Hace años que somos testigos de la intromisión o la bienvenida ―depende de las valoraciones personales― de la tecnología en una serie de aspectos de nuestras vidas. Los avances en esta materia han traído diferentes aproximaciones en las formas en las que interactuamos con el contexto en el que estamos inmersos: desde pedir comida o tomarnos un taxi hasta aprender un idioma o comunicarnos con alguien en otro extremo del planeta. En las transformaciones digitales se suele apostar a instrumentos que reduzcan el trámite burocrático que implica cualquier cuestión que involucre a varios individuos. Uno de los afectados en es el mundo de la financiación: las formas de pedir préstamos han cambiado y el P2P lending (peer to peer lending), instaurado hace un par de años en Uruguay, es una prueba cada vez más fuerte de ello.
Dejemos en claro que el P2P lending es una forma de préstamo entre particulares (sean empresas o individuos) mediante plataformas online, cuyo objetivo claro es reducir los tiempos y los obstáculos a la hora de prestar u obtener dinero. Básicamente, es una forma de conectar a individuos que necesitan acceder a un préstamo y personas dispuestas a otorgarlo. Las principales características de este giran en torno a la desintermediación financiera, es decir, la ausencia de entes tradicionales como los bancos en este tipo de intercambios.
Entre las empresas más conocidas de este rubro se encuentran Tutasa, Prezzta, Inversionante y Socius. Existen variaciones en su modelo de negocio, pero generalmente son fideicomisos.
El funcionamiento es simple: uno debe completar un formulario online en los sitios web de las empresas mencionadas, con la documentación necesaria (cédula, constancia de domicilio, comprobante de ingresos, etcétera) para que, mediante un algoritmo que toma en cuenta estas variables, forme un perfil crediticio del solicitante. El resultado del análisis suele ser una puntuación o una nota que pasa a formar parte de la escasa información pública en estas comunidades financieras, a modo de proteger los datos privados de los clientes en el anonimato.
En Uruguay, los préstamos rondan actualmente, según un sondeo realizado este mes por Equipos Consultores, los 35.000 pesos en promedio. Según la consultora, las solicitudes de préstamos ―en este año y poco de existencia― en las distintas plataformas ascendió a 64.500, de las que se concretaron 2.890. La cantidad de inversores que se encuentran en este mercado alternativo llega a una cifra de 2.040, aunque es un número aproximado, debido a la posibilidad de que algunos inversionistas se encuentren participando en más de una empresa a la vez.
En su análisis del mercado actual del P2PL dejan en claro que las tasas efectivas anuales varían drásticamente, ya que dependen directamente del perfil crediticio de quien solicite el dinero: a mayor riesgo de impago de deuda (peor perfil), mayor es la tasa efectiva anual, moviéndose esta en porcentajes que van desde 20% a 90%.
El uso intensivo de la tecnología es la herramienta predilecta para eliminar a los intermediarios, que en algunos casos son tildados de innecesarios o perjudiciales, ya que para algunos, burocratizan los procedimientos que, mediante medidas más comunitarias, serían más fáciles de realizar. En este caso, el objetivo es agilizar un préstamo a personas o empresas a las que les resulte un tanto irritante el formato tradicional, o que, por el motivo que sea, no pueden acceder a financiación mediante métodos más convencionales.