El lunes amanecimos con la noticia de la muerte de Francisco I, el primer papa latinoamericano. Desde entonces, publicamos artículos sobre su rol en la iglesia católica, sobre las reacciones a su partida a nivel internacional, sobre el proceso que se abre para elegir a su sucesor y una crónica del adiós en el barrio de Buenos Aires que Jorge Mario Bergoglio consideraba suyo. También hicimos una lista de películas y series que refieren a lo que en este momento pasa en el Vaticano.

El martes, el flamante expresidente Luis Lacalle Pou regresó a la sede del Partido Nacional por primera vez en un lustro, y luego se fue a apoyar las campañas de correligionarios que andan complicados en las elecciones departamentales. Su renuncia a ocupar el lugar en el Senado para el que fue elegido y su opción por un think tank con fuertes lazos transnacionales y empresariales despierta inquietudes.

El viernes, el presidente Yamandú Orsi tuvo su más clara intervención pública “cara a cara” desde que asumió el 1º de marzo. No fue por un tema agradable: el centro de su conferencia fue el impactante déficit que arrojaron la cuentas de Ancap, pero también se refirió a otras situaciones complicadas –“bombas”, en la terminología del senador Daniel Caggiani– que deja el gobierno de Lacalle Pou. Obviamente, a varios exgobernantes no les gustó lo que dijo Orsi.

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