La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) dio un ultimátum a los militares que dieron un golpe de Estado el miércoles, y remarcaron que no descartan el uso de la fuerza si no liberan y devuelven el poder en una semana al presidente depuesto, Mohamed Bazoum.
La Cedeao “tomará todas las medidas necesarias para restablecer el orden constitucional en la República de Níger” y estas “pueden incluir el uso de la fuerza”, dijo el presidente de la Comisión de la Cedeao, Omar Touray, en declaraciones recogidas por la prensa nigeriana tras la celebración de una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno del bloque, este domingo en Abuja, la capital política de Nigeria. “A tal efecto, los jefes de Estado Mayor de la Defensa de la Cedeao se reunirán inmediatamente”, agregó.
La junta militar nigerina aseguró el sábado que la Cedeao planea aprobar un “plan de agresión contra Níger a través de una intervención militar inminente en Niamey”, la capital del país, y advirtió de su “fuerte determinación” de defender el país, según un comunicado consignado por Efe.
El golpe de Estado fue liderado por una junta militar, el Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CLSP), que anunció la destitución del presidente Bazoum, la suspensión de las instituciones, el cierre de las fronteras y un toque de queda nocturno hasta nueva orden.
Liderada por el general Abdourrahmane Tiani, la junta golpista anunció ejercer “el conjunto de los poderes legislativos y ejecutivos” en “espera de la vuelta al orden constitucional normal”. El viernes, en su primera declaración pública luego del golpe, Tiani justificó la acción militar “por el deterioro de la situación de la seguridad” en el país, uno de los más pobres del mundo, donde operan células de grupos yihadistas como Al-Qaeda y Estado Islámico.
El golpe de Estado en Níger es el sexto en el continente africano desde agosto de 2020, cuando el ciclo de quiebres institucionales comenzó en Malí. En ese país, al igual que Níger, una excolonia francesa, el Ejército aprovechó el descontento de la población por unas elecciones parlamentarias calificadas como fraudulentas y la incapacidad del gobierno para proteger a la población de los grupos extremistas que operaban en el país, y los soldados arrestaron al presidente Ibrahim Boubacar Keita y lo obligaron a renunciar. Unos meses después, en abril de 2021, tal como recordó The New York Times, hubo un golpe de Estado en Chad, donde en medio de un conflicto bélico interno el presidente de facto Idriss Déby fue asesinado y reemplazado por una junta militar liderada por su hijo, Mahamat Idriss Déby.
En setiembre de 2021 la situación se repitió en Guinea, donde los militares desplazaron del poder a Alpha Condá, quedando como presidente Mamady Dombouya, un oficial de alto rango entrenado por Estados Unidos. Un mes después, en octubre del año pasado, hubo un golpe en Sudán, donde los principales generales del país tomaron el poder, incumpliendo un acuerdo de reparto del poder que debía conducir a las primeras elecciones libres en décadas.