La evidencia disponible permite augurar que el voluminoso entramado de normas que se derogan, se sustituyen y se crean no contempla prácticamente ninguno de los factores reales que alimentan la violencia delictiva.
Soltar la tensión y abandonar la idea de que el mundo puede ser previsible o controlable por nuestra sola voluntad es un paso primordial para bajar el nivel de ansiedad social que experimentamos día a día.
De no alcanzarse modificaciones en los breves tiempos de trámite parlamentario que restan, la LUC será una nueva pieza legal aprobada bajo la orientación de un populismo punitivo de infértiles resultados.
Los poderes ejecutivos, en lugar de asumir de forma individual y paternalista la responsabilidad frente a la crisis, pueden promover un gran acuerdo nacional entre diferentes actores políticos y sociales.
El gobierno debe establecer claramente si la salud mental es política de Estado y si continuará con el modelo que impulsa la nueva ley de salud mental y las reglamentaciones establecidas o se jugará al empate.
¿Qué trae la nueva normalidad? Trae la imposición de la dominación, aceptar los conceptos de la clase dominante, la resignación. El concepto de nueva normalidad es entonces la derrota ideológica de la izquierda.
Claro que la comunicación no es la solución a la pandemia, pero sí una linda oportunidad para terminar de sepultar cualquier intento autoritario de perseguir la labor periodística y de ocultar información pública.