El ejército israelí anunció este domingo que comenzó extensas operaciones terrestres en el norte y el sur de la Franja de Gaza como parte de una nueva fase de la conquista del territorio palestino.
“Hemos lanzado una operación terrestre como parte de la Operación Carros de Gedeón. La directiva es clara: derrotar al enemigo y destruir su infraestructura dondequiera que operemos”, expresó el jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Eyal Zamir, durante una visita a Gaza este domingo, consignada por medios locales.
Esta nueva fase de la ofensiva, que había sido anunciada inicialmente por el gobierno de Benjamín Netanyahu hace exactamente dos semanas, estuvo precedida de intensos bombardeos sobre varias partes de Gaza que provocaron solamente durante los últimos tres días 400 asesinatos.
Como respuesta al anuncio de este domingo, desde la Franja de Gaza, después de semanas sin hacerlo, se lanzaron dos cohetes hacia el territorio israelí, que no causaron víctimas ni daños mayores.
La existencia de una complejísima red de túneles en el territorio de Gaza diseñada por Hamas es la única explicación por la cual los milicianos islámicos aún pueden llevara adelante, muy esporádicamente, este tipo de acciones, así como también mantener allí cautivos a 58 rehenes israelíes, 21 de ellos con vida.
Paralelamente, la extensión de la campaña terrestre sobre Gaza fue marcada por la hambruna creciente en el territorio debido al implacable bloqueo impuesto por el gobierno de Netanyahu y sus aliados extremistas, que están privando a una enorme mayoría de la población gazatí al acceso a los insumos más elementales, comenzando por el agua y la comida.
Esta situación humanitaria extrema está generando numerosas reacciones de parte de gobiernos del mundo, además de promover advertencias desde muchas agencias de las Naciones Unidas.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, pidió el sábado que se presione para detener la “masacre en Gaza” de Israel.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, instó a Israel a detener su ofensiva militar en Gaza y afirmó que los civiles palestinos ya no deben pagar el precio de la guerra.
“Tenemos que decirle al gobierno israelí: ‘Ya basta’”, declaró Tajani. “No queremos ver sufrir más a la población palestina. Detengamos los ataques, garanticemos un alto el fuego, liberemos a los rehenes, pero dejemos en paz a un pueblo que es víctima de Hamas”.
Desde Alemania, un país que por razones históricas suele ser extremadamente cauteloso cuando se refiere a las acciones israelíes, el Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno de Friedrich Merz declaró que la intensificación de la ofensiva en Gaza le generaba preocupación, tanto por los objetivos estratégicos de Israel como por la situación humanitaria en el enclave palestino.
“Israel tiene, como cualquier otro Estado, el derecho a defenderse en el marco del derecho internacional. Sin embargo, la actual línea de acción podría costar la vida a los rehenes restantes, incluidos los rehenes alemanes, que aún temen por sus posibilidades de supervivencia, tras casi 600 días en las mazmorras de Hamas”, expresó la cancillería alemana en un comunicado.
Incluso el presidente estadounidense, Donald Trump, en el cierre de su gira por Medio Oriente, en la que visitó sucesivamente a Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, pero no a Israel, se refirió a la situación en el territorio palestino. “La gente se muere de hambre en Gaza y Estados Unidos se ocupará de ello”, dijo el viernes el mandatario republicano, sin dar mayores detalles.
Este domingo, a la vez que Israel anunció la nueva fase de su invasión, una delegación de negociadores israelíes mantuvo conversaciones indirectas con representantes de Hamas en Doha, la capital qatarí. Entrada la tarde, un integrante de la delegación israelí citado por la agencia Reuters declaró que hasta ese momento los avances en las negociaciones habían sido casi nulos.
El sábado la oficina de Netanyahu había informado que las conversaciones indirectas entre Israel y Hamas incluirían discusiones sobre una posible tregua, un acuerdo para la liberación de rehenes y el fin de la guerra. En el comunicado, el gobierno israelí enfatizó que el fin del conflicto debe contemplar la desmilitarización de la Franja de Gaza y el exilio de los militantes de Hamas.
Mostrando lo lejos que estaban las posiciones, el domingo por la tarde un alto funcionario de Hamas declaró a la señal en árabe de CNN que su grupo planteó un cese del fuego por 60 días a cambio de la liberación de entre siete y nueve rehenes y 300 prisioneros palestinos.