En el marco del Festival de Economía Circular que se realizó en el Latu, Compromiso Empresarial para el Reciclaje (Cempre) y DATA Uruguay presentaron DóndeReciclo, una nueva aplicación que invita a los uruguayos a ser más responsables con sus residuos. El evento tenía como disparador la pregunta “¿reciclamos los uruguayos?” y para indagar sobre el tema los invitados fueron Federico Baráibar, director ejecutivo de la organización Cempre, Alejandro Nario, director de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, y Julio Sosa, coordinador ejecutivo del Departamento de Gestión Ambiental de la Cámara de Industrias del Uruguay.
DóndeReciclo es en esencia un buscador en el que el usuario puede encontrar dónde y de qué manera reciclar distintos materiales que tenga en su hogar. Con el mapa de Montevideo de fondo, lo único que se debe hacer es colocar el tipo de residuo que se desea reciclar y le aparecerán los contenedores más cercanos. Cada material que ingresemos en el buscador vendrá con pequeños consejos de cómo debemos depositarlo: por ejemplo, desarmar y compactar las cajas de cartón o escurrir y secar las botellas de vidrio. A su vez, la aplicación tiene una sección en la que da consejos sobre cómo clasificar en casa, de manera que lleguemos a los contenedores con parte del trabajo hecho.
De forma intuitiva, la aplicación propone los tres niveles de clasificación (básica, intermedia y avanzada) basada en la norma técnica UNIT de Identificación y Clasificación de Residuos. El nivel básico distingue entre materiales reciclables como el cartón y el vidrio de los residuos mezclados, como los pañales o las colillas de cigarro. El tramo intermedio incluye los residuos compostables, como los restos de alimentos o las hojas secas, y, por último, la clasificación avanzada incluye residuos peligrosos, plásticos y metales. La aplicación es gratuita y se puede descargar tanto en la AppStore de Apple como en la PlayStore de Android.
Por supuesto, la reticencia al cambio es difícil de vencer. Para Baráibar, “está clarísimo que ni una aplicación, ni una norma técnica ni una ley resuelven las cosas. Lo que muestra un camino es cuando la gente empieza a transformar sus comportamientos”. No obstante, la aplicación busca conectar muchas iniciativas que, si bien demuestran interés por el tema, se encuentran desperdigadas, lo que resulta en esfuerzos en vano o en recursos subutilizados; los contenedores especializados que se encuentran vacíos son un claro ejemplo.
Durante el evento, se habló de la reducción de residuos como semejante a una cadena: si bien nuestras casas son un eslabón, el mercado se encuentra ante fallas en las que las empresas no tienen incentivos para elegir materiales reciclados al desarrollar sus productos. “Hay que corregir esas fallas y esas preferencias, tanto del mercado del consumidor, como de las empresas e industrias que eligen tomar esos materiales para producir o desarrollar sus productos finales. Para ello, la institucionalidad tiene que normar para moldear esas preferencias y ver dónde poner incentivos”, comentaba Baráibar.
El mensaje que se repetía constantemente a los invitados era el de confiar en los sistemas; algunos testimonios dieron cuenta de una desconfianza compartida: ¿dónde va a parar lo que se tira a la basura? A ellos se les responde que hay plantas especializadas esperando que los residuos de los ciudadanos sean de mayor cantidad y, por sobre todo, de mejor calidad.