Este domingo, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió con su par estadounidense, Donald Trump, en la ciudad de Kuala Lumpur, la capital de Malasia, donde ambos llegaron para participar como invitados en la 47ª Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, entidad que integran Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Horas antes de cumplir 80 años de edad, algo que sucederá el lunes, Lula pudo hablar cara a cara con Trump, en una instancia que era muy esperada, tanto por cuestiones simbólicas como por el efecto práctico que tuvo la reunión, que ambas partes calificaron como muy positiva.

El clima entre Brasilia y Washington se tensó a mediados de este año, cuando la administración liderada por Trump impuso aranceles de hasta 50% a algunos productos brasileños que ingresan al mercado estadounidense. La decisión, de acuerdo a lo que se expresó en ese momento desde la Casa Blanca, respondió básicamente a temas políticos, ya que por esas semanas se estaba realizando una fase del juicio que terminó con la condena a prisión del expresidente Jair Bolsonaro por liderar un intento de golpe de Estado en 2022. Lula revindicó la soberanía de su país frente a la imposición de Trump, pero nunca cerró la puerta a las negociaciones para resolver las cuestiones comerciales entre ambos países.

En setiembre, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebró en Nueva York, Trump y Lula se cruzaron brevemente, luego de lo cual el estadounidense dijo que tenía “buena química” con su par brasileño, lo que abrió el paso para el encuentro que finalmente se concretó este domingo.

“Discutimos la agenda comercial y económica bilateral de forma franca y constructiva. Acordamos que nuestros equipos se reunirán de inmediato para avanzar en la búsqueda de soluciones a los aranceles y sanciones contra las autoridades brasileñas”, declaró Lula en sus redes sociales, tras su reunión con Trump, que se extendió durante casi una hora.

Por su parte, Trump dijo que había sido “un gran honor” reunirse con Lula, poco antes de su cumpleaños número 80. El sábado, un día antes del encuentro con el presidente estadounidense, durante una reunión con periodistas brasileños, Lula había bromeado sobre la simultaneidad de ambos eventos y dijo que Trump podría comer “un trozo de su torta” de cumpleaños.

Tras la reunión en Kuala Lumpur, la cuenta oficial de la Casa Blanca publicó una foto del apretón de manos de los presidentes, acompañada de la siguiente declaración de Trump: “Es un gran honor estar con el presidente de Brasil. Creo que podemos lograr muy buenos acuerdos para ambos países. Siempre hemos tenido una buena relación y creo que continuará”.

La revista brasileña Carta Capital informó que en la reunión junto con Lula participaron el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, el asesor jefe adjunto del asesor especial del presidente, Audo Faleiro, y el secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, Márcio Elias Rosa.

Por su parte, Trump acudió al encuentro con el secretario de Estado, Marco Rubio, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante comercial Jamieson Greer.

La conclusión más importante después de la reunión es que las partes acordaron comenzar a discutir de inmediato la cuestión arancelaria, e incluso horas después del encuentro entre los mandatarios, altos funcionarios de ambos gobiernos se encontraron con tal finalidad en la capital malaya.

Además, trascendió que en la reunión Lula le ofreció a Trump actuar como mediador entre Estados Unidos y Venezuela, en un momento en el que las tensiones entre la Casa Blanca y Caracas están en un nivel muy alto. “El presidente Lula planteó el tema, afirmando que América Latina, y en particular Sudamérica, es una región de paz, y se ofreció a ser un contacto, un interlocutor, como lo ha sido en el pasado, con Venezuela para buscar soluciones mutuamente aceptables”, declaró el canciller Mauro Vieira, según consignó el portal Metrópoles. De acuerdo a lo que dijo el canciller, Trump le agradeció el gesto y aceptó la mediación.

En charlas posteriores, integrantes de ambos gobiernos hablarán sobre otras cuestiones de interés para Washington y Brasilia, como el acceso de las empresas estadounidenses a las reservas de tierras raras brasileñas, la reducción de los aranceles de importación del etanol estadounidense, el fin de la retórica de desdolarización del comercio brasileño que viene impulsando Lula y el fin de las sanciones impuestas por la Casa Blanca a varios ministros que integran el Supremo Tribunal Federal.

Las repercusiones de la reunión

Obviamente no está claro que se llegue a acuerdos en todos los puntos, pero la jugada de Lula de no dinamitar puentes resultó, lo cual le valió elogios desde diferentes sectores dentro de su país.

El presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, integrante del partido derechista Republicanos, afirmó que el diálogo y la diplomacia volvieron a ser una prioridad en las relaciones entre Brasil y Estados Unidos. “Felicito a los presidentes Lula y Trump por la importante reunión de hoy. Me complace ver que el diálogo y la diplomacia vuelven a estar en el centro de las relaciones entre Brasil y Estados Unidos. Cuando los líderes deciden dialogar, la historia lo agradece. Así ha sido en los momentos decisivos del mundo, siempre con palabras, nunca con silencio. La Cámara permanece a disposición de nuestra diplomacia, votando sobre asuntos importantes en este tema y comprometida con el servicio al país”, expresó el legislador derechista en su cuenta de X, según consignó Agência Brasil.

Desde la izquierda, el senador Humberto Costa, representante del Partido de los Trabajadores por el estado de Pernambuco, enfatizó que la conversación entre Lula y Trump resultó en “avances inmediatos en la agenda comercial y en la búsqueda de soluciones a los aranceles y sanciones”.

“¡Así se hace la política exterior: con respeto, soberanía y determinación!”, expresó Costa en sus redes sociales. Mientras tanto, el diputado federal Ivan Valente, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad, afirmó que Lula actuó como un estadista ante los aranceles impuestos por Trump. El presidente está “restaurando las buenas relaciones comerciales entre ambos países”. “Lula actuó bien desde la imposición de las sanciones, ¡y ahora está cosechando los frutos!”, escribió Valente en su cuenta de X.

Los resultados de la reunión entre Lula y Trump también fueron valorados positivamente por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), la entidad empresarial industrial más importante de Brasil. En un comunicado, la organización destacó que el diálogo entre las partes representa “un avance concreto en las negociaciones bilaterales y refuerza el compromiso de ambos gobiernos con la construcción de soluciones equilibradas para el comercio entre Brasil y Estados Unidos”.

Para la CNI, el anuncio de las negociaciones sobre el aumento de los aranceles determinado por la administración republicana es “un paso significativo” que demuestra la inminente posibilidad de construir una solución “que restablezca la previsibilidad y la competitividad de las exportaciones brasileñas, fortaleciendo la industria y el empleo en el país”.

Medios locales recordaron que, en setiembre, representantes de la CNI lideraron una misión empresarial que viajó a Washington con autoridades brasileñas para reunirse con líderes empresariales estadounidenses con la finalidad de analizar el impacto de los aranceles en las relaciones comerciales entre ambos países.