El presidente argentino, Alberto Fernández, y los gobernadores mantendrán este sábado un encuentro virtual para coordinar la logística para la distribución de las primeras 300.000 dosis de la Sputnik V, que llegaron a Ezeiza el jueves desde Rusia.

Las dosis llegaron un día después de que Argentina se convirtiera en el segundo país ‒Rusia fue el primero‒ en autorizar la aplicación de la Sputnik V para prevenir el coronavirus. Se trata de una autorización de emergencia, como las que han recibido hasta ahora las vacunas en los distintos países del mundo, que se emitió tanto a la vacuna rusa como para la desarrollada por los laboratorios Pfizer (Estados Unidos) y BioNTech (Alemania).

La autorización fue firmada por el Ministerio de Salud siguiendo la recomendación de la agencia reguladora argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Allí se manifiesta que “la información disponible” sobre los ensayos clínicos de la vacuna, desarrollados en Rusia, “indica que no se han presentado eventos adversos graves, ni falta o menor efectividad en los diferentes grupos etarios para los cuales está indicada actualmente”.

La aprobación de la vacuna se dispuso para personas de entre 18 y 60 años. Es en esta población que presenta menos factores de riesgo y por eso fue la elegida para comenzar los ensayos clínicos, que después continuaron con las personas de mayor edad. Los resultados conocidos y documentados de la Sputnik V, los consultados por la Anmat, refieren únicamente a esa población.

Por eso la semana pasada el presidente ruso, Vladimir Putin, de 68 años, dijo que él no se aplicaría la vacuna todavía, algo que fue utilizado en Argentina contra Alberto Fernández, de 61 años, quien había asegurado que sería el primero en aplicársela cuando llegara al país. La coalición opositora Juntos por el Cambio pidió al gobierno que difunda la información consultada para emitir la autorización.

Esta semana se procesó la información sobre las pruebas en mayores de 60 años, y el laboratorio que desarrolla la vacuna, el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya, adelantó que “no hay efecto colateral alguno”. El laboratorio no añadió cuándo estarán prontos los informes sobre estas últimas pruebas, que permitirían, una vez avalados por la Anmat, empezar a vacunar a las personas de esa edad.

Las negociaciones con Pfizer y la posibilidad de AstraZeneca

El ministro de Salud argentino, Ginés González García, dijo esta semana que las negociaciones con el laboratorio estadounidense continúan, pero reconoció su “frustración” por lo complicadas que han sido. Pfizer pidió a Argentina la aprobación de una ley que la exima de responsabilidad por eventuales efectos secundarios. Dijo que ningún otro país informó que se le haya planteado este requisito ni aprobó una ley en este sentido.

El gobierno argentino está en conversaciones con otros tres laboratorios, dijo González. Entre ellos están las empresas chinas Sinopharma y Sinovac pero no el estadounidense Moderna, dado que el precio de su vacuna es mucho más elevado que los demás. Es de 38 dólares por dosis frente a los diez de Sputnik y los 20 de las vacunas de laboratorios chinos.

Argentina también cuenta con un acuerdo para producir la vacuna desarrollada por Oxford y AstraZeneca, pero hay demoras importantes. Los ensayos clínicos en personas mostraron que tiene una efectividad de 70% cuando se aplican las dos dosis, pero aumenta a 90% cuando se aplica una dosis y media. Este último hallazgo se debió a un error de procedimiento, por lo cual se retomaron los ensayos para confirmarlo.

El plan de vacunación

El gobierno argentino prepara, en conjunto con los gobernadores provinciales, la adjudicación y aplicación de estas primeras 300.000 dosis de la Sputnik V. El ministro de Salud, Ginés González García, contó al canal de televisión C5N que se solicitó a cada provincia y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que informen cuántas dosis necesitan para vacunar al personal de la salud que está más expuesto al virus. En función de esas cifras, se armaron paquetes que serán enviados a las distintas provincias y la vacunación comenzará en simultáneo en todo el país.

El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan, dijo este viernes que la vacunación comenzará el lunes. Allí los primeros en vacunarse serán un médico intensivista y dos enfermeras, así como, en un gesto simbólico, el gobernador Axel Kicillof.

Cierre de fronteras

Desde el gobierno hay un mensaje que se transmite constantemente a la población: la llegada de la vacuna no implica dejar de aplicar los cuidados sanitarios necesarios para evitar los contagios. Esta semana el ministro de Salud argentino, Ginés González García, se mostró molesto en varias apariciones públicas por las aglomeraciones que pueden verse, sobre todo en algunos barrios de ciudad de Buenos Aires y la periferia. “No es que estamos mirando el horizonte a ver si viene la segunda ola, es que la estamos llamando a que venga”, lamentó en C5N.

Entre setiembre y noviembre Argentina reportó más de 10.000 casos de covid-19 de forma diaria, con un pico de 18.326 el 21 de octubre. Desde ese entonces el total de diagnósticos diarios estaba bajando, lo que llevó al fin de la cuarentena obligatoria el 9 de noviembre. El 6 de diciembre fue la cifra más baja, 3.278 casos nuevos, pero desde ese entonces el número de contagios volvió a crecer de forma sostenida.

Las autoridades muestran su preocupación por la situación tanto del país como de sus vecinos, especialmente Uruguay y Brasil. Esta semana el gobierno decidió volver a cerrar las fronteras: sólo pueden ingresar los argentinos y residentes que cuenten con un test negativo de covid-19 realizado 72 horas antes. Esto implicó el fin de la apertura turística que, desde noviembre, permitía el ingreso de ciudadanos de los países vecinos.

Las (supuestas) demoras en las negociaciones para conseguir vacunas chinas y el futuro del embajador

El embajador argentino en China, Luis María Kreckler, y el canciller, Felipe Solá, no tienen la mejor relación, según medios locales. Kreckler era responsable de las conversaciones con las autoridades chinas para conseguir las vacunas desarrolladas por los laboratorios Sinopharma y Sinovac (la de este último es la adquirida por el estado brasileño de San Pablo). Solá informó al presidente argentino, Alberto Fernández, que Kreckler no había cumplido con la meta de llegar a un acuerdo a fin de año, se tomó licencia “por contaminación” y se fue de vacaciones a la exclusiva isla de Hainan. Con el aval de Fernández, Solá decidió destituir a Kreckler, lo que se concretaría con la publicación en la próxima edición del Boletín Oficial.

Sin embargo, Kreckler asegura que envió diez cables a Solá con información sobre las negociaciones y no tuvo ninguna respuesta. En el último de ellos, enviado el martes, anuncia que llegó a un acuerdo con Sinopharm para obtener 30 millones de dosis en 2021, el primero de los cuales llegaría en enero; el único punto pendiente sería el del precio. En declaraciones a Infobae, el embajador confirmó que se tomó licencia, pero aseguró que está “a disposición” del gobierno y que permaneció en Beijing.

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