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De más
Mantener la credencial en tu ciudad natal y encontrarte en la fila de votación a compañeros de la escuela que están todavía más estropeados.
Hacer el acto final en el interior si tu partido es fuerte en Montevideo y hacerlo afuera si es al revés.
Que te pongan como candidato para perder las elecciones porque igual la principal figura de tu partido tiene grandes chances en 2029 y un año después estar peleando la presidencia.
El principio de indeterminación de Heisenberg, que dice que en una elección pareja hay que hacer de cuenta que perdiste para no desilusionarte después y a la vez mostrarte confiado para no sembrar derrotismo.
Ser el analista político de un grupo inversor y ya arrancar para la costa porque tenés pronto el informe que lleva tranquilidad acerca del resultado en Uruguay.
Los fuerazos que se consiguió Pedro Bordaberry.
Que las notas de color sean a los uruguayos que llegan a Tres Cruces desde Argentina y no a los tacheros uruguayos que viven en USA y llaman a Gorzy.
Que la moda de las rencillas entre liceales se haya trasladado desde Malvín Norte y la Curva de Maroñas a un lugar mucho más cool, como la sede del grupo Magnolio.
El plano contrapicado que metió el milico de inteligencia que grabó la conversación privada entre Orsi y Nacho Álvarez.
De menos
Las encuestas con un margen de error tan grande que siempre dan empate técnico.
Tener que esperar el recuento de observados.
Definir que la mejor campaña es NO hacer campaña y darte cuenta de que te salió el tiro por la culata 48 horas antes de la veda.
Que todavía falten las departamentales de mayo.
Que Manini Ríos no grabe más videítos para ordenar a su tropa.
Que las encuestas de Nery Pinatto ya no generen ni siquiera consumo irónico.
Que un debate de 1980 tenga más onda que otro de 2024.
Ganar una elección y que la felicidad te dure un par de horas porque sabés que la cosa va a estar dificilísima.
Perder una elección y amargarte cinco años.
Ser periodista y que te manden cubrir la votación de Sendic.
Creer REALMENTE que sos importante porque tu nombre aparece entre las notas más leídas de El País.
Decir “qué pelotudez eso de darle importancia a qué papeleta salió en el primer sobre que abren en el circuito” pero después amargarte porque la primera que sale es del otro candidato.
Acostarte el domingo y chequear en el celu las actualizaciones de la Corte Electoral hasta que te das cuenta de que son las ocho de la mañana y tenés que ir a trabajar.
Tener que despertarte temprano el lunes postelecciones para ir a trabajar.