“¿Y las fotos dónde están?”, preguntó una señora, como si estuviera preparado, al finalizar la primera pasada de Campo Blanco, el viernes en el Centro de Fotografía (CdF). Y no, aunque parezca paradójico, imágenes no hubo ni habrá. Vestida en su habitual negro, la fotógrafa Matilde Campodónico leyó en un entorno blanco, bajo cámaras de videovigilancia y frente a otra sobre un trípode, los textos que surgieron de su intercambio epistolar de un año con el dramaturgo Sergio Blanco, que reside en París. Desarrollado en el marco de MUFF, el nuevo festival internacional de fotografía organizado por el CdF, este proyecto reflexiona sobre el hecho fotográfico mediante la performance y la instalación. El relato de los retratos, las instantáneas, los paisajes opresores que no vemos excede cualquier soporte; de hecho, ya que ambos autores descreen de la preconcebida verdad que ofrecería la fotografía, tampoco sería estrictamente necesario que dichas fotos existieran. Por medio de esos escritos a cuatro manos, Campodónico describe sensaciones y deseos con respecto a las peripecias de una profesional: desde los riesgos de cubrir un partido de fútbol hasta la búsqueda por emular la manera en que su padre sonreía con la mirada. El espacio depurado se llena así de una suerte de intimidad y algunas máximas quedan flotando en el ambiente (por ejemplo, “Sin sensación de abuso es imposible acceder al retrato de la belleza”), mientras la artista busca otro papel que leer en voz alta.
Campo Blanco está en el primer piso del CdF (18 de Julio 885) abierta al público en el horario de lunes a viernes de 10.00 a 19.30 y sábados de 9.30 a 14.30. La performance de Campodónico leyendo se realiza hoy, por última vez en el año, entre las 11.00 y las 12.30. Entrada libre.