En Samud, el bazar de Mercado Ferrando (Chaná 2120), empezaron hace cuatro años con 80 especias y ahora tiene 200 en stock. Lo mismo quieren que suceda con las etiquetas de Baltazar, el almacén y vinería que agregaron la semana pasada.

“Planificamos el anexo y la sumatoria de Baltazar pensando en las especias que ya tenemos; el nexo sería la vitrina central, donde agregamos, con el toque especiado, aceitunas maceradas, tapenade, encurtidos como pepinillos, hummus para llevar con zaatar, ras alhanout o harissa, a elección, por arriba, siempre terminado con aceite de oliva”, cuenta Daniel Alonzo. Dice que van a trabajar los nuevos rubros con idéntico servicio, orientando al cliente, contándole de dónde vienen las cosas. “También hay una propuesta de quesos de productores como La Chèvre Blanche, La Mansedumbre y Maia, hay rulos de cabra, camembert, brie, gorgonzola, colonia artesanal de Establecimiento Nicant, los primeros en hacer emmenthal en el país, y un parmesano de diez meses de cura que llega desde San José”. Esa oferta se conecta directamente con la selección de vinos nacionales, para la cual convocaron a la sommelier Anna Larocca como curadora. “Además de asesorarnos en el rubro vino a todo el equipo Samud y de ser encargada de eventos asociados a la marca Baltazar”, recalca Alonzo.

El local incluye “bodegas boutique o experimentales, que nacen de bodegas más grandes que van ramificándose y hacen producciones más chicas. Contamos con varias de esas, como Viña Progreso, alguno de los hermanos Pisano, como Pablo Fallabrino, que está haciendo vinos de bajo impacto, como se les llama, relacionados con el cuidado del ambiente, sin tapa de goma, con parte del sedimento (porque no tienen doble filtrado), igual que Proyecto Nakkal. Tenemos además espumosos y la sidra Matriarca, que es espectacular”, remata.

Se puede comprar la botella a temperatura o tomar allí mismo algunas de ellas por copa o hacer una degustación acompañada de quesos y fiambres artesanales. Con frecuencia semanal prometen preparar un sándwich especial, ensaladilla o tapa veraniega, para complementar tragos sin alcohol y agua tirada Local (esta sí, con doble filtrado).

“Nuestra idea es llegar a un público más joven, que no esté tan por dentro del mundo del vino, que a veces es más estructurado; un público que vea el vino de otra forma”. Esta semana, alineados con la tónica Halloween que sigue el propio Mercado, ofrecen su ya clásico pie de calabaza, que lleva puré especiado, por supuesto, y crema, a $ 195, que, como sugieren, se puede probar con un vino o, por ejemplo, con la Sangría Sangrienta de ocasión.