Hoy comenzará a disputarse en cuatro ciudades rusas la Copa Confederaciones, torneo que se realiza un año antes en el país que será sede del Mundial.

Los participantes, como siempre sucede en este certamen, serán el país organizador (Rusia, en este caso), más el campeón mundial (Alemania) y las selecciones campeonas de las seis confederaciones regionales que componen la FIFA: Portugal, Chile, Camerún, México, Australia y Nueva Zelanda.

El torneo se pondrá en marcha hoy a las 12.00 de Uruguay con el duelo que jugarán los locales con Nueva Zelanda en el Arena Zenit de San Petersburgo. Este partido corresponde al grupo A, cuya fecha inicial se completará mañana a las 12.00 con el enfrentamiento entre Portugal y México en la ciudad de Kazán. El grupo B se abrirá mañana a las 15.00 con el partido que jugarán Chile y Camerún en el Estadio Spartak de Moscú, y el lunes cerrarán la primera etapa Alemania y Australia, que se medirán en el Estadio Olímpico de Sochi. Los encuentros se podrán ver por Directv y por las numerosas opciones de transmisión disponibles en internet.

Pese a la calidad de las selecciones que participan, la Copa Confederaciones no ha logrado imponerse a lo largo de los años en la agenda futbolera como un torneo de destaque, y por ello la FIFA está analizando su continuidad.

De todas formas, para los rusos la organización de este evento representa un desafío. Más allá de lo deportivo y de las cuestiones logísticas, rubro en el que no necesitan dar muestras de eficiencia, el tema de la seguridad es una de las cuestiones clave. El gobierno que encabeza Vladimir Putin está particularmente atento a este punto, y si bien el objetivo máximo es la organización del Mundial propiamente dicho, esta Copa Confederaciones será un banco de pruebas importante. En los primeros días de mayo, el presidente Putin firmó un decreto por el cual determina el endurecimiento de las medidas de seguridad en las ciudades que acogerán encuentros en este certamen y también en el Mundial del año que viene.

En lo estrictamente deportivo, lo que pueda pasar dentro de la cancha no está del todo claro. Alemania, que debería ser el favorito cantado, no lo es, porque presentará en Rusia un equipo alternativo con muchos jugadores de poca o nula experiencia en la selección, ya que el entrenador Joachim Löw priorizó el descanso de sus principales figuras en el final de la extensa temporada europea. Portugal, que ganó la Eurocopa a mediados del año pasado en Francia, irá con todo su potencial, incluyendo, claro está, a Cristiano Ronaldo, y perfectamente puede aspirar a continuar con su racha ganadora. Los locales son un equipo limitado, que difícilmente pueda llegar a la final.

Y también estarán en la vuelta los chilenos. El equipo rojo que dirige el argentino Juan Antonio Pizzi estará presente en Rusia con todas sus figuras –Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Gary Medel y Claudio Bravo– y con todas las ganas de proseguir la racha victoriosa que les permitió ganar las dos últimas ediciones de la Copa América, en 2015 y 2016, logros que después de décadas justificaron la existencia de vitrinas en la sede de la Federación Chilena de Fútbol.