El ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin, intervino este domingo en la apertura de la IV Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). En su discurso, el canciller uruguayo sostuvo que el encuentro, celebrado este fin de semana en la ciudad colombiana de Santa Marta, “es una señal clara” del compromiso político conjunto de ambos bloques.
En nombre del presidente de la República, Yamandú Orsi, Lubetkin felicitó a Colombia por el trabajo realizado para hacer posible la nueva reunión birregional, “a pesar de todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor”.
Lubetkin calificó la cumbre de “exitosa” y destacó que se haya retomado la periodicidad bienal del encuentro, como forma de “generar tracción y continuidad en esta relación birregional tan importante”. “La regularidad del diálogo es esencial para que construyamos confianza política, previsibilidad y, sobre todo, resultados concretos”, afirmó.
En diálogo con la diaria, antes de su viaje, el ministro de Relaciones Exteriores consideró que la reunión en Colombia debería significar “una fase mayor de concreción” entre los dos bloques.
Lubetkin sostuvo que Uruguay –que asumirá la presidencia pro témpore de la Celac en abril de 2026– está “profundamente comprometido con el éxito de esta cumbre”, así como también “con la consolidación de esta asociación birregional, para dar seguimiento a los acuerdos alcanzados y asegurar la continuidad del proceso hacia un futuro mejor para todos nosotros”.
“Europa y América Latina y el Caribe son dos regiones unidas por la historia, por convicciones democráticas y por una visión humanista del desarrollo”, afirmó el canciller uruguayo, y acotó que ambas regiones también están unidas por una visión “muy similar” sobre cómo “el sistema internacional debería funcionar: un sistema multilateral basado en reglas que se cumplan, un mundo en el que el derecho internacional y los principios de la Carta de Naciones Unidas se respeten”.
En ese sentido, Lubetkin consideró que “en este momento tan complejo, en el que los conflictos internacionales aumentan, el multilateralismo se erosiona y las fracturas políticas y sociales se ensanchan”, el hecho de que los países de ambos bloques se junten para enviar un mensaje “constituye una posibilidad y una oportunidad única, que tenemos la obligación de no dejar pasar”.
“Es una clara señal de que estamos dispuestos a profundizar la relación y la cooperación en las más variadas áreas que permita el crecimiento recíproco de nuestras dos regiones”, afirmó Lubetkin, y señaló que existen “preguntas y desafíos” que exigen “darnos muchas más respuestas en nuestro conjunto, entre todos; y por eso la importancia de este diálogo, que es, finalmente, la forma en que podemos aportar al bien de nuestras sociedades”.
La “diversidad no puede inmovilizarnos”
Hacia el final de la jornada, tras numerosas reuniones de carácter privado, Lubetkin realizó una segunda intervención en la cumbre. El canciller uruguayo sostuvo que uno de los cometidos del encuentro es “poder mostrar un ejemplo de unidad en la diversidad”.
“Yo creo que compartimos valores, pero también diferencias, tanto entre las regiones como entre cada uno de nosotros, pero esta diversidad no puede inmovilizarnos”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, y abogó por una mayor flexibilidad. “Tal vez el ideal sería que todos pudiéramos avanzar al mismo tiempo y en todos los temas, pero, si no es posible, debemos ser capaces de avanzar igualmente, de manera flexible en áreas en las que podemos obtener resultados concretos”, agregó.
El canciller uruguayo destacó “los importantes y sustantivos progresos” alcanzados en la hoja de ruta birregional, los cuales, según indicó, se terminarán de definir en los próximos meses. A su vez, manifestó “altas expectativas” sobre “lo que esta hoja de ruta podrá lograr en materia de comercio e inversión, de paz y pacificación, de transición energética y de reducción de riesgo de desastre”.
Lubetkin también celebró que un gran número de países –entre ellos, Uruguay– adhiriera a las dos declaraciones temáticas de la cumbre: la Alianza sobre Seguridad Ciudadana y el Pacto Birregional sobre Cuidados. Sobre la primera, señaló que representa “una respuesta conjunta y responsable a la amenaza que afecta a ambas regiones”: el narcotráfico y el crimen organizado. “Necesitamos un enfoque integral, preventivo, humano y cooperativo basado en evidencias”, afirmó.
Con respecto a la segunda declaración temática, dijo que “es una muestra de lucidez política y sensibilidad social” que se haya situado “en el centro de la discusión el bienestar, la igualdad, la sostenibilidad de la vida, reconociendo el valor económico y social de un trabajo esencial para nuestras sociedades”.
Por último, el canciller uruguayo se refirió a la “oportunidad única de culminar un proceso de 25 años con la firma y ratificación” del acuerdo entre el Mercosur y la UE. Sostuvo que el tratado –que podría ratificarse antes de fin de año– “representa una señal política poderosa al mundo entero de que el comercio abierto, basado en reglas, incluso resguardando la protección al medioambiente y al desarrollo sostenible, es posible y funciona, especialmente en estos tiempos de incertidumbre y fragmentación”.
“Uruguay seguirá contribuyendo constructivamente al avance de este relacionamiento birregional y asumirá, con sentido de responsabilidad y continuidad, las tareas que le corresponderán el próximo año al asumir la presidencia pro témpore del Mercosur. Creo, y estamos seguros, que juntos podemos alcanzar resultados valiosos para avanzar todos juntos”, manifestó Lubetkin al cierre de su segundo discurso.
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela
Consultado este domingo por los medios presentes sobre qué espera del encuentro internacional, Lubetkin respondió, en primer lugar, que “siga el diálogo con los europeos”. “Sin diálogo, nosotros estamos afuera; hace muchos años que no hablábamos”, señaló. En segundo lugar, mencionó que hay expectativas por “algunas cosas concretas –tampoco muchas– que nos permitan avanzar todos juntos”.
A diferencia del mandatario colombiano Gustavo Petro, el canciller uruguayo no hizo referencia durante su discurso a las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela por el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe. Este tema marcó la antesala de la cumbre y se espera que forme parte de la declaración final.
La canciller colombiana, Rosa Villavicencio, adelantó a la prensa que dicha resolución “ha tenido algunos puntos en los que se ha negociado bastante”, pero sostuvo que, “por supuesto, hay apoyo en el rechazo a todo tipo de guerra”.
Kallas, por su parte, dijo que la postura de la UE es muy clara: “Bajo el derecho internacional se puede usar la fuerza sólo por dos razones: ya sea en defensa propia o sobre la base de una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas”.
“¿A qué se refiere la libertad hoy, y a qué se refiere la democracia hoy, cuando caen bombas en Gaza y un pueblo ha sido masacrado, y ahora caen misiles en el Caribe?”, sostuvo, en tanto, el presidente colombiano durante su intervención.
Petro dijo que visitó en Santa Marta a la familia de Alejandro Carranza, un pescador que “murió por un misil en las aguas del mar Caribe”, bajo “la tesis de que era un narcoterrorista”. “A la luz de los tratados que nosotros hemos firmado, a la luz también de la democracia y la libertad en el mundo, ha sido simplemente asesinado. Una ejecución extrajudicial. Ya son decenas en este mar, que es hoy la casa que nos acoge”, expresó.
Venezuela se retiró de la declaración conjunta
En la declaración conjunta de la IV Cumbre entre la Celac y la UE, a la que tuvo acceso la diaria, los países expresaron su voluntad de “profundizar los lazos históricos” entre ambos continentes, “en un momento en que el multilateralismo está siendo cuestionado en todo el mundo y subsiste una necesidad continua de un orden internacional más justo, equitativo y democrático”.
Los dos bloques destacaron “la importancia estratégica de una relación birregional basada en valores e intereses compartidos” y reiteraron su “compromiso inquebrantable con la democracia, incluidas elecciones libres, inclusivas, transparentes y creíbles, así como con la libertad de expresión, los derechos humanos, el Estado de derecho y el derecho internacional”, señala uno de los 52 puntos de la resolución final.
No todos los enunciados fueron aprobados por unanimidad. Algunos países se “desasociaron” de algunos párrafos, mientras que Venezuela resolvió retirarse de la declaración conjunta.
Tal como estaba previsto, la resolución final incluyó un rechazo “al uso de la fuerza y a cualquier acción que no sea conforme con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas”. En el texto se señala que los países participantes de la cumbre abordaron “la importancia de la seguridad marítima y de la estabilidad regional en el Caribe”, aspecto en el que coincidieron en “la relevancia de la cooperación internacional, el respeto mutuo y el pleno cumplimiento del derecho internacional, incluso en la lucha contra el crimen organizado transnacional y el tráfico ilícito de drogas”.
Sin embargo, a diferencia de otros conflictos militares de carácter internacional, como el de Ucrania y Rusia y el de la Franja de Gaza, que aparecen mencionados de manera explícita, en la declaración conjunta no se nombra directamente ni a Estados Unidos ni a Venezuela.