Hemos dedicado varias entregas a hablar sobre cómo mejorar nuestro espacio de trabajo, conseguir dispositivos funcionales a un precio razonable y movernos en un entorno seguro. Ahora nos concentraremos en el caso en que uno tiene una computadora en desuso porque “está lenta”, pero de pronto aparece como una opción para poder trabajar desde casa.

Lo primero que deberíamos atender es si este problema de “lentitud” se puede resolver con mantenimiento básico (por ejemplo, reinstalar el sistema operativo o desfragmentar el disco). Si la computadora sigue respondiendo poco porque ya es un poco veterana, hay que ser creativos y empezar a pensar en sistemas operativos que consuman menos recursos, pero que sean igual de funcionales que Windows. Aquí entra Linux.

En realidad, “Linux” es el nombre más popular que han adoptado los sistemas operativos (o sea, lo que hace que los programas interactúen con los circuitos) desarrollados con el núcleo Linux, que fue lanzado por primera vez en 1991 por el finlandés Linus Torvalds (de ahí el nombre que adopta).

Lo más sustantivo de estos sistemas operativos es que son de código abierto: cualquier persona puede utilizar, modificar y redistribuir su código. Esto ha permitido que existan múltiples proyectos que utilizan este núcleo y, en consecuencia, que se hayan desarrollado diferentes sistemas operativos a partir de él.

Hoy por hoy uno de los sistemas operativos basados en Linux más empleados a nivel de usuario no lo tenemos en nuestros computadores, sino que generalmente está en nuestros celulares: Android. Según la fuente que uno consulte, la cuota del mercado de dispositivos móviles de este sistema operativo fluctúa entre 73% y 75%. Sin embargo, cuando pasamos a laptops y computadoras de escritorio, Linux tiene una cuota de entre 1,5% y 3%, frente al entre 75% y 85% de Windows.

Las explicaciones de esta baja incidencia de Linux en computadoras van desde que los fabricantes tienen acuerdos firmados con Microsoft que hacen que los dispositivos salgan con Windows preinstalado hasta un mito bastante extendido: los sistemas operativos Linux son “difíciles de usar”.

Respecto de los sistemas preinstalados, tenemos que considerar que como usuario uno está comprando un sistema operativo, aunque no lo quiera. Esto generó que el 15 de febrero de 1999 un grupo de usuarios de sistemas operativos de código abierto se apersonaran en oficinas de Microsoft en diferentes partes de Estados Unidos para exigir, amparados en el acuerdo de licencia de usuario final, que se les reintegrara el costo del sistema operativo. Esa acción tuvo cierta cobertura de los medios de aquel entonces.

Pantalla sencilla

Sobre la complejidad del sistema operativo, hace muchos años se podría decir que estaba algo justificada. Tal vez la interfaz de usuario no era demasiado amigable y muchas de las tareas tenían que realizarse con la consola (es decir, “la pantallita negra para ingresar comandos”). No obstante, hace algunos años esto ha cambiado, y se podría decir que los sistemas basados en Linux son bastante sencillos de usar.

Gracias a la flexibilidad que permiten los proyectos de código abierto, hoy hay disponible infinidad de entornos de escritorio (es decir, interfaces) basados en Linux. Algunos, incluso, emulan casi al mínimo detalle la experiencia de usuario de Windows, al punto de hacernos dudar de qué sistema estamos usando.

De todo para la oficina

Otros motivos que se pueden escuchar sobre la poca cuota de mercado de Linux es que muchos programas no se pueden ejecutar en su entorno. Evidentemente, los programas que están hechos exclusivamente para Windows no corren en Linux (al menos de forma nativa). No obstante,muchas empresas han empezado a desarrollar versiones para Linux de sus piezas de software, e incluso existen alternativas dentro de Linux para abrir o ejecutar archivos que fueron generados en Windows.

Uno de los casos más emblemáticos son los archivos ofimáticos (documentos de texto, planillas de cálculo, presentaciones). Las extensiones .docx generadas desde las nuevas versiones de Microsoft Office son interpretadas por paquetes de software libre, como LibreOffice u OpenOffice, sin mayores inconvenientes.

Probablemente, la parte en que los Linux se queden un poco atrás sea la del ocio. Es una verdad incontrastable que no hay una gran cantidad de juegos desarrollados para Linux, pero esto también está cambiando.

Desde 2013, una de las plataformas de distribución de juegos más importantes del mundo, Steam, ha brindado soporte para estos sistemas operativos. Junto a esto, ha abierto una oferta importante de juegos para estos sistemas, y también ha incentivado a los desarrolladores a lanzar versiones para ellos.

Opciones

Tras esta síntesis de ventajas y desventajas de Linux, veamos qué opciones hay disponibles para instalar en nuestras PC. Primero aclaremos que lo que vamos a mencionar son distribuciones, es decir, versiones de Linux que incluyen un conjunto de paquetes de software ya instalados para simplificar la tarea del usuario al momento de trabajar.

Evidentemente, se puede desinstalar o agregar todo lo que se quiera luego de tener el sistema operativo corriendo. El punto es que las distribuciones son estados iniciales bastante cómodos.

» Una de las más conocidas es Ubuntu, desarrollado por la empresa británica Canonical. Esta distribución tiene una interfaz muy cómoda y tiene soporte para prácticamente 100% de los equipos que se pueden encontrar en el mercado, por lo que no debería tener mayores problemas al momento de ejecutarse. Además, tiene actualizaciones constantes y lanza versiones nuevas cada seis meses, con lo que nunca se queda atrás. No obstante, es una distribución que tal vez no sea recomendable para computadores con algunos años encima.

» Para equipos viejos hay opciones más livianas, como Kubuntu, Lubuntu, Ubuntu Mate o Linux Mint. Todas estas distribuciones, a pesar de consumir menos recursos del sistema, son igual de funcionales que Ubuntu para el usuario general, o como otras opciones igual de robustas, como Fedora o Debian.

Como usuario 100% Linux desde hace ya más de diez años, puedo decir que no extraño nada de lo que hacía en Windows, e incluso diría que funciona mejor que el sistema operativo de Microsoft. Es cuestión de darle una chance.