Se acaba de estrenar El niño que sueña, un documental que rescata la vida de Philippe Genty, un titiritero que recorrió el mundo transformando el arte escénico y que ahora, pese a todo pronóstico de salud por una enfermedad degenerativa, continúa creando.

La película es dirigida por Andrés Varela, codirector, junto a Sebastián Bednarik, de varios documentales que giran en torno a fenómenos populares, como Maracaná, Mundialito y Benedetti: 60 años con Luz. La fotografía, por su parte, estuvo a cargo de César Charlone.

Con una fuerte presencia de archivo entrelazado con entrevistas recientes de personas cercanas a Philippe, al comienzo del documental parece construir una crónica sobre la carrera del artista. Sin embargo, a partir del quiebre narrativo que detona la enfermedad con la que lucha ahora, a sus 83 años, la película se vuelve un testimonio sobre la belleza de la fragilidad que imprime Genty en sus trabajos. Si bien a él le cuestan acciones mundanas de la vida, es en el acto de la creación que Philippe vuelve a ser quien siempre y le gana con determinación al desgaste del cuerpo.

Varela construye una narrativa en la que las imágenes se convierten en protagonistas. Es el montaje de las propias imágenes de Genty la que nos evoca el mundo que fue construyendo. Varela se caracteriza por lograr una particular intimidad con sus personajes, y en este caso, se suma el hecho de que formó parte de la compañía de Philippe una vez que terminó sus estudios en la EMAD. En la película se aprecia la defensa de este tipo de propuesta dramática dispuesta a romper con los convencionalismos del teatro clásico, trayendo obras construidas desde lo onírico, un elemento fundacional en la obra de Philippe Genty.

Entre los bosques de Bretaña, Philippe vive con su mujer Mary Underwood, bailarina y colaboradora clave en su obra. Mary se presenta como el contrapeso perfecto de Philippe: en la película se la ve como sostén emocional y también como interlocutora creativa, compartiendo ideas y recuerdos sobre lo que ambos han tejido con los años.

El niño que sueña es un gesto de cariño a un amigo titiritero y a una forma de vivir la vida a través de los sueños que logran representar en la realidad otra forma de entenderse.

El niño que sueña. 68 minutos. En Movie Montevideo y Life Cultural Alfabeta.