“Hace mucho tiempo que existe una internacional socialista. Precisamos algo así como una ‘internacional conservadora’. No exactamente como una organización formal, sino una red de intercambio de informaciones, discusión de estrategias y posibles soluciones para problemas internacionales”, dijo a la edición brasileña de la BBC la diputada Beatrix von Storch, que pertenece al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania.
La dirigente se reunió en julio con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que la recibió en el Palacio de Planalto, y con uno de sus hijos, el diputado Eduardo Bolsonaro. Esos encuentros generaron el repudio de distintas organizaciones políticas y sociales. El Museo del Holocausto brasileño, que tiene sede en Curitiba, manifestó que Alternativa para Alemania es un partido político “con tendencias racistas, sexistas, islamófobas, antisemitas, xenófobas y un fuerte discurso antiinmigración”, y la Confederación Israelita de Brasil señaló que sus líderes “minimizan las atrocidades nazis y el Holocausto”. A esas consideraciones se agregó el dato simbólico de que Von Storch es nieta de Lutz Graf Schwerin von Krosigk, que fue ministro de Finanzas de Adolf Hitler.
En la entrevista con la BBC, la diputada vinculó las reacciones de rechazo a su visita con un intento de las izquierdas de Brasil y Alemania de “sabotear” sus “negociaciones” encaminadas a establecer vínculos con la derecha de otros países. Dijo que esas izquierdas “temen que la cooperación internacional conservadora pueda llevar a una promoción mucho más eficaz de los valores cristianos y conservadores en el mundo occidental”, con lo cual verían limitada su capacidad de “presionar” a las “instituciones democráticas e influenciar en la política”. A su entender, “la izquierda está muy bien organizada globalmente”, y “Antifa y Black Lives Matter son organizaciones internacionales”.
Von Storch calificó a Brasil como “una potencia global y un aliado estratégico”. Opinó que “después de la salida de [Donald] Trump, Bolsonaro es el líder conservador más importante del mundo occidental”. También elogió a Steve Bannon, el estratega del expresidente estadounidense, que ha asesorado a la ultraderecha europea y se ha vinculado también con los Bolsonaro desde las elecciones de 2018: “Sus ideas son una inspiración para muchos conservadores en todo el mundo”.
Desde Vox hasta Milei
La idea de establecer una red de vínculos internacionales entre partidos de extrema derecha no es exclusiva de Von Storch. La ha impulsado Bannon, y también Eduardo Bolsonaro ha trabajado con ese objetivo. Justamente, semanas atrás se encontraron los dos en Dakota del Sur, en Estados Unidos, en un encuentro político organizado por el empresario trumpista Mike Lindell. Allí el hijo del presidente brasileño compartió con los demás participantes las dudas que siembra su padre sobre la transparencia de las elecciones del año que viene en Brasil, que son muy similares a las que instaló Trump con respecto a las elecciones de 2020 en Estados Unidos.
En el encuentro en Dakota del Sur, el diputado brasileño dijo en una conferencia de prensa que visitó al expresidente estadounidense y agregó: “Aproveché para invitarlo a visitar nuestro país cuando lo considere conveniente y, quién sabe, participar en un CPAC-Brasil”. Se refería a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC en inglés), una organización con fuerte influencia en Estados Unidos y que reúne a dirigentes de extrema derecha de ese país y de varios otros.
El hijo del presidente brasileño ya se ha reunido con políticos ultraderechistas que abarcan desde el partido español Vox hasta el húngaro Fidesz. Hace algunos días, en Twitter, el diputado apuntó hacia Argentina. Con la frase: “Tiene la palabra el argentino Javier Milei”, difundió un video del candidato a diputado por el Partido Libertario, quien afirma que “los impuestos son una rémora de la esclavitud” y que “la educación pública se transformó en un antro de adoctrinamiento”.