrayó que Cosse “tiene un discurso muy consistente”, que puso en contradicción con la “inconsistencia” de los posicionamientos de Orsi, que, a su entender, es una debilidad que se suma al hecho de que “nunca ha dado el salto a la política nacional”. Aunque destacó como fortaleza que Orsi tiene buena llegada en la gente “más despolitizada o desinteresada en la política, a la gente más politizada su discurso le parece a veces un poco inconsistente. Es como que no termina de definir, muchas veces deja cosas como a mitad de camino, y en una interna quizá el gran público no juega decisivamente, sino la militancia, que necesita señales un poco más claras”, enunció.
No obstante, Orsi también tiene como fortaleza su “llegada no sólo al interior, sino, lo cual es quizá más importante en términos de gobierno, al resto del sistema político”, dado que “es un interlocutor reconocido: levanta el teléfono y habla con cualquiera”, una cualidad que no está seguro que Cosse posea.
Asimismo, Luján resaltó que Cosse, “como mínimo, despierta algún recelo en el interior y algún grado de desconocimiento”. “La gente que no está muy politizada no tiene idea de quién es el intendente o la intendenta de Montevideo. Tiene un trabajo por delante de hacerse conocer y ganar un perfil nacional”, evaluó, y ligó esto último a que “el interior está acostumbrado a una política de cercanía, de mayor contacto, más empática”, que por su “perfil más técnico” Cosse puede no alcanzar en sus intervenciones.
“Bergara, del menú de precandidatos, es el que tiene un perfil técnico más claro y más valorado”, apuntó Luján, y agregó que “con el apoyo de AU logra quedar como el precandidato que monopoliza una sensibilidad muy importante para el FA en lo simbólico pero también en lo electoral”, como es “el electorado de centroizquierda, socialdemócrata, progresista”. Un “punto en contra”, acotó, “es que no tiene mucho predicamento en el interior”, porque “probablemente, hasta más claramente que Cosse, es un hombre de ciudad, formado en una universidad norteamericana” y en términos retóricos “es claramente un técnico, una persona que cuando habla pareciera hablarle a gente que entiende muy claramente conceptos y categorías teóricas”.
En contraste, “Lima tiene la ventaja de que le puede hablar a la gente del interior con conocimiento de la situación; ha gobernado también un departamento importante, y está construyendo su sector de una manera muy visible y con energía”. Su principal debilidad, apuntó, “es la obvia: es alguien que todavía no tiene un alcance nacional que le permita ser muy competitivo en la interna”.