Habitualmente en Caoba (Salterain 1252, esquina Charrúa) se puede encontrar tabletas, alfajores, bombones y chocolate caliente (tanto pronto para consumir como para llevar y preparar). Todos los productos de la tienda, que abre de lunes a sábados de 10.00 a 18.00, son hechos por Lucía Bravo utilizando materia prima de origen belga.
“El chocolate me gustó desde siempre”, confiesa, y recuerda la primera vez que intentó hacer un huevo de pascua, cuando tenía cinco o seis años: “Con mi papá vaciamos un huevo, limpiamos la cáscara y tratamos de usarla de molde. Ya un poco más grande, como a los 12, con mi tía y algunas primas empezamos a hacer huevos de pascua ya con molde y era re divertido, me encantaba. Empecé más definitivamente en este rubro cuando volví de una pasantía en Francia y conseguí un trabajo en una chocolatería acá. Ahí aprendí un poco las básicas y eso me motivó a viajar a Buenos Aires para hacer un curso de especialización. Desde entonces me mantuve vendiendo para familiares y amigos como un segundo trabajo hasta que hace dos años me animé a dedicarme solamente a esto, y ahora decidí dar el salto y abrir el local”, resume la chocolatera.
Lo que más llevan, y por lo que vuelve su flamante público, es por los alfajores. Pero quizás el diferencial sea el chocolate caliente para llevar, que cuesta $ 110 y es de 300 ml, aunque con un plan a largo plazo conviene llevar el polvo para prepararlo, que cuesta $ 310 y rinde para seis u ocho tazas.
El que se entrega pronto se prepara con leche y cacao puro, de manera que pueda ser igualmente apto para diabéticos. El polvo contiene chocolate procesado con cacao puro en polvo: se pone una cucharada en leche caliente, se revuelve y queda pronto.