La pobreza y la desigualdad evolucionaron de distinta manera en los últimos tres años. Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que en 2022 9,9% de la población estaba por debajo de la línea de pobreza, lo que implica una caída de 0,7% respecto de 2021, aunque todavía hay 42.000 personas más en esta situación que previo a la pandemia.
En el caso de la desigualdad, en tanto, todos los indicadores -la brecha de la pobreza, la severidad de la pobreza, el ratio del 10% más rico vs. el 10% más pobre y el índice de Gini- son levemente mayores a los de 2019.
Tabla 1 - Pobreza
Año | Hogares | Personas |
---|---|---|
2019 | 5,9% | 8,8% |
2020 | 9,1% | 11,6% |
2021 | 7,5% | 10,6% |
2022 | 6,9% | 9,9% |
Fuente: INE.
Tabla 2 - Indicadores de desigualdad
2019 | 2020 | 2021 | 2022 | |
---|---|---|---|---|
Brecha de la pobreza | 1,3 | 1,9 | 1,7 | 1,6 |
Severidad de la pobreza | 0,5 | 0,7 | 0,6 | 0,6 |
Ratio 10% más rico, 10% más pobre | 11,1 | 11,4 | 11,5 | 11,6 |
Índice de Gini | 0,383 | 0,387 | 0,386 | 0,389 |
Fuente: Documento elaborado por Daniel Olesker con base en datos del INE.
Aunque la pobreza y la desigualdad son fenómenos que están emparentados, a lo largo del tiempo pueden evolucionar distinto, porque dependen de cosas distintas. Mientras la pobreza depende fundamentalmente de la evolución de los ingresos de las personas que están en situación de pobreza, la desigualdad depende de la relación de ingresos entre este grupo y los que están más arriba, explicó a la diaria el exsenador frenteamplista Daniel Olesker.
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Según un informe que presentó a la Comisión de Asuntos Sociales del Frente Amplio (FA), que preside actualmente, en 2022 hubo 352.000 personas en situación de pobreza por ingresos, lo que implica una reducción respecto de 2021 de 24.000 personas. Sin embargo, comparado con 2019, hay un aumento de 12,5%.
En el documento señaló que “luego de tres años con dos de crecimiento económico y un PIB [producto interno bruto] que ya supera en más de 3% los niveles de 2019, es inadmisible que la pobreza sea superior en 42.000 personas a la que había en 2019 y que todos los indicadores de desigualdad estén por encima de 2019. Es claro que en 2020 se socializaron las pérdidas y en 2021 y 2022 se privatizaron las ganancias”.
En diálogo con la diaria, Olesker puntualizó que “sólo con políticas que mejoren la pobreza no necesariamente mejora la desigualdad”, porque “podés levantar el piso, pero si el techo se levanta más que el piso la diferencia sigue siendo más grande. Entonces ahí aparece la política tributaria que actúa sobre los ingresos más altos, aparece también la política para darle un plus a los salarios más bajos respecto de los salarios más altos para achicar [la brecha]. Si, además, aparece el acceso a la salud y a la educación y otras cantidades de cosas que hacen que las personas reciban ingresos diferencialmente, entonces se actúa sobre la brecha”.
La situación actual
Olesker señaló que hay varios elementos que están asociados a la disminución de la pobreza en el segundo semestre del año pasado, como la recuperación de los salarios en julio y la suba no tan pronunciada de los precios de los alimentos. También influyeron las asignaciones familiares, que tuvieron un incremento que estaba previsto por la Rendición de Cuentas.
¿Qué políticas hubo orientadas a la desigualdad? “Los cambios tributarios, incluso los que hubo, fueron negativos, como el aumento de IVA para las compras con débito y el cambio de la fórmula de cálculo de la BPC [Base de Prestaciones y Contribuciones]. No hubo ningún elemento distributivo, ni diferenciales en los salarios”, consideró Olesker. Opinó que, por tanto, no hay “ninguna razón” para que las medidas vinculadas a la recuperación salarial y el cambio de las asignaciones familiares, con el bono crianza, “tuvieran impacto en la desigualdad”.
Para Olesker, al final del quinquenio, con ocho o nueve puntos de crecimiento del PIB, la pobreza va a quedar relativamente en el nivel de inicio, “lo cual es un horror”, y “la desigualdad seguramente va a quedar más abajo”.
En deuda
“Creo que tenemos una deuda importante con la desigualdad”, dijo el senador del Partido Nacional (PN) Jorge Gandini, y expresó que se debe “seguir trabajando en medidas que generen más oportunidades”. El legislador considera necesario dirigir las políticas hacia los sectores de ingresos fijos más bajos. “Creo que ahí faltan decisiones que tomar vinculadas a los sectores de ingresos fijos más bajos, sean jubilados o trabajadores, esos que no pagan IASS [impuesto de asistencia a la seguridad social] ni IRPF [impuesto a la renta de las personas físicas] y a quienes, por lo tanto, los cambios tributarios no les llegan, y que es donde tenemos las mayores dificultades”.
En esa misma línea, señaló que hay “sectores con los que tenemos que trabajar más y generar más medidas, eso va a colaborar con la justicia social que requiere un país, que no puede permitirse índices de desigualdad como los que tiene”.
Consultado sobre si el IVA personalizado podría ser una manera de acortar la brecha, el senador evaluó “que la utilización de la tecnología, de la mano de reformas tributarias direccionadas a favorecer a los sectores de menores ingresos, es una alternativa que hay que trabajar, que requiere sin duda renuncia fiscal”, pero que también mejora el consumo, “que es uno de los factores que la economía mueve, y creo que se sabe que la Rendición Cuentas es el último momento” para llevar políticas de este tipo, ya que es la última en la que se habilitará el aumento del gasto previo a las elecciones nacionales.
En filas coloradas, en cambio, entienden que los números de desigualdad no deben generar alarma. La senadora Carmen Sanguinetti dijo a la diaria que considera que es “demasiado decir que ‘la desigualdad sigue creciendo’”, en particular porque en el informe del INE se señala que “la magnitud de los movimientos de los indicadores anteriores entre el año 2022 y 2021 se encuentran dentro del margen de error. Entonces, no se puede afirmar que haya habido cambios estadísticamente significativos en los indicadores anteriormente mencionados”.
Asimismo, “el coeficiente de Gini ha tenido mínimas variaciones en el entorno del 0,380 en los últimos diez años, así que no es significante la variación. Dicho todo esto, entiendo que no hay razón para alarmarse respecto de un ‘aumento’ de la desigualdad”, acotó.
Sí consideró importante “enfatizar” que la pobreza bajó y que lo hizo de forma “muy importante entre el segundo semestre y el primer semestre 2022 en la franja de 0 a 6 años -cayó 27%-, en parte porque se aplicaron varias medidas apuntando a primera infancia”, como el “‘bono crianza’, el complemento AFAM-PE [asignaciones familiares] para menores de 0 a 6 años, el aumento de 4% estructural en las transferencias, el aumento del descuento de supergás para hogares vulnerables, los aumentos de las Becas de Inclusión Socioeducativa, etcétera”.
A propósito, el diputado colorado Felipe Schipani sostuvo que existe “un discurso de la oposición de que este es un gobierno neoliberal, insensible, que no ha atendido a los más vulnerables, y eso no es así”. Señaló, por ejemplo, que en la Rendición de Cuentas de 2021 se puso el foco en la primera infancia, aumentando “enormemente los cupos de los CAIF”, que al final del período, según estimaciones del presidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, Pablo Abdala, llegarán a 15.000 cupos más para niños de cero a tres años.
También destacó que en esa Rendición de Cuentas se creó una aplicación del Ministerio de Desarrollo Social que permitía “descontar el IVA, por ejemplo, a las garrafas”, y “perfectamente mañana el IVA diferenciado puede ser una buena herramienta para apuntar al público objetivo. Esa sí me parece que es una política muy interesante porque impacta directamente en el público focalizado”.
Luego, en la segunda Rendición de Cuentas, se hizo hincapié en la educación y habrá que ver “cómo está pensada la tercera. El presidente ya adelantó que iba a poner énfasis en el tema adicciones y salud mental”. De todas formas, Schipani señaló que van a intentar, entre otros aspectos, que se incluya en esta instancia el proyecto de la canasta higiénica menstrual, propuesto por la diputada María Eugenia Roselló, y “otro tipo de políticas de reducción del IVA o IVA mínimo para determinados sectores. Eso me parece que es perfectamente realizable”, afirmó, aunque señaló que “no necesariamente [se tiene que hacer] en la Rendición de Cuentas, se puede hacer en cualquier momento”.
La evolución de la desigualdad
La desigualdad bajó en los 15 años de gobierno del FA, en particular en los primeros dos períodos, y luego en el tercer período se estancó y comenzó a subir levemente. Si se toma la evolución del índice de Gini, en 2004, luego de la crisis de 2002, este se ubicaba en 0,453 y en 2019 llegó a 0,383.
En el segundo gobierno del FA es cuando se registra un mayor descenso, explicó Olesker, y añadió: “El Gini [pasó] de 0,440 [en 2005] a 0,383, es una baja muy significativa. 85% de la rebaja, o sea, el grueso de la rebaja fue en 2011, 2012 y 2013”. Olesker señaló que la reforma tributaria implementada en 2007 empezó a tener sus efectos a partir de 2010, pero además en la cuarta y la quinta ronda del Consejo de Salarios, que fueron en 2011 y 2013, se instituyó “la política de un plus para los salarios sumergidos; un plus importante, porque después en la sexta y la séptima ronda del tercer gobierno esto siguió, pero fue marginal”.
En paralelo, la pobreza bajó significativamente en esos años, de 39,9% en 2004 a 8,8%, en 2019. “O sea que la pobreza y la desigualdad pueden bajar al mismo tiempo, siempre y cuando al mismo tiempo hagas políticas de mejoras de ingresos, hagas reformas estructurales”, explicó Olesker.