Los movimientos políticos se proyectan hacia el 24 de noviembre, pero antes, este domingo, tendrá lugar el encuentro entre candidatos presidenciales al que, desde hace cinco años, obliga la ley. Es un evento singular: son pocos los que piensan que allí se decide algo, pero se esperan muchas cosas de él.
Además, el debate entre Yamandú Orsi y Álvaro Delgado tendrá una audiencia excepcional: de acuerdo a un sondeo, la mitad de los adultos uruguayos piensa sintonizarlo. ¿Para qué?
La respuesta tal vez tenga relación con lo que indican otras encuestas, que buscan anticipar el resultado de la elección del 24, pero no pueden debido a la gran paridad que coinciden en relevar. En ese contexto, es comprensible la expectativa por que aparezca algún elemento desequilibrante en el debate de hoy, a pesar de la calma que buscan proyectar ambos presidenciables.
También existe la esperanza de que Orsi y Delgado expresen con cabalidad las distintas visiones que representan, y en eso coinciden, por una vez, nuestro editorial y manifestaciones del presidente Lacalle Pou. De que se trata de modelos de país diferente, no hay duda, aunque por táctica electoral los dos aspirantes a la presidencia busquen disimularlo.
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