El jueves, en La Huella de Seregni, el Plenario Departamental del Frente Amplio (FA) aprobó el programa único para las elecciones departamentales y municipales del 11 de mayo en Montevideo. Para la firma del flamante documento participaron de la instancia Salvador Schelotto, Verónica Piñeiro y Mario Bergara, los tres candidatos que presentará la coalición de izquierda con el objetivo de gobernar la intendencia. De ese programa común emergieron también plataformas programáticas concretas para cada uno de los ocho municipios del departamento.
Antes de esta definición, el documento pasó por un intenso proceso. Primero, desde agosto de 2024, se desarrolló un trabajo coordinado por parte de 150 personas, lo que se sintetizó en un borrador. Luego, ese artículo programático “bajó a las bases y sectores” acompañado por un formulario para que en esos ámbitos se pudiera dar lugar a las “nuevas propuestas como también a modificaciones a lo presentado”, comentó a la diaria Damián Salvetto, uno de los coordinadores de la comisión de programa.
Durante ese período se definieron para la propuesta cinco ejes que buscan profundizar en una mirada de la ciudad sobre “la participación”, “los derechos”, el “desarrollo sustentable”, “la cultura, las artes y los patrimonios” y el “futuro y la innovación”. También se incluyeron “ejes transversales” vinculados a varias áreas, como género, generaciones, diversidad, descentralización, transparencia, ambiente y territorio.
La visión sobre la limpieza
Si bien el programa común ya fue aprobado, su distribución entre la militancia y el público en general se ha visto postergada por un proceso de corrección de estilo y ajuste de cambios hechos en el Plenario. Sin embargo, la diaria pudo acceder a las principales propuestas del FA en las áreas que más debate han generado tanto en lo político como en lo social. Sin dudas, una de ellas es la recolección de residuos, y por ende, la gestión de la limpieza de la ciudad.
En ese sentido, el programa habla de “incorporar una triple mirada” asociada a “lo ambiental, lo social-laboral y lo productivo”. Pasando al fondo del asunto, como gran línea de trabajo se plantea “promover acuerdos con el gobierno nacional” para llevar adelante una aplicación efectiva de la ley de gestión integral de residuos aprobada en 2019.
Asimismo, se adelanta que se buscará “minimizar” la generación y la llegada de residuos a disposición final. Para esto, se tratará de intervenir en la “cadena de valorización de los reciclables, desde una óptica de circularidad”. Además, se trabajará en “suprimir el uso de materiales descartables”.
En lo que hace a los residuos domiciliarios, se señala que se pondrá el horizonte en “avanzar en la diversificación de modalidades de recolección domiciliaria adecuadas a cada barrio, a cada núcleo urbano y al área rural”. Según se destaca, esto permitirá “profundizar la equidad en la prestación del servicio y aprovechar al máximo las oportunidades de segregación en origen de residuos reciclables y el compostaje”.
En el marco de ir hacia una ciudad más sostenible, se marcó la necesidad de “incorporar elementos tecnológicos que permitan monitorear en tiempo real la acumulación de residuos para optimizar rutas de recolección”, generando así una reducción en las “emisiones de CO2”. Siguiendo con las propuestas tecnológicas, se pone sobre la mesa implementar “tecnologías sostenibles como biogás, [energía] solar y eólica en dependencias departamentales y municipales”.
En cuanto a la continuación y profundización de políticas, se hace referencia a que se seguirá con “la exitosa experiencia de los motocarros”, tratando de apostar a su mejora. A su vez, se señala que se continuará con la instalación de ecocentros, poniendo como meta que el departamento llegue a tener “uno por municipio”. Actualmente, sólo se cuenta con estos espacios de reciclaje en los barrios Buceo y Prado.
Por último, se destaca la búsqueda de “asegurar la continuidad de la disposición final de residuos de Montevideo con la planificación del uso de los terrenos en el entorno del relleno sanitario de Felipe Cardoso”. El documento deja en claro también que será de orden “estudiar posibles alternativas metropolitanas que surjan” para trabajar en materia de disposición final, siempre con miras a “enterrar sólo aquello que no puede tener un mejor destino”.
Haciendo foco en la población, se buscará caminar hacia una “revolución cultural” en cómo el montevideano se vincula “con el consumo y los residuos”. “Es necesario un cambio cultural en la población y en los diferentes generadores de residuos”, afirma el documento. En la misma línea, agrega que una eventual nueva administración del FA “reforzará las acciones de sensibilización, comunicación e involucramiento, en articulación con el gobierno central” sobre este tema.
Como medida concreta, se plantea “elaborar una normativa departamental para establecer un régimen de bonificaciones a los tributos municipales aplicados a los hogares con el fin de estimular el manejo no contaminante de los residuos domiciliarios en el ambiente y salud humana”.
El desafío del transporte
Siguiendo con los ejes generales establecidos para el programa, y pasando a lo establecido para otro de los temas de principal interés para la población, se definió la necesidad de ir hacia una movilidad “sostenible, eficiente y con mínimo impacto ambiental”. En línea con esto, se adelantó que se priorizará el “transporte público colectivo, la movilidad activa y la inclusión social”. Para esto se trabajará desde “un enfoque integral y colaborativo a nivel metropolitano, departamental y nacional”.
En línea con lo anterior, se anunció que se desarrollarán “medidas que desestimulen el uso del vehículo particular” y que se buscará “formalizar objetivos específicos para la red de ciclovías, bicisendas y espacios peatonales funcionales en coordinación con grupos de interés”. En lo que respecta a las ciclovías, se asegura que se construirán más y se mejorará “la conectividad entre ellas”.
En términos generales, la propuesta plantea “mejorar la segregación entre los distintos modos de transporte para ordenar la circulación de sus respectivos usuarios” y subraya específicamente que se apostará a “limitar la circulación de vehículos particulares por la avenida 18 de Julio”.
En cuanto a la continuidad de políticas, se apostará a seguir “implementando sistemas de gestión de tráfico con sensores inteligentes y otras herramientas tecnológicas para optimizar el flujo vehicular y reducir la congestión”.
En materia de transporte público, se propone iniciar un proceso que profundice la implementación de soluciones en materia de “información en tiempo real en las paradas de ómnibus, facilitando el acceso universal a los horarios y rutas de los servicios”.
En cuanto a la gobernanza del transporte colectivo, se propone trabajar junto con el gobierno nacional y las intendencias involucradas para concretar los ejes del plan de gobierno del FA para el área metropolitana. En materia de necesidades concretas en esta área, se habla de “optimizar los controles de desempeño de empresas de transporte público y evaluar la evolución de sus costos”.
En el caso del boleto, se establece que su precio deberá definirse “atendiendo especialmente el impacto en la canasta básica familiar de los sectores más desprotegidos para asegurar el derecho a la movilidad a toda la ciudadanía”.
Por último, se subraya que se pretende “actualizar la conformación y el funcionamiento de la red departamental de transporte público colectivo”, en cuestiones como horarios, frecuencias y recorridos. En específico, el programa hace referencia a “aumentar frecuencias en el transporte nocturno”, alineando esto a “las dinámicas nocturnas de Montevideo”.