A la hora de elegir tomar un café se abren en el mercado local una infinidad de opciones; desde los bares y cafeterías más tradicionales, pasando por las nuevas y pequeñas cafeterías de especialidad, hasta los cafés de cápsula que se pueden tomar hoy en casi cualquier local comercial, las posibilidades son muchísimas. Una opción cada vez más frecuente es decantarse por una cafetería perteneciente a alguna cadena local o internacional.

Encadenados

A diferencia de lo que puede pasar en una cafetería de especialidad trabajada o gestionada por sus propios dueños, las cadenas suelen ser franquicias de marcas internacionales, o ser parte de un proyecto más ambicioso, propiedad de algún grupo económico que maneja varios emprendimientos.

Las cadenas de café suelen ver al café más como un medio que como un fin, y buscan sobre todo ser altamente competitivas para poder así crecer y desarrollarse hasta copar la plaza. Estas cadenas se caracterizan por utilizar estrategias agresivas de posicionamiento y por tener alta rotación de personal. Otra característica cada vez más frecuente es la utilización de tecnologías actualizadas, como las aplicaciones de celular, que permiten aumentar el volumen de pedidos en formato take away y así maximizar ventas y ganancias.

El formato de una cafetería de cadena, incluso aunque el entorno y la decoración del local sugieran lo contrario, suele estar más relacionado con el de la comida rápida que con el de las clásicas cafeterías, siendo más un lugar de comida y bebida al paso que un espacio de distensión y relax. Empleados polifuncionales con uniformes despersonalizados, alimentos preparados en otro lado y filas para hacer tu pedido pueden ser algunas de las marcas distintivas de estos nuevos modelos de cafetería.

La sirenita

En Montevideo, y a tan sólo un año de su instalación, la marca norteamericana Starbucks parece estar ya destinada a ser la número uno en este formato de cafetería, y la única, hasta la fecha, de capital extranjero. De la mano del grupo de capitales mexicanos Alsea, que también administra la marca en Argentina y Chile, la cadena cafetera número uno en ventas y locales de todo el mundo abrió su primer local en Uruguay el 12 de abril de 2018. Apostando a un público muy específico, lo ubicó dentro del Montevideo Shopping Center, y en el correr de un año abrió cuatro locales más: tres en otros tres shoppings y uno en la mutualista Asociación Española.

Si bien las críticas hacia los manejos éticos de estas cadenas suelen ser muy duras, a la hora de probar sus productos nos encontramos con que los cafés con los que trabaja Starbucks son de primera calidad, y los baristas, aunque tomados sin experiencia en el ramo, son formados por la propia compañía.

Los preparados son todos manuales, e incluso, una vez a la semana, se puede, gratuitamente, acceder a degustaciones de distintas cepas de café para las que utilizan el método de extracción tradicional de prensa. Granos originarios de Sumatra, Kenia o Guatemala son algunas de las opciones para el café del día filtrado en papel, mientras que el espresso, que sale de la Mastrena –la máquina italiana que la cadena utiliza en exclusividad–, es siempre un blend de variedades del Pacífico, Asia y Sudamérica, tostado oscuro en Seattle.

Con ese mismo espresso se preparan bebidas como el macchiato, el célebre café con leche, vainilla y una capa de espuma cubierta por caramelo que es una de las marcas distintivas de la firma. Para maridar ofrecen una variada gama de productos que son preparados por un proveedor local del rubro gastronómico.