Otra semana que toca hablar del estimado Elon Musk. No es una fijación que tenemos con este señor, es que las extravagancias del filántropo son imposibles de evadir. Para poner las cosas en orden: el 23 de diciembre Twitter se vio sacudido por cientos de videos y tuits sobre un avistamiento alienígena en Los Ángeles; hasta el propio Musk jugó un poco cuando publicó un video con “un OVNI nuclear alienígena de Corea del Norte”. La realidad es que SpaceX, la compañía privada de transporte aeroespacial, lanzó el cohete Falcon 9, en lo que constituyó su despegue número 18 en el año. Todo un récord de la empresa que sólo se supera a sí misma.

El Falcon 9 tiene una misión muy clara: colocar satélites Iridium en la órbita baja de la Tierra con el fin de tener un rastreo 100% efectivo de todos los vuelos en tiempo real. A su vez, permitirá tener un monitoreo de los barcos que realicen viajes comerciales alrededor del globo. El objetivo no es nuevo: desde principios de año que SpaceX lanza cohetes al espacio y se espera que termine a mediados de 2018. Este lanzamiento de diciembre perteneció a la segunda misión de sustituir la red de satélites; la primera se realizó en enero del año pasado y hubo una prueba fallida en setiembre.

La compañía espera lanzar una versión más poderosa y con una capacidad de carga mayor que el cohete visto en Los Ángeles, el Falcon Heavy. En él irá un auto Tesla Roadster color rojo, que viajará reproduciendo “Space Oddity”, de David Bowie. “A red car for the red planet” (un auto rojo para un planeta rojo) puso Elon Musk en Instagram, junto a una foto del Tesla Roadster dentro del Falcon Heavy.