El soldado Emiliano Lasa competirá el viernes en el Mundial de Atletismo. La soldado Dolores Moreira está compitiendo este fin de semana en el Mundial sub 21 de la clase láser radial. Marco Cairús y Mauricio Vieyto pueden estar en las canchas de arena de Viena mientras usted lee esta nota, compitiendo en el Mundial de voley playa. A unas horas en auto de distancia, Enzo Martínez compitió ayer en el Mundial de natación. Otros soldados también fueron mundialistas este año: Pía Lorenzotti jugó al tenis de mesa en Alemania y el taekwondista Federico González viajó hasta Corea. Además, María Pía Fernández y Lorena Aires representaron a Uruguay en el Sudamericano de atletismo en junio. La lista de deportistas militares de alto rendimiento la completan los remeros Jhonatan Esquivel y Mauricio López, el judoka David Prestes y el ciclista Anderson Maldonado. Todos ellos perciben un sueldo de aproximadamente 500 dólares al mes por su actividad deportiva, cuentan con cobertura médica y aportes jubilatorios. No es la situación económica ideal, pero al menos les permite dedicarse a entrenar y competir, como hacen los profesionales.

Estos deportistas no fueron formados en el régimen militar, ni pasaron por las instituciones habituales para integrar las filas de nuestras Fuerzas Armadas (FFAA). Su inclusión en el Ejército, la Fuerza Aérea o la Armada llegó como fruto de sus buenos resultados deportivos y como parte de un programa cuya piedra fundacional lleva el nombre de Decreto 259/014, de fecha 9 de setiembre de 2014. Aquel documento firmado por Eleuterio Fernández Huidobro y José Mujica –ministro de Defensa Nacional y presidente en ejercicio, por ese entonces– cimentó la creación de la Unidad de Coordinación y Desarrollo Deportivo del Ministerio de Defensa Nacional (UCDD-MDN). Además, derogó el decreto de 1980 que ordenó la creación de la Comisión de Deportes de las FFAA del Uruguay, sustituida por la nueva UCDD. En el documento legal se exponen los principales fundamentos del nuevo orden institucional. Entre ellos se encuentran:

  • Elevar el nivel técnico del deporte y la cultura física en las FFAA.

  • Que las FFAA estén altamente representadas en torneos de carácter internacional, ya que Uruguay integra la Unión Deportiva Militar Sudamericana y el Consejo Internacional de Deporte Militar.

  • Proponer y suscribir convenios con instituciones deportivas de la sociedad civil, asociaciones, federaciones, instituciones de enseñanza del deporte e instituciones de la salud.

Para cumplir sus objetivos, la UCDD se propuso aumentar la cantidad de militares que practiquen deporte y compitan a nivel local e internacional. Paralelamente, se implementó la incorporación de deportistas de alto rendimiento mediante el sistema de vacantes militares, para darles apoyo en la consolidación de sus objetivos particulares. El Comité Olímpico Uruguayo y más de 15 federaciones firmaron convenios con el MDN, y son estas instituciones las que proponen deportistas para incluir en el programa de vacantes. Los deportistas firman un contrato de trabajo militar y se integran a las FFAA durante el tiempo que este dure. Cuentan con los beneficios de salario, cobertura médica y aportes jubilatorios correspondientes. Además, tienen la posibilidad de hacer uso de instalaciones deportivas militares para sus entrenamientos. “Si no formara parte del programa militar no estaría a este nivel”, dice Federico González, que tiene 22 años y obtuvo el 17º puesto en el Mundial de Corea. Asegura que gracias al apoyo militar puede dedicarse exclusivamente al taekwondo y ha podido pagar viajes para entrenar y aumentar su nivel. Sueña con representar a Uruguay en los Juegos Olímpicos de Tokio, una misión que sería mucho más difícil si no fuera parte del programa.

Circunstancias muy similares vive la medallista sudamericana Lorena Aires, que en breve cumplirá 22 años. “Representar no sólo al país sino a la Fuerza Aérea pone mi trabajo en un estatus más serio. Significa que otros empiezan a tomar lo que hago con mucha seriedad e importancia, y eso para mí tiene un valor gigante”, asegura. Aires superó la altura de 1,82 metros en salto alto en el Sudamericano, rompiendo el récord nacional de 1,80 que estaba en su poder. También tiene como objetivo ser olímpica en 2020. Explica que para su superación es clave realizar competencias previas a los torneos importantes. Eso suele implicar viajes para ella y su entrenador, Víctor Bentancor, que la Confederación Atlética sólo puede financiar parcialmente. “Al ser una prueba tan técnica y con tantos detalles, sin el apoyo presente de mi entrenador no podría seguir mejorando, y la beca militar me permite cubrir esos gastos”, dice Lorena.

Modelos posibles

Mientras que para los deportistas el ingreso económico marca una diferencia, para el MDN el costo adicional es cero, según afirma Lionel de Mello, coordinador de la UCDD. “Son vacantes ya asignadas en el presupuesto. No hay ningún costo adicional para acceder a que deportistas de alto nivel propuestos por las federaciones deportivas puedan integrarse a las fuerzas”, remarca. Como contrapartida, el deportista debe mantenerse en actividad como tal. Eso implica la presentación de un calendario anual con la planificación y justificación de todas las competencias en las que participa. “Cada fuerza tiene un delegado dentro de la unidad que generalmente es un oficial de alto rango, y hay una secretaría técnica, que lleva adelante Pablo Gardiol, que recibe, compulsa y certifica que se lleven a cabo los avances desde el punto de vista deportivo”, detalla De Mello. Además se les pide presencia en algunos actos oficiales, y, en el futuro próximo, la UCDD implementará un programa en el que los deportistas de alto rendimiento visitarán las escuelas militares para compartir con los cadetes sus experiencias, participar en charlas e incluso realizar actividades físicas conjuntas.

Los convenios suscritos por el MDN con distintos organismos deportivos, así como este proyecto de vacantes para deportistas, tienen por objetivo brindar un servicio a la sociedad civil. Según los actuales responsables, esto es consecuencia de las políticas que Fernández Huidobro pretendió implementar. “Promover una mayor apertura de la estructura y los recursos [militares] a la sociedad civil en su conjunto”, explica un documento de la UCDD que resume lo hecho desde su creación.

La historia reciente de nuestro país está cargada de conflictos que enfrentaron a las FFAA con parte de la población civil. En tiempos de heridas abiertas, estas acciones pueden interpretarse como una búsqueda del MDN por mejorar la imagen de sus fuerzas. De Mello no está totalmente de acuerdo con esta postura. Admite que esto puede repercutir de forma positiva en la imagen del Ejército, la Armada o la Fuerza Aérea, pero asegura que hay “algo mucho más profundo”, que remite a qué modelo de sociedad buscamos construir los uruguayos a futuro. “¿Queremos una sociedad segmentada, una sociedad dividida, o queremos una unida e integrada? Este programa es una más de las muchísimas acciones que viene realizando el MDN, una interfase más de comunicación entre la sociedad civil y el cuerpo militar”, asegura De Mello, y agrega: “El fondo es de qué manera convivimos los uruguayos y logramos lo mejor para mostrarnos al mundo”.

Por lo alto

Ese mundo al que Uruguay pretende mostrarse, en este caso mediante la vía de la competencia deportiva, hace rato que adoptó la modalidad de deportistas militares como una de las principales formas de subvención. En la región y también en otros continentes existen programas muy desarrollados que sirvieron de inspiración para el que se implementa en este rincón del planeta. Sin ir más lejos, Chile tiene un programa de este estilo y ha llegado incluso a crear un escalafón deportivo militar, perteneciente a la escala de subalternos. En Brasil, país organizador de los Juegos Mundiales Militares de 2011, el Programa de Alto Rendimiento contó para 2016 con 670 atletas. De ellos, 76 eran militares de carrera y 594 contratados de manera temporal, con apoyos que podían alcanzar los 3.200 reales. Concretamente, 145 de los 465 atletas del equipo olímpico brasileño de 2016 tenían rango militar para esa fecha. No es extraño que en los Juegos Militares de 2015 en Corea, Brasil haya terminado segundo en el medallero, por delante de China y solamente superado por Rusia. En el top 10 de ese medallero también aparecieron potencias como Francia, Alemania e Italia, países con programas deportivo-militares que son tomados como referencia en las oficinas del MDN. “Uruguay debe abrirse al mundo, debe copiar las mejores prácticas. En el tema deporte está muy claro todo, y creo que este programa es un granito de arena con muchas potencialidades más”, opina De Mello.

Los acuerdos | El MDN, mediante la UCDD, suscribió desde 2014 convenios de apoyo y ayuda con el Comité Olímpico Uruguayo y con diferentes federaciones deportivas nacionales e instituciones deportivas. Se destacan las federaciones de taekwondo, judo, esgrima, natación, gimnasia, tiro con arco, pentatlón, vóleibol, básquetbol, pesas y levantamiento olímpico, ciclismo, remo, canotaje, patín, hockey y fútbol infantil.

Dentro del MDN y la UCDD hay gran conformidad hasta el momento. No sólo se ha institucionalizado el programa con la creación de un marco legal y procedimientos estandarizados, aseguran; además, ambas partes involucradas se muestran muy interesadas en continuar por esta senda. Tanto las FFAA como los deportistas han tomado esta herramienta. Según manifiesta el coordinador, los deportistas de alto rendimiento, los no profesionales, quieren formar parte del programa. Esta “legitimación colectiva” es considerada un éxito por el titular de la unidad: “Nos hemos puesto de acuerdo en que en deporte esto puede ser un instrumento válido. La sociedad uruguaya está trabada. Acá se han hecho leyes de aborto, de matrimonio igualitario, de consumo legal de marihuana, que han marcado la agenda, pero no hemos podido hacer la ley del deporte. Buscar consensos como estos es muy importante, y nos va a hacer andar por un camino práctico que hasta ahora ha sido muy positivo”.

La opinión de De Mello es que este proyecto, que está en su fase inicial, puede ampliarse para involucrar a más deportistas de alto rendimiento. Considera que estamos frente a la posibilidad de tener un sistema permanente y efectivo de subsidio al deporte. “En el fondo, muchas de estas cosas son dineros, fondos, instrumental e infraestructura pública. El futuro dirá si como sociedad lo apoyamos más, tanto desde la interna del MDN y las FFAA como desde afuera. Dependerá de la apoyatura política y la madurez del sistema deportivo”.

“La irresistible militarización del deporte” | Entre medio de las historias de deportistas a menudo glorificados y tomados como ejemplos de vida, surgen también voces críticas hacia la inclusión de los atletas en el orden militar. Un artículo del escritor uruguayo Raúl Zibechi, publicado en 2016 y que puede encontrarse online bajo el título “La irresistible militarización del deporte”, plantea el conflicto de las sociedades modernas altamente militarizadas. “Lo que estamos viviendo es una creciente presencia de lo militar [...] en el seno de los deportes de elite. [...] Es el único camino para muchos deportistas que quieren sobresalir. Sin el apoyo del Estado, o del capital privado, no habría deporte de elite ni se batirían récords”, afirma el autor. Por encima de esto, da cuenta de que rara vez los medios de prensa resaltan el detalle de los campeones que son militares a la hora de repasar sus historias de vida. “La militarización del deporte es el signo de los tiempos, en un mundo que se debate entre la mercantilización de la naturaleza y la militarización de la vida”, concluye Zibechi.

Los 13 deportistas militares Armada Nacional Dolores Moreira - Vela Jhonatan Esquivel - Remo Mauricio López - Remo Enzo Martínez - Natación

Ejército Nacional Marco Cairús - Vóleibol Playa Mauricio Vieyto - Vóleibol Playa Anderson Maldonado - Ciclismo Emiliano Lasa - Atletismo María Pía Fernández - Atletismo

Fuerza Aérea Lorena Aires - Atletismo David Prestes - Judo Federico González - Taekwondo María Pia Lorenzotti - Tenis Mesa.