Buenos días. Esta es una invitación a repasar algunos temas que nos tuvieron ocupados en las últimas semanas.

¿Recuerdan que, allá por febrero, cuando poco se sabía sobre cuándo y qué vacunas llegarían a Uruguay, el ministro Javier García dijo que estábamos en “fase de prevacunación”? Parece que hubieran pasado siglos y, realmente, ocurrió mucho desde entonces. Entre otras cosas, Uruguay ostentó durante más de dos meses el récord mundial de muertes debidas a la covid-19 por cantidad de habitantes, pero también sucedió que la semana pasada pasó a los primeros lugares en el porcentaje de vacunación a nivel global.

Tras esas violentísimas subidas y bajadas de las gráficas de muertes y contagios, ahora parece que estamos en una nueva etapa de “prevacunación” (o “metavacunación”), ya que no solo está en el horizonte una tercera dosis, sino que también se habla de “turismo inmunológico” (no es disimulada la señal hacia los visitantes de Argentina, donde la vacunación va a ritmo más lento), mientras la incidencia de la variante Delta, que está complicando a países del hemisferio norte, todavía es incierta aquí.

Nuestro más reciente podcast sobre la pandemia está dedicado, en parte, a estos temas. Sobre la noticia de que China no aceptará en su territorio nuevas investigaciones de la OMS sobre el origen del virus, habrá una ampliación en la edición de agosto de la revista Lento.

Dos eventos atravesaron el ambiente puramente político. Por un lado, resultó que la decisión de conceder el monopolio de la actividad del puerto de Montevideo durante ocho décadas a la empresa Katoen Natie no estuvo respaldada por una investigación documentada. Es, cuando menos, sorprendente que una decisión de tal envergadura -se trata de la mayor vía de salida y entrada de mercadería a este territorio desde mucho antes que fuera una república independiente- se haya tomado en base a versiones orales, pero no deja de estar en sintonía con otras decisiones e iniciativas recientes de un elenco gubernamental cuyo liderazgo descree de las posibilidades del Estado y de lo público para el bienestar general.

El otro tema político fue lo que podríamos llamar “el drama de los fideicomisos”. El fracaso de la iniciativa que impulsaba el intendente de Canelones, el frenteamplista Yamandú Orsi, para crear un fondo especial de obras en su departamento, desató no sólo un cruce de acusaciones con las autoridades nacionales, sino también entre intendentes alineados con el oficialismo que habían visto naufragar proyectos similares. Es difícil sacar algo en limpio de esos desmentidos y acercamientos entre dirigentes de proyecciones tan diversas -antes de que se disparara el fuego Marcelo Pereira hizo un análisis que ahora parece optimista-, pero seguramente la estrategia de boicots recíprocos que anuncian no resultará beneficiosa para la población de muchos departamentos, ni para la convivencia política en los próximos años.

Hasta la semana que viene.