En 2014, una pareja fue encontrada culpable de asesinato y condenada a prisión. Nada de spoiler alert, es lo primero que se ve en la pantalla cuando comienza la miniserie Landscapers, disponible en el catálogo de HBO Max. Como ocurre en muchas ficciones o documentales del género en true crime, el veredicto no es la recompensa. Y cualquiera con mínimos conocimientos de Google podrá encontrar toda la historia contada frente a sus ojos. Lo que importa es el camino, o mejor dicho cómo han decidido pavimentarlo.
Por eso hay un par de méritos que hacen que este producto se destaque en un panorama atiborrado de interrogatorios, recreaciones y abogados defensores. El guionista Ed Sinclair y el director Will Sharpe pretenden ofrecernos una historia que escapa de los formatos clásicos, en una movida que podría resultar contraproducente. Si no lo es (y obviamente los resultados pueden variar), es entre otras cosas porque la pareja es interpretada por una actriz y un actor de categoría.
Por un lado tenemos a David Thewlis, a quien hemos visto en películas como Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017), en la franquicia de Harry Potter haciendo de Remus Lupin y prestando su deliciosa voz al Hechicero de la Vergüenza en la siempre recomendable serie animada Big Mouth.
Del otro lado tenemos a Olivia Colman, actriz que atraviesa uno de sus mejores momentos en cuanto a críticas y se ha llevado varios premios en los últimos años gracias a sus papeles en las series The Night Manager y The Crown, y por la película La favorita (Yorgos Lanthimos, 2018). De todos modos, para mí siempre será la implacable Madrina en las dos temporadas de Fleabag. Espero que todos la hayan visto y, de no ser así, vayan corriendo a Prime Video.
Cuando la acción comienza, Christopher y Susan Edwards viven en París y tienen dificultades para llegar a fin de mois. Así que el tímido caballero llama a su madrastra y le confiesa (para justificar su periplo) que 15 años antes enterró los cuerpos de sus suegros en el jardín de la casa en la que habitaban. Eso dispara una investigación policial, con el consiguiente arresto de los Edwards y su interrogatorio. En Reino Unido creen que ellos quisieron ocultar un doble crimen, pero ellos tienen una historia diferente. El desenlace, de nuevo, está incluido en los segundos iniciales del episodio 1.
Mientras todo esto ocurre, con interesantes actuaciones por el lado de los detectives (incluyendo a Kate O’Flynn y Samuel Anderson), la forma de contar la historia empieza a cambiar. Poco a poco el mundo de fantasía en el que viven se cuela en la ficción, primero rompiendo la cuarta pared y después dinamitando los cimientos de la construcción.
Algunas escenas se presentan con un formato casi teatral. Otras son reinterpretadas de acuerdo a las películas que disfrutaban. El último episodio, sin ir más lejos, cuenta parte de la acción como si se tratara de un western, en paralelo a las escenas del juicio. Y constantemente los creadores de la serie nos recuerdan que es solamente eso. Que los actores están parados en una escenografía y que la escenografía se desarma al terminar de filmar.
La calidad actoral es indiscutible, mientras que las decisiones narrativas podrían espantar a más de uno, sobre todo en el último episodio. Pero al menos Landscapers arriesga, y eso siempre es digno de nuestra atención.
Landscapers, cuatro episodios en HBO Max. Por suscripción o en paquete de televisión por cable.