Es notorio el aumento en el consumo de vinos blancos en estos meses. Se debe a que tienen una acidez marcada y, sobre todo, a que se toman frescos, entre 8 y 10 grados. Enfriar los vinos blancos colabora a potenciar la acidez y a sentirlos más vivos y vibrantes, así como ayuda a preservar los aromas más volátiles.

Para refrescarlos siempre es conveniente colocarlos unos 30 minutos en la heladera antes de abrirlos para llegar a la temperatura adecuada. Evitemos el uso desmesurado del freezer y los cambios bruscos de temperatura, porque pueden aparecer sedimentos que no queremos encontrar en este tipo de vinos. Cuando vamos a un restaurante vamos a necesitar una frappera, y pidamos siempre a quien haga el servicio que no nos llene la copa, así el vino no se calienta.

Para llevar el vino a la playa –costumbre que cada vez veo más en Uruguay–, basta con una conservadora o la clásica bolsa con hielo enterrada en la arena (no queda bien robarle el balde de playa a los niños). Recuerden siempre cubrir la botella de la exposición directa al sol.

Los elegidos

Hice en esta oportunidad una selección de diez etiquetas de diferentes zonas del país que están entre los 200 y poco más de 300 pesos (dependiendo el comercio). Son vinos del año que deben consumirse en un máximo de dos años. Luego de ese tiempo, al ser una “bebida viva”, el vino va a comenzar a perder su potencial, sus aromas más volátiles y su acidez. Es lo que sucede cuando vemos en góndolas abandonadas vinos blancos de color oro o casi naranjas, lo que es un indicativo de oxidación. Además, es importante recordar que una vez abierto, comenzará a oxidarse rápidamente, por lo que debemos terminar la botella en el plazo de dos días como máximo. Luego de ello, pueden usarlo para una vinagreta bien fresca, agregando aceite de oliva, jugo de limón, sal y pimienta a gusto.

Claro está que esta selección está sujeta a mis gustos personales para vinos jóvenes blancos. Diferentes cepas, desde las clásicas consumidas, como el Chardonnay y el Sauvignon Blanc, pasando por la cada día más popular Albariño, hasta llegar a uvas no tan tradicionales para Uruguay, pero que vale la pena conocer.

Para los más golosos recomiendo el Dolce Donna, cosecha tardía de Antigua Bodega. Los cosecha tardía son vinos con mayor cantidad de azúcar natural propia de la uva. Se deja la uva sobremadurar en la planta y, de esta forma, se concentran los azúcares naturales en la baya. Cuando vinificamos, obtenemos un vino dulce natural.

Por lo general, asociamos este tipo de vinos a los postres, pero recomiendo probarlo con quesos fuertes como el roquefort. También es ideal con una rodaja de naranja o mezclado con helado de limón. No olvidemos refrescar estos vinos a unos 7 grados.

Para los amantes de la coctelería, este es un vino ideal para preparar tragos y ponches. Les dejo un par de recetas fáciles para este verano.

Foto del artículo 'Acidez de la A a la Z'

Chardonnay, Marichal Wines. Un clásico Chardonnay con acidez pujante y frescura plena. Etcheverría-Canelones.

Estival (60% Gewürztraminer, 30% Chardonnay y 10% Moscato Bianco), Viñedo de los Vientos. Un blanco de corte para entendidos, que deleita a quien lo prueba. Atlántida-Canelones.

Sauvignon Blanc, Don Próspero de Pizzorno. Aromas frutales, vivos, frescos y una acidez chispeante, que sin lugar a dudas elijo para mis atardeceres del este. Canelón Chico-Canelones.

Albariño, Bodega Caperuza. Un emblemático Albariño con notas de frutas tropicales y el potencial del terroir. Aguas Blancas-Lavalleja.

Petit Grain Muscat, Varela Zarranz. Un blanco altamente aromático, único en Uruguay, ideal para llevar a la playa. Joaquín Suárez-Canelones.

Viognier, Campotinto. Un recién lanzado que promete convertirse en un clásico. El blanco que faltaba a esta bodega boutique de poderosos tintos. Carmelo-Colonia.

Verdejo, El Capricho. La clásica uva española vinificada en Uruguay. Un verdejo diferente al del viejo mundo que ha sabido ganarse un lugar en las góndolas. Villa del Carmen-Durazno.

Gewürztraminer, Irurtia. Un single vineyard con buena acidez y aromas complejos, ideal para tomar como aperitivo. Carmelo-Colonia.

Marsanne, Bodega DeLucca. De viñas viejas y poco conocido, este gran blanco seguro acompañará grandes veladas. El Colorado-Canelones.

Verde Virgen, Bodega Pisano. Un vino audaz y ligero, con una leve carbonatación, aromas frescos y una exquisita acidez. Progreso-Canelones.

Vaso corto -Hielo -1 parte de Campari -3 partes de Dolce Donna -1 parte de soda -Rodaja de naranja

Copa grande -Hielo picado -1⁄2 parte de Aperol -1 parte de jugo de frutilla -2 partes de Dolce Donna -Rodajas de lima

Piques » Si quieren enfriar rápidamente el vino, no llenen la copa de hielo. Pongan un par de cubos, agítenlos y retírenlos.

» Otra forma más estética es congelar uvas (tintas y blancas) y agregarlas a la copa.

» Si utilizan frappera-balde de hielo, es importante que haya suficiente agua en el recipiente, lo que en definitiva enfriará la botella. Para acelerar el proceso, se puede agregar sal y alcohol rectificado.

Antonella de Ambroggi