La interna del Partido Nacional (PN) está en un momento clave de definiciones: esta semana se conoció un acuerdo electoral sellado por la vicepresidenta, Beatriz Argimón, y el senador Juan Sartori, lo que generó “sorpresa” en filas blancas.

El objetivo de la alianza, promovida por Argimón, es hacer crecer el ala wilsonista de cara a la competencia electoral, informó el jueves el semanario Búsqueda, y el acuerdo no está atado a que alguno de los dos sea precandidato.

El senador suplente de Sartori, Juan Straneo, señaló a la diaria que la alianza surgió de un “acto espontáneo del propio Juan” ante una solicitud de Argimón de “hace tiempo” en la que pidió “juntarse y conversar mirando en clave de partido y país hacia adelante”. A eso, Sartori le contestó a la vicepresidenta: “Me gusta, dale para adelante. Trabajemos esto juntos”.

Para Straneo, no hay un objetivo político “inmediato” más que el de “unificar criterios” en lo que refiere a la tarea legislativa y política “hacia adelante, sin definición de precandidaturas ni alineamientos, sin cerrar ningún tipo de puerta, dejando como variable que uno de los dos pueda ser candidato”.

Desde Todos por el Pueblo, sector que lidera el empresario, creen que debería ser candidato, aunque Sartori, por el momento, prefiere no adelantarse. “Beatriz analizará qué es lo que quiere hacer ella”, apuntó Straneo, y no descartó un eventual apoyo a algunos de los precandidatos ya salidos a la cancha, como el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado (a quien Argimón se siente más afín a respaldar), la economista Laura Raffo o el senador blanco Jorge Gandini.

En síntesis, el senador suplente señaló que antes de las internas la alianza “puede admitir alteraciones cuando llegue el momento de definiciones porque puede integrarse más gente”. En ese sentido, expresó que puede haber una apertura a un bloque de corte wilsonista “más amplio” en el que puedan converger sectores como Mejor País y “por qué no” el Espacio 40, que lidera el ministro de Defensa, Javier García.

Al ser consultado sobre si ya iniciaron las conversaciones con estos dos sectores, que sellaron un acuerdo meses atrás, Straneo expresó que “más que conversaciones lo que hay es una persona con una visión política disruptiva que no es la tradicional que impacta con una decisión para que se genere movimiento político en un contexto inesperado”, en alusión a Sartori.

Señaló que a partir de ahí espera “las derivaciones”. Se espera que la semana que viene, en el marco de algunas reuniones que se llevarán adelante entre legisladores blancos para analizar el “funcionamiento” del Parlamento hasta diciembre, Sartori vuelva a “sentarse y conversar” con Argimón.

Mientras, según informó el viernes El País, Argimón, que lidera Futuro Nacional, se encontraba en conversaciones con el novel sector D Centro, que condensa a figuras de distintas filas del PN y a un número importante de exintegrantes de Alianza Nacional, y anunció en agosto el apoyo a la precandidatura de Delgado.

Si bien dentro del partido los dirigentes dicen que “todos están en conversaciones con todos”, una fuente del nuevo sector confirmó que hace tiempo venían hablando con Argimón y que la concreción del acuerdo con Sartori fue una sorpresa no sólo para ellos sino también en los entornos de ambos dirigentes. Sin embargo, no descartan que ambos, conjugados en un espacio, terminen apoyando a Delgado.

Desde el PN hay quienes consideran que el acuerdo no le suma sobre todo a Argimón, ya que Sartori no tiene estructura militante en el territorio y, además, a diferencia de las elecciones pasadas, en las que había una expectativa por su figura, hoy la ciudadanía lo “confrontó con la realidad”, en referencia a su poca asistencia parlamentaria y partidaria, dijo la fuente.

El visto bueno

El diputado Rodrigo Goñi, que integra el Espacio 40, que recientemente entabló un acuerdo electoral con el sector Mejor País, resaltó en diálogo con la diaria que son dos dirigentes con “movimientos propios”, que no “tenían ningún compromiso con nadie”. Señaló que, al igual que su sector, “uno cuantas más alianzas tiene, mejor preparado llega” a las elecciones.

También sostuvo que es una incógnita saber qué va a pasar a futuro con este acuerdo. “Hay muchas cosas por dilucidarse, entre otras cosas, porque hay muchos candidatos que todavía no han oficializado candidaturas. Lo que sí tienen que hacer las agrupaciones es congregarse para esperar mejor el momento de definiciones, tanto para apoyar candidaturas o tener una propia”, apuntó.

El senador Sebastián da Silva, del mismo sector, opinó en la misma línea y sostuvo que, a diferencia del Frente Amplio, que “está muy angosto”, el PN “tiene que tener muchos espacios para todos”. También adelantó que a él no le sorprendió el acuerdo: “Beatriz necesita soporte y Sartori a una figura como Beatriz. Los dos ganan”.

Consultado sobre si Argimón pierde por el lado del wilsonismo al asociarse con Sartori, Da Silva opinó: “Hay gente a la que le encanta encasillarse por ser wilsonista o herrerista, yo soy de otra generación. Hay diferencias, pero no conozco un sector del PN que no esté mezclado. El gobierno más wilsonista del PN lo está haciendo Lacalle Pou”.

Por su parte, el senador blanco Rodrigo Blás, del bloque Sumar, que acompaña la precandidatura de Raffo, recibió “muy bien” la noticia del acuerdo entre Argimón y Sartori. En diálogo con la diaria, indicó que “todo lo que sea del partido reactivándose y reposicionándose hacia una elección interna que le dé vigor me parece buena cosa”. Blás opinó que “para eso son las internas”.

“Aquellos que se sientan más afines busquen la preferencia de los blancos. Todo eso le da vigor al partido, abre espacios distintos, que nos permiten llegar a más lugares, levantar más ideas y estar más en contacto con la gente para palpar las distintas realidades y luego lograr los programas comunes que terminan siendo la bandera de todos”, consideró.

Blás sostuvo que desde el bloque que respalda a Raffo mantuvieron contactos con Futuro Nacional, de Argimón, y el sartorismo. “Hemos estado desde el inicio de Sumar, primero llegando a acuerdos con algunos compañeros como el herrerismo y Alianza Nacional, y abiertos a otro tipo de acuerdos. Este es un camino que sigue hasta junio, en el que el partido va a encontrar, generar espacios, uniones, separaciones, como cualquier interna”, aseguró.

En tanto, el presidente de la Cámara de Representantes, el herrerista Sebastián Andújar, dijo a la diaria que “cuanto más grande es el menú, más representados se sienten los militantes del partido”.

Sartori en la mira de la Jutep

Los días corren para Sartori, que se encuentra intimado por la Junta de Ética y Transparencia Pública (Jutep) a presentar en un plazo de 15 días hábiles la declaración jurada de su esposa, Yekaterina Rybolóvleva, y los balances de sus empresas.

En caso de no cumplir con estas obligaciones, según la Ley 17.060, que regula la actuación de los funcionarios públicos, “no podrá ejercer nuevamente la función pública hasta tanto no presente la declaración omitida”, y deberá pagar una multa por aproximadamente 80.000 pesos.

Para Da Silva, es un tema que abarca el “ser y el deber ser”, y de “pragmatismo”, por lo que no necesariamente tendría que abordarse en la Comisión de Ética del PN. “La esposa tiene derecho a no querer presentar uno de los patrimonios más importantes del mundo y Uruguay no tiene capacidad de auditoría de ese patrimonio”, argumentó. Agregó que, por un lado, está “el deber ser”, que indica que debe presentar la declaración jurada y, por otro, “el ser”, que indica que “es medio inviable el control, entonces puede terminar en una pérdida de tiempo”.

Mientras tanto, para Blás, “Juan quedó embretado” con el “sistema” de declaraciones juradas, que genera “problemas” porque tiene que “cumplir con la voluntad de declarar lo de otra persona, más allá de que sea la esposa de uno”. “Son cosas que pasan, lo que ha podido hacer ahora Sartori es presentar su declaración jurada, que es lo que depende de él. Lo otro, si bien es un problema política y legal, nace en un tema personal de difícil solución”, estableció.

Al ser consultado sobre si el caso Sartori debería pasar a la Comisión de Ética, el senador respondió que no lo cree dado que “es un problema que no depende de él, sino de la voluntad de su esposa”. "Esto deja de ser un problema político para ser un problema personal con la ley y la Jutep”, agregó.