Antonio Dumas (Oscar Martínez) es un prestigioso curador de arte argentino, aunque vive hace décadas en España, con una impresionante trayectoria en la museística. Sin embargo, cuando se presenta al llamado para nuevo director del Museo de Bellas Artes de Madrid, todo indica que no es el candidato más idóneo. Conservador, conformista, atrasado: así lo hacen sentir sus competidoras para el cargo –una experta en géneros y otra en etnias– y el propio Antonio termina por confesar ante el tribunal que, evidentemente, han perdido el tiempo tanto ellos como él, dado que no es quien están buscando.
Para su sorpresa, es contratado para el cargo y se transforma en el flamante director de uno de los más importantes museos de España. Pero sus problemas apenas han comenzado. Y serán problemas hilarantes.
El combo conformado por Mariano Cohn y Gastón Duprat parece haber encontrado un hogar fijo en las producciones que continuamente llegan a nuestros hogares mediante Star+ (ahora incluido en Disney+). Como guionistas y directores, son responsables de varias películas excelentes, como El hombre de al lado, Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo, Todo sobre el asado, El ciudadano ilustre, Mi obra maestra y, también dentro de Star+, de la popularísima serie El Encargado, con Guillermo Francella.
En esta oportunidad, el dúo creativo suma a Andrés Duprat, hermano de Gastón, quien aprovecha su experiencia de vida en un cargo similar al de Antonio Dumas (hasta comparte iniciales), sólo que en su caso fue director del Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Muchas de las situaciones que Andrés vivió allí fueron cuando menos peculiares y sirven aquí –quiero creer que exageradas, pero quién sabe– para disparar las muchas cuitas y peripecias que vivirá el protagonista mientras intenta sacar adelante el museo, tratar con sus empleados y programar las diferentes exposiciones que se irán rotando por sus salas.
Cohn y los Duprat no caen en la facilidad de hacer de Antonio un héroe, ni siquiera uno imperfecto. Aunque no pocas veces uno puede empatizar con él a medida que se le aparecen los problemas –alimentados por la corrección política, mayoritariamente–, se trata de un personaje con aristas muy oscuras. Cáustico, por decir lo menos, es una persona con pocos vínculos humanos –flagrante mal padre y aún peor abuelo–, lo que lo vuelve por momentos más antipático que los muchos estúpidos y estúpidas que irán rotando frente a él.
Esta suerte de venalidad total de los involucrados permite una lectura más compleja de Bellas Artes. Efectiva comedia, crítica ácida, mordaz y muy divertida, la serie apunta tanto al mundo de las artes como a la actual manera de clasificar el mundo en buenos (los míos) y malos (todos los demás). Oscar Martínez está simplemente brillante en su rol; es dueño y señor de toda la serie, que lamentablemente es muy breve (apenas seis episodios) y, en definitiva, inconclusa (no cierra de ninguna manera y todavía no se ha anunciado una segunda temporada). Bellas Artes se ríe del arte contemporáneo, de los tiempos actuales e incluso de sí misma, lo que es muy sano. Ojalá tengamos más de ella.
Bellas Artes. Seis capítulos de 30 minutos. En Disney +.