Tenían un mediotanque en Feliciano Rodríguez y Mac Eachen al que le sacaban todo el jugo que podían, pero era 2003 y estaban entre seguir en esa o irse del país. Al final, ni una cosa ni la otra. Les avisaron que una esquina famosa del barrio –Rossell y Rius y 4 de Julio– estaba para alquilarse, salieron a conseguir una garantía y allá arrancaron con el asado y las pizzas. Primero le pusieron El Viejo Almacén, en homenaje al que funcionó ahí mismo desde 1903, que fue referencia en la zona, apenas dos años después de que Francisco Piria rematara unos terrenos y los llamara Miramar (desde el descampado podía verse la playa Pocitos). Pero parece que el nombre estaba registrado, así que pensaron en el dueño de aquel negocio, don Silverio Novelli.

Al principio, cuenta Martín Malerva Duarte, uno de esos amigos que sacaron adelante Lo de Silverio, la gente se acercaba a darles aliento pero no se quedaba a consumir. Fue una mención en la radio la que los ayudó a capear la crisis, acercándoles clientela.

Malerva tenía experiencia en las brasas, pero tuvo que salir a formarse en cuestiones de cocina para empezar a ampliar el menú. Y tanto se quedaron en la esquina, que terminaron por sumarle el terreno lindero, el estacionamiento, y los mismos socios se hicieron cargo de la reforma. Con el agregado de ese salón, El Rincón de Silverio, llegan a las 200 plazas. Y si en un mes venden 5.000 platos, dice Malerva, que hoy en día pelea tres a dos la carne asada con las propuestas de cocina, en la que los especiales del día, como sorrentinos o pez espada, compiten por las preferencias. El mediotanque quedó en el recuerdo.

Resumidamente, esta es la historia del boliche que cumple 15 años. Como son de festejar, Malerva y su gente anuncian una agenda de shows para mayo (con dos vueltas de comida y bebida), empezando por Agustín Lucas y El Alemán, que alternarán textos y canciones, una dupla que seguramente los habitués de Silverio vuelvan a encontrar por allí antes del Mundial. Los viernes de junio el mago Alex andará por las mesas y para el segundo semestre está en los planes reunir a varias artistas en el ciclo “Ahora cantamos nosotras”. Para la fiesta de fin de año, todo un clásico que la casa suele compartir con el barrio, ya que es a cielo abierto, la idea es “cerrar con Balbis y toda la banda, que se junten Los Terapeutas...”, empieza a contar Malerva, pero en realidad tiene un plan más grande que es mejor no quemar, porque necesitará una infraestructura importante.

Malerva se tiene fe, su apodo lo pinta bien: “Nos tenemos que remontar al año 86. Yo trabajaba de cadete en la Ciudad Vieja y en una sátira a Martini Pregunta que hacían en la tele, en Decalegrón, había un participante que se llamaba Malerva. Tenía la característica de decir siempre que sabía la respuesta y quería tener la razón. Yo era un gurí que nunca decía que no sabía dónde quedaban las calles. Hasta ahora recibo mails, documentos, invitaciones, que dicen ‘Martín Malerva’”.

Noches especiales en Lo de Silverio

Jueves de mayo a las 21.00 Menú único a $ 580 por persona (incluye cubierto artístico): dos muzzarellas con gustos y copa de cerveza (especiales de Patricia) y dos empanadas con otra copa de cerveza. Reservas: 2628 4771.

»» 3 de mayo: El Alemán y Agustín Lucas. Por futboleros y por artistas, se juntan en locales para hacer Notas de vestuario, las canciones de uno y las palabras del otro “atravesados por un balón de cuero viejo”.

»» 10 de mayo: Pitufo Lombardo. Más solo que el uno se llama este espectáculo de cámara con canciones propias y ajenas, de cuna carnavalera y beatlera unida por guitarra e instrumentos accesorios.

»» 17 de mayo: Mandrake Wolf, Nacho Iturria y Wilson Negreyra. Un repaso por toda la obra de Mandrake, algunas canciones inéditas y los candombes con Negreyra.

»» 24 de mayo: Samantha Navarro, en un show íntimo.

»» 31 de mayo: Alejandro Balbis. En pleno proceso de producción de su próximo disco, Balbis hará Historias de un cantor, un show con canciones de El gran pez y Sin remitente, relatos, lecturas y algún tema de adelanto.