Después de dejar una ofrenda floral frente al solar de Artigas en Sauce, al conmemorarse el 257º aniversario del natalicio de José Gervasio Artigas, el presidente Luis Lacalle Pou se refirió este sábado a la polémica generada en torno al ministro de Turismo, Germán Cardoso, después de que se conociera que le pedía “información reservada y favores” a Fernando Pereira, un jerarca policial de Maldonado que fue imputado con prisión por cinco delitos de corrupción y abuso de funciones.

“Con la información que tengo, que es la que ustedes brindaron, y la información que me dio el ministro vía telefónica, no tengo objeciones”, dijo el presidente cuando le consultaron su opinión sobre la actitud de Cardoso. Lacalle Pou no quiso pronunciarse sobre el pedido de renuncia del ministro presentado por la bancada de legisladores del Frente Amplio, porque dijo que es una “acción política legítima”, y tampoco quiso responder ante la pregunta de si era una exageración, tal como planteó el líder del Partido Colorado Julio María Sanguinetti.

El presidente tampoco quiso juzgar éticamente la actitud del ministro: “No soy juez ético de nadie, o mejor dicho, soy juez ético mío, eso seguro”. Uno de los periodistas preguntó si les recomendaría a los ministros la actitud de llamar a funcionarios policiales, y mencionó uno de los casos en los que Cardoso llamó a Pereira: una amiga de Cardoso, al salir de una fiesta en la que había tomado alcohol, tuvo un accidente con su auto, y Cardoso llamó al coordinador de la Jefatura de Policía de Maldonado para saber si le habían hecho espirometría.

Ante la pregunta sobre si recomendaría esa actitud, Lacalle Pou respondió: “Si es para esconder una prueba, obviamente no, si es para esconder una prueba le digo, aparte, que al otro día no trabaja más en el Consejo de Ministros. Si es para averiguar, no sé, cada uno está en su derecho”. Y reiteró que “con la información pública, con la acción de la Justicia, con la opinión de Fiscalía, más la información que recibí del propio ministro Germán Cardoso, no tengo objeciones”.

El presidente puso un ejemplo de cuando fue a La Capuera, en Maldonado, a la inauguración de una policlínica, y una persona humilde se le acercó a darle un papel con su cédula y su nombre, a plantearle que le habían sacado la pensión. “Yo le saqué una foto, me fui y después llamé al BPS, a uno de los directores, para que me averigüe por qué le habían sacado la pensión”; y mostró cartas que se llevaba de Sauce: “No son de felicitación, son de pedidos, y los voy a tramitar en los organismos correspondientes”, dijo, aunque reconoció que la consulta por una pensión no refiere a “un hecho delictivo”.