“Chau, Bonomi”, “se acabó el recreo” y “olelé, olalá, si esto no es el pueblo, ¿el pueblo donde está?” fueron algunos de los cánticos que se escucharon ayer en la plaza Independencia, donde el ex presidente Tabaré Vázquez le pasó la banda presidencial a Luis Lacalle Pou. Frente al Mausoleo había un estrado, en el que se realizaron todas las instancias protocolares, como, por ejemplo, la firma de cada uno de los ministros al asumir su cartera. Abajo, en sillas rojas, dirigentes y partidarios, muchos de sombreros de paja y traje, aplaudían y vitoreaban al nuevo presidente, que dio un discurso muy breve, en el que repitió que, en el caso de que salga algo mal durante el mandato, será él quien se haga responsable.
Después de la ceremonia, el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, dijo a la diaria que lo que se vivió fue “una jornada histórica” que va “mucho más allá de un cambio de gobierno”. “Ojalá sea un cambio de época en el cual todos los uruguayos asuman que o salimos juntos o no salimos de los problemas que tenemos, y creo que hay muchísima expectativa en la gente. Ahora la gran incógnita es si los gobernantes estamos todos a la altura de los tiempos que tenemos que vivir”, señaló.
Manini agregó que el principal desafío de la coalición de gobierno es “generar el cambio de viento necesario en algunos temas [en los] que es imperioso hacerlo”: seguridad pública, “país productivo” –en referencia a los “sectores que están en crisis por los altísimos costos del Estado”– y “el tema de la corrupción”. “En todo eso hay que generar un viento distinto, en el que la gente realmente confíe plenamente en las autoridades, y que la política vuelva a recuperar el prestigio que alguna vez tuvo”.
“En una democracia mandan los representantes”
El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, dijo que el día de ayer fue una “fiesta”, por lo que prefirió no hacer declaraciones sobre su pareja, Maya Cikurel, que cumple prisión domiciliaria y espera el pedido de extradición a Panamá, ya que es acusada de ser beneficiaria de una de las sociedades anónimas por las que la empresa Odebrecht pagó sobornos a Ricardo Martinelli, ex presidente de ese país.
Sobre el paro del 12 de marzo convocado por la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria, Da Silveira dijo que la gente “votó por el cambio” y “nuevas maneras de hacer las cosas en educación”. Además, expresó que sería bueno que este gremio estableciera el contacto con él. “El orden es muy claro: en una democracia mandan los representantes de los ciudadanos, no mandan las organizaciones corporativas, como pueden ser los sindicatos o las cámaras empresariales”.
En cambio, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, sostuvo que su sindicato, la Federación Uruguaya de Magisterio, sí conversó con el ministro, pero que no se han “puesto de acuerdo en muchos aspectos”. Pereira también se hizo presente ayer en la plaza y, si bien dijo que le preocupa el proyecto de ley de urgente consideración, destacó dos aspectos positivos: la autonomía de la educación y la participación de las organizaciones sociales en la seguridad social.
Otro que calificó el día como una fiesta fue el ministro de Defensa Nacional, Javier García, aunque dejó en claro que alcanzar el gobierno supone “muchos desafíos”. Sostuvo que la seguridad pública es el “objetivo más importante” que tiene el nuevo gobierno, y que su cartera y el Ministerio del Interior “van a coordinar porque la gente lo pide, y lo pide con razón; clama por seguridad”. Según dijo, lo primero que debe hacer el nuevo gobierno es “retomar el ejercicio de autoridad” para “defender a los uruguayos”.
Por su parte, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie, dijo a la diaria que, cuando se fue del Poder Ejecutivo en 2005, “nunca hubiera imaginado” volver. Sobre su gestión, afirmó que es necesario “retomar el control de las empresas públicas, que están bastante fuera de madre”.
También tiene desafíos Germán Cardoso, ministro de Turismo.
La idea es que “el mundo” conozca a Uruguay no sólo como destino turístico, dijo, sino como un país con enormes posibilidades de ser “la segunda residencia de muchos ciudadanos del mundo, que hoy ven con preocupación un mundo conmocionado y con crisis sociales y políticas”.
Por otro lado, se acercó a la plaza Independencia el diputado frenteamplista Alejandro Sánchez, quien valoró la jornada como un evento “republicano” en el que “una de las cosas que festejamos es el cambio de mando en paz y democracia”. Aseguró que en este período habrá responsabilidades diferentes para “todos” y que espera que sea “lo mejor para Uruguay”.