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De más
Ir a entregar ayuda humanitaria y que los fascistas genocidas que te interceptaron no te maten.
Los juguetes didácticos de madera que te sirven para sentirte menos culpable por tener a tus hijos mirando la tele siete horas por día.
Tener gente de tu país escuchando a Netanyahu en la ONU, para atender todas las campanas y poder anotar.
Los emprendimientos urbanísticos que pueden establecerse en zonas anteriormente pobladas por gente que no agregaba valor y andaban medio descalzos.
Las chombas de Flavio Perchman.
Flavio Perchman
No saber quién es Flavio Perchman
Que el gobierno tenga la humildad suficiente como para no querer entrar en la historia.
Que te regalen una entrada para ver a Rod Stewart, así la podés vender y con eso comprar entradas para el tablado durante todo febrero.
Ser maduro y poder separar las canciones del Pelado Cordera de sus declaraciones, a pesar de que no pensás escuchar ninguna de las dos.
Que Fernando Cabrera deforme tanto las canciones que parezcan nuevas.
La guita.
Los antialérgicos.
Haber averiguado finalmente quién es Larbanois y quién es Carrero.
Las clases de pilates en las que te dejan comer choripán y tomar cerveza.
Admirar a Javier Milei desde Uruguay y estar tranquilo porque no va a tardar en aparecer en otro país algún facho al que adorar.
La entrevista a Carlos Negro que sale en esta misma página.
De menos
Que los triunfos de Uruguay ya no sean en fútbol sino en deportes como atletismo, remo y vela, que están hechos para los gringos.
Empezar a calcular cuánta comida vas a comprar para la cena de Fin de Año y que la muerte de un bisabuelo te obligue a hacer todos los números de nuevo.
Prepararte durante semanas para dar un discurso en la ONU y que después te escuchen solamente un par de delegados que se quedaron dormidos.
Que el stripper de tu despedida de soltera caiga disfrazado de empleado público.
La barba de Flavio Perchman.
Flavio Perchman
Que al final de cuentas Gabriel Oddone sea el único que sabe lo que quiere hacer.
Que todavía no se sepa por qué un 121 terminó en el mar en la rambla de Pocitos.
Que antes se pudiera acumular sueldos y cargos incompatibles y ya no se pueda.
Terminar convenciéndote de que el impuesto del 1% a los ricos es contraproducente.
Que ningún gobernante en Uruguay esté tan loco como para adelantar la Navidad.
Tener que quedarte varado en Estados Unidos por el shutdown del gobierno, que cerró todas las oficinas públicas, incluidas las de migración.
Que un senador que heredó un patrimonio trate de nenes de papá a unas personas que arriesgan la vida a manos del ejército de Israel por llevar unos paquetes de fideos.
Pedirle a Chat GPT que te dé argumentos para demostrarle a tu pareja que no tiene razón.