La frenteamplista Ana Olivera asumió el 1º de marzo la presidencia de la Cámara de Representantes y, en el marco de la campaña electoral, sabe que la principal tarea será justamente que ese recinto funcione. “No se nos escapa que los legisladores van a estar haciendo campaña, pero la vida de la ciudadanía no se suspende”, dice en entrevista con la diaria.
La exintendenta de Montevideo y exsubsecretaria del Ministerio de Desarrollo Social advierte que “hay muchas maneras de retroceder” en materia de derechos y, a su entender, existen algunos ejemplos claros en este gobierno, como es el caso del funcionamiento del Sistema Nacional de Cuidados. “La ley existe, los principios rectores existen, pero si vacío la ley, si no le doy los recursos, es lo mismo”, apunta.
Considera que Carolina Cosse es la precandidata que puede llevar al Frente Amplio (FA) a ganar el próximo gobierno y destaca su “mirada estratégica y los altos niveles de compromiso que tiene con lo que dice que se va a hacer”.
¿Qué balance hacés del trabajo parlamentario de estos últimos cuatro años?
En la Cámara de Diputados, a diferencia del Senado, el trabajo parlamentario está mucho más concentrado en el funcionamiento de las comisiones que después en lo que sucede en la cámara. Nunca había sido legisladora, empecé con tareas públicas en 1994 –no en la militancia, porque empecé a militar con 16 años–, hice toda la campaña con Mariano Arana, integrando su equipo de suplentes, y en febrero de 1995 empecé a tener tareas de visibilidad pública y responsabilidades en ese sentido. Así fue hasta 2020, cuando entré aquí –no estaba en mis planes inclusive–, y para sentirme útil entré en la Comisión de Presupuestos, la de Asuntos Municipales para despuntar el vicio, y la de Población y Desarrollo, que es la que básicamente aborda el tema de las políticas sociales. Estas dos últimas son especiales. Pero la Comisión de Presupuestos tiene una peculiaridad: trabajás con 17 personas 45 días de corrido. Eso genera una relación de trabajo distinta entre el oficialismo y la oposición. Integré la comisión de la ley de urgente consideración (LUC), ese fue mi estreno acá adentro, y de verdad que fue una experiencia imponente, porque al igual que en el Presupuesto, que fue inmediatamente después para Diputados, es mirar la vida del país. Hay discusiones que se dan en los ámbitos de las comisiones que no trascienden el ámbito de la comisión, que son intensos, que llevan su tiempo, y sólo se ve el resultado final. Nosotros como bancada nos planteamos cómo hacer para que lo que discutimos acá salga del mármol del Palacio.
Asumís la presidencia en un año muy particular. ¿Qué desafíos sentís que vas a tener este año?
Tiene una peculiaridad, que es la del fin del período. No te podés plantear las grandes transformaciones, pero hubo avances importantes en el funcionamiento de la cámara y vamos a ver cómo seguimos trabajando en esa dirección, con el voto electrónico. Lo más importante que tengo que hacer es que, en el marco de la campaña electoral, la Cámara de Diputados funcione. No se nos escapa que los legisladores van a estar haciendo campaña, pero la vida de la ciudadanía no se suspende. Tenemos temas en carpeta para seguir legislando, tenemos temas en comisiones que todavía no culminaron, tenemos temas que vienen del Senado y que tenemos que analizar, y capaz que hay temas en los que tenemos que, por lo menos, ser caja de resonancia. Esto es algo que intentamos desde la bancada del Frente Amplio en cada uno de los grandes proyectos que hubo: buscar la participación de las organizaciones sociales. Nosotros quisimos que con la discusión de la LUC la gente se involucrara, viniera y dijera su opinión; es cierto que cada uno venía y hablaba de su pedacito, pero pasaron 135 organizaciones sociales y por el Presupuesto Nacional pasaron 120. Buscamos permanentemente que la gente sienta que nosotros necesitamos de sus planteos para legislar.
¿Qué proyectos va a impulsar la bancada del FA durante este último año?
Vamos a reunirnos con la bancada para definir. Hay, por ejemplo, un proyecto que es bien interesante, con el que nos sentimos muy identificados, que es el de los entornos digitales con relación al tema de la infancia y de la adolescencia. Hay algunos aspectos de las regulaciones sobre los que nosotros tenemos que trabajar y a veces sentís que cuesta mucho regular. Algunos piensan que no hay que regular tanto, pero nosotros tenemos varios temas sobre la mesa de regulación, por ejemplo, los alquileres por plataformas o los casinos online. Hay temas que tenés que abordar, y creo que lo dejó sobre la mesa lo que pasó con Pedidos Ya; qué terrible encontrar que de un día para otro hay 250 personas despedidas que se enteraron por Whatsapp. Sobre todas esas cosas nosotros pensamos que no solamente se debe legislar, sino también generar los debates.
Hablando de debates, Cabildo Abierto quiere avanzar en un proyecto de ley para “restablecer” el principio de inocencia en la ley de violencia hacia las mujeres basada en género. ¿Creés que va a tener andamiaje?
Espero que no. Lo dije en el discurso de asunción: los temas de las mujeres y el feminismo no son una moda. El otro día alguien preguntaba qué importaba más a la ciudadanía, si era más importante denunciar lo de [Sebastián] Marset o denunciar la ideología de género. Una cosa terrible. Vaya si nos tiene que importar la corrupción y el avance del narcotráfico, pero, por otro lado, no se puede engañar a la gente con que existe una ideología de género y no la búsqueda permanente de la igualdad de género, que no nació con los 15 años de gobierno del Frente Amplio, en todo caso tuvo avances en cuanto a la legislación, pero en 1791 Olimpia de Gouges, que murió guillotinada, decía: “Si me pueden guillotinar, ¿por qué no tengo los mismos derechos en otras cosas?”. Venimos de batallas importantísimas, [pero] las primeras mujeres electas en el Parlamento lo fueron en 1943. En toda la historia de este Parlamento sólo cuatro mujeres presidimos la cámara. Efectivamente, la izquierda fue forjando un núcleo de mujeres que fueron dando la pelea, en muchos casos, en avanzada de sus propios sectores. Todas las leyes son perfectibles. Hoy tenemos una ley de violencia basada en género para la cual todavía no existen todas las herramientas, por ejemplo, en el caso de la Justicia. Pero puso sobre la mesa que la violencia existía. Hoy existe violencia en toda la sociedad y tenemos que buscar cómo abordarla, pero existe una violencia específica hacia la mujer por el hecho de ser mujer. El 2 de marzo, cuando vino el presidente, había gente manifestándose en esa dirección. Es posible que estos temas estén sobre la mesa porque hacen al perfil de cada sector político. Es posible que [Cabildo Abierto] presente este proyecto, que no lo veo viable. Los propios estudios dicen que más del 85% de las denuncias son reales. No se puede legislar por la excepción, se legisla por la regla.
Hoy tenemos como espejo la situación de Argentina. Ha habido un gran avance de la lucha feminista, pero se están implementando muchos cambios que muestran que es muy fácil ir para atrás. ¿Esto enciende algunas alarmas? ¿Qué diferencias ves con el sistema uruguayo?
En los períodos de gobierno del Frente Amplio trabajamos mucho para que los avances se reflejaran en leyes. Yo me acuerdo de que en su momento decía que no se trataba de una nueva agenda de derechos. Es al revés, es poner sobre la mesa derechos para aquellos que no los tenían y debían tenerlos. Con el matrimonio igualitario o con la ley para personas trans se puso sobre la mesa que existía una necesidad que no estaba reconocida. Lo otro que sabemos es que no hay procesos irreversibles y que, más allá de que lo pongas en leyes, existen mecanismos para violentarlas. Tenemos un montón de temas que se consagraron en leyes en el período pasado en los que se logró enlentecer su aplicación. El Sistema Nacional de Cuidados es un ejemplo muy claro. En el sistema hay un monto de dinero que quedó compartido entre Discapacidad y el Sistema de Cuidados, cuando eran dos cosas absolutamente separadas y que requieren un trato diferencial. En el aspecto vinculado con los asistentes personales fueron disminuyendo año a año la cantidad de asistentes. Hay cosas que están encadenadas. La ley existe, los principios rectores existen, pero si vacío la ley, si no le doy los recursos, es lo mismo. Hay muchas maneras de retroceder. Creo que en algunos sectores de la sociedad, desde el principio, hubo oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo, a la ley de violencia basada en género, a la ley trans. Ninguna de estas leyes tuvo unanimidad, pero tuvieron amplísimas mayorías. Si hay algo que es imponente es la Marcha de la Diversidad o la marcha del 8 de Marzo, que no es más montevideana. A las conquistas hay que poder defenderlas, y por eso es importante la sociedad organizada.
Campaña electoral: “Nosotros pretendemos la radicalidad de los cambios que proponemos”
¿Cómo impactan en el transcurso de la campaña las encuestas de las últimas semanas que le dan la ventaja al FA?
El Frente Amplio está convencido de que no hay elección ganada, y es algo que repetimos en la Mesa Política. Esto implica asumir la autocrítica que hicimos. Nos ayudó la LUC porque nos llevó a golpear puertas, hablar con la gente, escuchar todo lo que tenían para decir. Escuchar a aquel que está arrepentido de lo que hizo y a aquel que nos llenó la cara de dedos porque sintió que no habíamos dado respuesta. Y es algo que hicimos sistemáticamente. Con “El FA te escucha” seguimos recibiendo a organizaciones sociales. Salimos con el Presupuesto Nacional y con cada Rendición de Cuentas a explicar qué era lo que contenían. Salimos a todo el país con el tema de la reforma jubilatoria porque, más allá de cómo cada uno se posicione respecto de las firmas, todos estamos de acuerdo en que no da respuesta a los problemas del pueblo y retrocede. Entonces, ese contacto permanente, de todos estos años, prácticamente desde que fuimos derrotados, nos ha posibilitado darnos cuenta de que esto es permanente y que eso tiene que ver con lo que somos. El Frente Amplio se creó para la acción política permanente, no para la elección. Hay una resolución que me parece muy importante para esta elección interna, que es que va a haber una campaña frenteamplista. Más allá de las campañas sectoriales, cada uno respaldando a los candidatos, hay una parte importante de la campaña que tiene que ser frenteamplista. La gente pide que vengan los cuatro acá y van los cuatro acá y van los cuatro allá. ¿Por qué? Porque sabemos que la elección no está ganada.
Y te voy a decir algo más. Este año va a haber mucha plata puesta por el gobierno, mucha plata. Y, por lo tanto, nosotros tenemos que hacer también la operación de decir qué pasó todos estos años. Eso implica hablar con la gente. Porque el gobierno tuvo plata para gastar en primera infancia y no la gastó, y la primera infancia fue subiendo un punto cada año en pobreza. ¡Cuatro puntos crecimos! Cuatro puntos que son miles de niñas y niños. Entonces, uno se pregunta: ¿qué derecho? Tuviste 50 millones de dólares en 2022 y no los gastaste. Firmaste los convenios para gastarlos en diciembre de 2022 y podías empezar a gastarlos en enero de ese año y no los gastaste en 2023. Y tenés las rendiciones de cuentas que dicen que la mayor parte del dinero del programa famoso “404” [Atención Integral a la Primera Infancia] recién se iba a instrumentar este año. Este año está la platita ahí guardadita para ponerla. En el caso del fondo de infancia y en el caso de la persona pública no estatal que crean para luchar contra la pobreza, que se va a manejar en el ámbito del derecho privado, va a haber mucha plata.
Nosotros tenemos que llevar nuestra gestión de contralor del buen uso de los dineros, porque ese también es el rol del órgano legislativo, no solamente elaborar las leyes. ¿Qué pasó con los fideicomisos de vivienda? Estuvimos casi los dos primeros años de gobierno sin ejecución en temas de vivienda. A mí me contestaron un pedido de informes en el que contaban que se reprogramaban todos los compromisos de realojos que había con las intendencias de Montevideo y Canelones, y algunos para ser empezados a finales de 2023 y 2024. El gobierno tiene que poder explicar esto. El gobierno tiene que explicar que en realidad el peso de obtener determinados resultados estuvo, como siempre, sobre los trabajadores, sobre el pueblo uruguayo. El presidente en el discurso en la Asamblea General contó las ganadas, pero no contó las perdidas. Nosotros tenemos que recordar cómo se vivió estos años.
¿Por qué pensás que Carolina Cosse es la mejor candidata para el FA?
Conozco la mayor parte de las virtudes que tiene Carolina Cosse. La he visto actuar con esa mirada estratégica que tiene y los altos niveles de compromiso que tiene con lo que dice que se va a hacer. Conocí a Carolina Cosse cuando yo iba a ser intendenta y quería que ella fuera la encargada de informática de la Intendencia de Montevideo, que era lo que venía haciendo en la gestión de Ricardo Ehrlich, pero le plantearon lo de Antel. Ella dejó un montón de propuestas de carácter estratégico para la intendencia, que después seguimos llevando adelante. La experiencia del Antel Arena la pinta tal cual es. En octubre de 2010 se incendió el cilindro y quedó muy afectado. La intendencia ya tenía un proyecto de transformar eso en un centro de espectáculos cerrado, con buena acústica. Queríamos un centro de conferencias que Montevideo no tenía. Teníamos mucho debate sobre eso porque venía la conferencia de gobernadores del BID [Banco Interamericano de Desarrollo] y había que generar espacios para 5.000 personas. Al final lo resolvimos de otra manera. Se hace el llamado de licitación y se presenta una empresa que reunía todas las características, salvo una: no tenía el dinero para hacer el depósito. Después de varias conversaciones, nos dijeron con mucha franqueza que ellos esperaban que nosotros adjudicáramos para salir a buscar los inversores, y eso no se puede hacer. Por lo tanto, la declaramos desierta. Teníamos un convenio con Antel por otros temas y Rafael [Mendive] dice: “Vamos a ver si Antel no puede ser socio nuestro. Nosotros ponemos una parte del dinero y Antel pone la otra parte del dinero”. A los 15 días, Carolina viene con una contrapropuesta, que primero nos la trae Rafael y luego ella. Rafael nos explica que Carolina había estado estudiando el tema y que en varias partes del mundo quienes gestionan las arenas son empresas de telecomunicaciones porque en la actualidad el negocio es generar contenidos. Por lo tanto, que ella pensaba que podría ser gestionado íntegramente por Antel. Según Rafael, yo demoré un minuto en decirle que sí. En la intendencia, por ejemplo, el Plan ABC realmente no es la panacea, porque vos estás emparchando una situación, pero en situaciones de emergencia tenés que dar esas respuestas. Eso lo aprendimos todos. Carolina tiene esa capacidad de mirada lejana y de ejecución inmediata al mismo tiempo.
El discurso de lanzamiento de su precandidatura, el lunes pasado, estuvo muy marcado por las referencias a la izquierda y la derecha, algo que lo diferenció del de Orsi, por ejemplo. ¿Pesa más la ideología en la candidatura de Cosse que en la de Orsi?
Yo creo que los sectores que apoyan a cada uno de los candidatos tienen sus propios matices. A Carolina, por los sectores que la respaldamos, la ubican en una determinada concepción. Yo creo que el Frente Amplio es la izquierda y no creo que los sectores que respaldan a Yamandú no sean sectores de izquierda. Al mismo tiempo, Carolina tiene también un amplio espectro de sectores, no solamente los comunistas y los socialistas, que es lo que siempre se dice. El Frente Amplio es la unidad en la diversidad, y nosotros no debemos olvidar eso.
¿No coincidís entonces con la etiqueta que le ponen de candidata radical?
Nosotros pretendemos la radicalidad de los cambios que proponemos, [pero] eso lo propone todo el FA. Hay que leer el programa que hemos acordado entre todos. Nosotros definimos que este programa no era un retoque del que presentamos en 2019, que era mucho más que eso. Tenemos dos problemas: los retrocesos que se han producido y nuevas realidades a las que dar respuesta. Si algo tiene este programa, es que es nacional en el sentido estricto del término: no es un programa que fue elaborado por 25 cracks sentados en Colonia y Ejido, sino que viene desde el pie. Es un programa que busca profundizar las transformaciones en beneficio del pueblo. Entonces, ¿qué quieren decir con que sea radical? Nosotros estamos proponiendo transformaciones radicales en nuestro programa, claro que sí. Nos quedó mucho por hacer en nuestros 15 años de gobierno y al mismo tiempo nos damos cuenta de que hay algunas expectativas que la población tenía sobre las que no llegamos y vamos a trabajar en esa dirección. No me vas a escuchar hablar mal de ningún candidato porque esto es sustantivo: todos estamos convencidos en el Frente Amplio de que aquí hay dos proyectos de país que están confrontando. No hay unos que opinamos una cosa y otros que opinamos otra. Después de junio, sea quien sea, si es Carolina o si es alguno de los otros tres candidatos, vamos a ir todos detrás de ese, porque el programa nos une.
Fuiste la primera intendenta de Montevideo y en 2018 decías a la diaria que durante tu gestión hubo errores y dificultades, pero tuvieron “una visibilidad mayor que la que habrían tenido si hubiera sido un hombre responsable”. ¿Sentís que eso se mantiene o existe algún cambio?
A cualquier mujer la miran tres veces. En estos días salió el expresidente [Julio María] Sanguinetti a decir que Carolina es conflictiva. Carolina no es conflictiva, confronta. Sin embargo, si un hombre confronta, no es un problema, no es conflictivo. Hay cosas sobre las que se hace hincapié porque culturalmente todavía hay prejuicios. Por supuesto que no son los mismos que hace diez años, porque justamente la lucha de las mujeres genera un avance y también reacciones. Las redes sociales no necesariamente son representativas de toda la sociedad, pero no hay un solo día en que no me digan que soy una heladera. La mentira además sigue creciendo: cada día costó más el corredor Garzón. Hoy vi que en las redes alguien habla de 80 millones de dólares [se ríe]. Hay gente que en la campaña va a buscar profundizar determinados prejuicios que aún tienen determinados sectores de la sociedad. Hay temas que son culturales; creo que son menos, pero ese discurso que hace el expresidente Sanguinetti apunta a trabajar el prejuicio.