El asunto de los “cuarentones” apareció por primera vez en junio de este año, cuando el economista Hugo Bai, asesor de la representación de los trabajadores en el Banco de Previsión Social (BPS), advirtió que la reforma jubilatoria recientemente aprobada en el Parlamento incluía la eliminación de la bonificación que tenían las personas entre 40 y 49 años afiliadas de forma voluntaria a las AFAP, un beneficio previsto en el artículo 28 de la Ley 16.173 que, básicamente, multiplica por 1,5 las asignaciones computables mensuales para el cálculo jubilatorio. La reforma establecía su supresión gradual entre 2033 y 2043, período de convergencia hacia el nuevo sistema previsional común, al mismo tiempo que se daba una compensación a través del suplemento solidario, subsidio variable creado en la reforma.
En ese momento, Bai le recomendó a los cuarentones agendarse en el BPS para asesorarse y, en caso de constatarse un perjuicio, revocar la afiliación voluntaria a la AFAP y reintegrarse al régimen de solidaridad intergeneracional del BPS, para lo cual hay tiempo hasta el 30 de noviembre. Ante un posible traspaso masivo de los ahorros de los “cuarentones” desde las AFAP hacia el BPS, el Ejecutivo propuso la creación de un fideicomiso, que fue aprobado la semana pasada en el Parlamento con los votos de todos los partidos.
La idea había sido planteada por el Frente Amplio (FA) durante la discusión de la Rendición de Cuentas. El diputado del FA Gustavo Olmos dijo a la diaria que la figura del fideicomiso es “para no contaminar los números y no alterar el resultado del BPS”, que de otro modo tendría un incremento extraordinario que “no responde a la gestión cotidiana”. Indicó que de esta manera se está emulando el fideicomiso de los “cincuentones”.
En su pasaje por la Cámara de Diputados, al proyecto se le incorporó un artículo aditivo, que luego fue refrendado por la Cámara de Senadores. Este establece que, durante “el período de convergencia” de la reforma, el cálculo jubilatorio de los afiliados de forma voluntaria a las AFAP tendrá en cuenta “hasta la máxima bonificación”, conforme al artículo 28 de la Ley 16.713. Es decir, ya no hay eliminación gradual de la bonificación, que se mantiene íntegra hasta 2043, cuando recién empezaría a otorgarse el suplemento solidario.
El diputado colorado Conrado Rodríguez, que había presentado este aditivo como un proyecto de ley aparte, sostuvo al momento de la votación que este cambio “va a permitir que miles de trabajadores tengan un mejor cálculo jubilatorio”. En el proyecto de Rodríguez se argumentaba que, de no modificarse, “se hará un cálculo con cierto grado de discrecionalidad y hasta arbitrariedad, seguramente en forma perjudicial para esos afiliados, lesionando y desconociendo su derecho adquirido”. El aditivo fue aprobado con los votos de la coalición de gobierno.
Solución parcial
En diálogo con la diaria, el director del BPS en representación de los trabajadores, Ramón Ruiz, dijo que este último cambio “soluciona una parte del problema” de los cuarentones, pero no todo. “De acuerdo a los primeros cálculos, aunque no podemos afirmarlo de forma contundente, a los mayores de 45 [años] ahora les va a servir mantenerse, pero a los menores de 45 no les va a convenir, porque no les pagarían la bonificación”, señaló, aunque aclaró que “no hay un corte exactamente”. Por eso, su recomendación es que “la gente se siga agendando y que reciba el asesoramiento” en el BPS. El plazo límite continúa siendo el 30 de noviembre.
Para Ruiz, “no queda claro por qué se otorga el 100% de la bonificación a todos quienes alcancen la causal jubilatoria” antes de 2043, mientras que a quienes lo hagan después “se les saca por completo”, siendo “un derecho adquirido para todos los que se afiliaron voluntariamente a una AFAP”.
Por otra parte, Ruiz afirmó que esto “favorece a las AFAP”, ya que pretende evitar el traslado de fondos de las AFAP hacia el BPS; asimismo, cuestionó que el aditivo se haya aprobado “24 horas antes de que comience la veda para aprobar reformas sobre seguridad social” y “sin ningún tipo de proyección de cuánto cuesta”. En ese sentido, afirmó que el mantenimiento de la bonificación hasta 2043 supone “muchas dudas sobre el principal objetivo que tenía el gobierno con la reforma, que era la sostenibilidad económica y financiera del sistema”.
“Los mismos que en abril levantaron la mano para eliminar la bonificación ahora votan por seguir pagando esa bonificación”, criticó Ruiz. “Yo creo que a esta reforma lo único que le queda es el aumento de la edad de retiro; esa es la única medida que realmente va a impactar en la sostenibilidad económica y financiera del sistema en el corto plazo y mediano plazo”, agregó.