El VII Congreso del Frente Amplio (FA) debatió entre sábado y domingo, en tres comisiones, sobre el balance, la crítica y la autocrítica de los 15 años de gobierno y la derrota electoral sufrida a nivel nacional en 2019, así como de la caracterización de la situación actual y las estrategias a futuro. Sobre el final de la doble jornada del Congreso se habilitaron las tres candidaturas a la presidencia de la fuerza política, que serán sometidas a votación el 5 de diciembre.
El documento se terminó por completo en lo que tiene que ver con la caracterización de la situación actual y las estrategias del FA, pero resta definir el balance, la crítica y la autocrítica (la más larga de todas), y para ello se conformó una comisión especial con una integración mixta entre integrantes del Plenario Nacional e integrantes de los comités de base. Concretamente, según supo la diaria, no son más de una veintena los párrafos los que quedaron por definir.
El Congreso tuvo lugar el sábado en tres sedes: el Palacio Peñarol, el club Atenas y el club Cordón. Allí trabajaron cada una de las comisiones, que el domingo llevaron sus conclusiones al Palacio Peñarol. El documento, que fue aprobado en su generalidad, concluye con un trabajo de meses en todos los niveles del FA y abre las puertas a una nueva etapa de la fuerza política, que antes de fin de año sabrá quién será su nuevo presidente y tendrá como desafío más próximo el referéndum contra los 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC) en 2022 y luego el andar hacia las elecciones de 2024.
La declaración emitida por el FA tras la instancia del domingo indica que “en nuestro país vivimos bajo un gobierno de derecha, de orientación neoliberal, restaurador y regresivo, con impactos negativos en lo económico, lo social y lo cultural”. “En lo económico, sólo favorece a sectores concentrados de la economía –los ‘malla oro’– mientras ha puesto el centro en el equilibrio fiscal, regateando la inversión y el gasto social, ignorando la tendencia mundial a invertir para afrontar las consecuencias de la pandemia”, se afirma, y se agrega que además acompaña a esas acciones “una embestida contra el Estado para llevarlo a su mínima expresión, una negación hacia la principal fuerza política y una intolerancia hacia los movimientos sociales que corre el riesgo de erosionar la calidad democrática. La aprobación de la LUC es el indicador más claro de esta orientación”.
También se afirma que esa concepción del Estado está llevando a un manejo “poco transparente de la cosa pública y una entrega de la soberanía en aspectos específicos, como el caso del puerto de Montevideo. Una actitud atenta y la acción política permanente del FA deben enfrentar esas decisiones de manera organizada y decidida”, añade la declaración.
En cuanto a los gobiernos del FA, “el Congreso reconoce y valora profundamente los enormes cambios positivos experimentados por la sociedad uruguaya durante 15 años”. La declaración dice que “los triunfos electorales permitieron desarrollar gobiernos e implementar políticas públicas que mejoraron la calidad de la vida de la población en diferentes aspectos de la vida económica y social, así como generar una potente agenda de derechos que amplió las libertades para toda la población. El actual gobierno recibió el 1º de marzo de 2020 un país inocultablemente mejor que el que recibió el FA 15 años atrás”, expresó la fuerza política.
“Pero es necesario asumir que mientras eso ocurría, la centralidad de la tarea de gobierno fue debilitando el funcionamiento orgánico de la fuerza política y la relación con actores sociales y la población en general. Se presentaron dificultades en el funcionamiento orgánico y en la articulación política, que no siempre pudieron ser resueltas y que presentan desafíos que deben ser asumidos”, añade la declaración.
En este sentido, el FA se planteó como “tareas principales” las de “fortalecer su estructura, mejorar su dinámica de funcionamiento, incrementar el diálogo, el intercambio y la articulación con otros actores sociales impulsores de un proyecto de cambio y continuar en la tarea permanente de conocer, analizar e interpretar la sociedad uruguaya actual”.
En la declaración se indica que el proyecto del FA “debe buscar superar el modelo productivo actual, atender principalmente las desigualdades existentes considerando la distribución de la riqueza y la reorganización del trabajo productivo y reproductivo que recae en las mujeres, buscar eliminar los efectos negativos de la covid-19, considerar especialmente los temas ambientales y su vínculo con el desarrollo económico sostenible, estimular la generación de conocimiento considerando especialmente la revolución digital y trabajar en el campo de los valores para revertir el individualismo imperante en la sociedad, sin olvidar nuestro compromiso permanente con memoria, verdad y justicia”.
“Para honrar sus principios y valores, el FA debe asegurar la incorporación efectiva a su estructura y su dinámica con formas adecuadas de representación de género, generaciones, identidades y territorios. Entre otras cosas, ello supone alcanzar una efectiva paridad, una representación adecuada de los diferentes territorios y en particular del interior del país, y la inclusión de las generaciones más jóvenes en la conducción de la fuerza política”, sigue el texto.
El homenaje
En la instancia del domingo se homenajeó a la exsubsecretaria de cancillería Belela Herrera, a la exministra de Defensa Azucena Berrutti, a la senadora Alba Roballo y a la docente Milte Radiccioni. Tras un aplauso de pie de los presentes, Herrera hizo uso de la palabra y dijo que estaba muy emocionada y que quería dejar unas palabras “de recuerdo”, porque “vale la pena que los jóvenes sepan la lucha que se dio para que finalmente tengamos este FA”. Destacó que su padre fue uno de los firmantes para la creación del FA, un defensor de la idea de que los “cristianos y marxistas debían trabajar juntos por un FA común”, y su madre, una “férrea demócrata cristiana”, y que ambos habían sido un “ejemplo” para “sus siete hijos”.
También se refirió a Berrutti, quien estaba sentada a su lado, y manifestó que no tenía palabras para expresar lo que había sido su “trabajo y su tesón para la defensa de los derechos humanos, la defensa de los perseguidos políticos y de tantos otros que necesitaban una mano. Ella no dudó en ningún momento de arriesgar su vida para la ayuda y la defensa de personas perseguidas”.
Herrera reiteró lo que ha sido una de sus luchas y llamó a concretar el voto en el exterior de los uruguayos. “Es absolutamente necesario que en la próxima elección –yo no sé si estaré, pero los estaré mirando de arriba– los uruguayos puedan ejercer su voto, porque no son de afuera, son nuestros”, manifestó.
Hacia noviembre
Posteriormente se dio paso a Fernando Pereira, Ivonne Passada y Gonzalo Civila, cuyas candidaturas fueron habilitadas por el Congreso. Los tres llegaron por separado y en distintos momentos al Palacio Peñarol, y en el cierre del evento atravesaron entre abrazos con los distintos dirigentes la platea armada arriba de la cancha de básquetbol, que tuvo en las primeras filas a varios de los principales referentes del FA, como el expresidente José Mujica, los intendentes Carolina Cosse y Yamandú Orsi, el exintendente Mariano Arana y los senadores Lucía Topolansky, Mario Bergara y Liliam Kechichian, entre otros. Tras varios minutos de saludos, subieron al escenario y dieron cada uno un discurso.
El primero en tomar la palabra fue Pereira, quien expresó: “Hemos atravesado 15 años de gobierno y permítanme decir que, con todas las autocríticas que ha hecho el congreso, el FA llegó para cambiar la historia del Uruguay. Llegó para cambiar el Uruguay. Todo lo que quisiéramos no, pero llegó para cambiar el Uruguay”.
Pereira dijo que “el futuro del FA” puede estar “en poder hablar con toda la sociedad” y en “que se llene” de “cultura, de la academia, de la intelectualidad”. “Que se llene el FA de todos aquellos que tengan ideas para pensar, para renovar, pero sobre todo de jóvenes que vengan a revolucionar la política, que se llene de arriba abajo, no para pintar carteles, para renovar nuestra vida política”, pidió.
A su vez, hizo énfasis en derrotar en el referéndum a la campaña liderada por la coalición de gobierno: “Ninguno de los tres que nos candidateamos a la presidencia vamos a perder de vista que de acá al 5 de diciembre, pero sobre todo de acá a marzo o abril [fecha en que podría desarrollarse la instancia electoral], no hay ninguna tarea más importante que construir esta nueva mayoría contra una derecha conservadora que colocó su peor cara en la LUC”.
A su turno, Passada hizo diversas referencias a su deseo de que el FA tenga paridad en su orgánica y en las listas. “La paridad es una resolución política, no podemos esperar a que esté en un estatuto, debemos construirla entre todos y todas, es un cambio cultural y de tener oportunidades. Para los jóvenes lo mismo, es un tema de oportunidades y para eso debemos estar con resoluciones políticas”, expresó. Según dijo, “esa voluntad está”. “Que esté la presencia de género en estas candidaturas no alcanzó, pero es un avance”, añadió.
También llamó a “abrir la mirada” sobre el interior, donde el FA siente que perdió apoyo popular de cara a las elecciones de 2019: “No tenemos un interior, tenemos varios interiores y esos interiores hay que atenderlos, yendo, estando, abriendo esos espacios”, dijo, y agregó: “Eso nos va a permitir crecer”.
Sobre la LUC y el referéndum, referencia ineludible de los tres candidatos, llamó a aprovechar la campaña “para hacer ese trabajo” de encuentro con la población. Así, dijo que son necesarios “dos patines: uno para hablar con todos nuestros compañeros y compañeras del país, el otro para estar hablando mano a mano con la gente”. “Necesitamos derogar estos 135 artículos de este gobierno neoliberal, neoconservador, de un herrerismo que lo conocemos de hace tiempo, que lo sufrimos en los 90 y vuelve a repetir la misma receta”.
Por último, Civila dijo que “este Congreso cierra una etapa e inicia una nueva”, que “tiene que estar signada por internalizar buena parte de las reflexiones, de los debates” que tuvieron lugar este fin de semana. Específicamente sobre los “debates autocríticos”, señaló: “Asumimos que somos parte de lo que tiene que ser transformado. Si queremos cambiar el Uruguay de raíz, de fondo, tenemos que cambiarnos a nosotros mismos, a nosotras mismas, tenemos que transformar también nuestra fuerza política”.
Una de las puntualizaciones que realizó el secretario general del Partido Socialista es que “no basta con hacer transformaciones desde el Estado si no fortalecemos las herramientas colectivas para organizar al pueblo y transformar la realidad desde su base”, porque si no “los cambios no se pueden sostener”.
“La derrota que tuvimos que vivir, que nos costó un duelo, fue una derrota electoral y política, pero también fue una derrota ideológica. Debemos asumir que el avance de un imaginario meritocrático, individualista, de una tremenda fragmentación social, ha sido un obstáculo formidable para que muchos cambios que pudimos hacer desde las políticas públicas no se sostuvieran en el tiempo y no nos permitieran acumular fuerzas para ir hacia cambios más profundos”, sentenció.
Civila aseguró que no se tomará el camino hacia el 5 de diciembre “como un tiempo de campaña” a la interna del FA, ya que “la única campaña que vamos a tener es para anular 135 artículos de la LUC, que es el corazón del proyecto de clase de la derecha”.
Finalmente, Civila planteó algunos deseos para el futuro de su fuerza política. “Este FA tiene que animarse a una imaginación poscapitalista, transformadora de verdad, tiene que animarse a discutir las relaciones de poder en la sociedad uruguaya”, dijo, y añadió: “Debemos animarnos a discutir qué vamos a hacer para enfrentar de verdad la impunidad, porque pudimos en algunas cosas, pero nos faltó en otras”. Luego opinó: “Tiene que animarse este FA a plantear un paradigma alternativo contra el punitivismo”.