El diputado del Partido Colorado (PC) Walter Verri, quien en el período pasado se desempeñó como subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), reconoció días atrás en el Parlamento que las pérdidas millonarias que arrastra Ancap desde hace años en el sector del pórtland es una responsabilidad compartida de todo el sistema político. “Hemos pasado todos los partidos y no lo resolvimos. Esa es la realidad”, aseveró.
Ante las actuales autoridades del MIEM y de Ancap, que comparecieron ante la Comisión de Industria, Energía y Minería de la Cámara de Diputados para presentar por primera vez el plan de acción de la empresa estatal para la industria cementera, Verri expresó: “Yo no puedo decirles hoy que ‘ustedes sí lo tienen que resolver’, [porque] nosotros dejamos el gobierno hace poquito y no lo pudimos resolver, por las razones que fuere, pero no se resolvió; hubo voluntad, hubo acciones, pero no se pudieron concretar”, en referencia al frustrado intento de asociación de Ancap con el sector privado, que en setiembre de 2023 finalizó con una licitación desierta.
El legislador del PC estimó que en los últimos 25 años se han perdido “no pocos recursos” por esta situación: unos 800 millones de dólares. “Si hubiéramos tenido un plan estratégico y mirado diferente el tema, tal vez poniendo una mínima parte de esos 800 millones de dólares hoy podríamos tener una unidad de negocio rentable, productiva, que ocupara mano de obra y pensara en el desarrollo”, comentó.
El costo de producción “duplica” el precio de venta del mercado
Luego de Verri, la presidenta de Ancap, Cecilia San Román, describió ante los legisladores de la comisión el actual estado de situación. Actualmente la empresa pública opera tres plantas: dos unidades productivas, instaladas en Minas y Paysandú, y un centro logístico, ubicado en Manga, en el área metropolitana de Montevideo. En total, hay unos 400 trabajadores contratados en el negocio.
Con relación a las instalaciones de Minas y Paysandú, la titular de Ancap señaló que “son plantas similares”, en las que se hace “todo el proceso”, esto es, “desde la extracción de la piedra caliza hasta la cocción, la molienda y el armado del cemento”.
No obstante, apuntó que existen algunas diferencias. Por ejemplo, “la planta de Paysandú trabaja en una tecnología de vía seca y en Minas trabajamos con una vía semiseca”; asimismo, “el horno de Paysandú tiene menos capacidad que el de Minas y se diferencian un poco en el combustible que usan ambas plantas”.
“Tenemos canteras en Queguay, próximas a la planta de Paysandú, y tenemos dos canteras en Minas, una un poco más alejada de la planta y la otra casi al pie de la planta de Minas, en las que extraemos la piedra caliza. Esa es una de las principales riquezas que tiene Ancap. Ambos yacimientos son de muy buena calidad”, resaltó San Román.
En ambos casos, el costo de producción se ubica por encima del precio de venta del mercado. La jerarca señaló en la comisión que la empresa estatal actualmente está “vendiendo a precios de mercado para poder competir”, lo que “implica que el ingreso que recibimos en la puerta de la planta por vender una tonelada es de 4.340 pesos”, cuando el costo de producción en Minas es de 7.514 pesos, y en Paysandú, de 9.781 pesos. Es decir, “duplica en Paysandú y casi duplica en Minas”.
Este dato alarmó a Verri. “Es un panorama bastante complejo y aterrador, diría yo, si tuviera que catalogarlo, porque estar produciendo por encima del doble de lo que vendemos es trabajar a pura pérdida, y además en las dos plantas, no solamente en una”, expresó.
Actualmente Ancap tiene aproximadamente 33% del mercado de cemento en Uruguay. En primer lugar está Cementos Artigas, con 42%. En tercer y cuarto lugar se ubican Cielo Azul, con 18%, y Cimsa, con 7%.
Por otra parte, San Román señaló que “lo ideal es que las plantas funcionen durante 330 días”; sin embargo, en el último año la unidad productiva de Minas funcionó durante 142 días, y la de Paysandú, durante 103 días. “Esto depende, obviamente, del estado de mantenimiento de las plantas”, apuntó.
Las instalaciones de Paysandú datan de 1959, si bien tuvieron “algunas pequeñas modificaciones o actualizaciones hasta 2009”; la planta de Minas también es de “los años 50 o 60”, y su última actualización fue “la del horno, en 2014”. El centro logístico de Manga, en tanto, es de 1969, y “la única actualización que tuvo fue una empaquetadora de bolsas en 2009, que está fuera de funcionamiento desde 2020, cuando se decidió concentrar el empaquetado en la planta de Minas”.
Según San Román, durante el gobierno anterior, “en el que se transitó hacia una asociación”, “no se realizaron inversiones, no se realizó mantenimiento y tampoco se dotó de personal”. Así, con “plantas muy vetustas”, “fue cayendo la dotación de personal, lo que obligó a no tener gente para mantenimiento. Entonces, cuando opera, se deja de hacer mantenimiento; cuando no opera, se pasa a hacer mantenimiento, y esa es la razón de la baja operatividad de las plantas”, expresó.
La presidenta de Ancap definió como “algo iluso pensar que podíamos continuar con las plantas en estas condiciones”, dado que “existen riesgos en materia de seguridad y ambiente”. “Tenemos uno de los hornos de Paysandú que no está autorizado a funcionar por razones ambientales, y además corremos el riesgo de ser observados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social”, advirtió.
Cardona: “El negocio del pórtland se ve como un todo”
En este escenario, el gobierno resolvió que “la línea de trabajo va a orientarse a potenciar la operación de la planta de Minas”, mientras que la etapa de molienda se mantendrá en ambas unidades productivas, “en función de la demanda local y de la dotación de personal eficiente que tengamos en cada una”, informó San Román.
La presidenta de Ancap señaló que, de las dos plantas, la de Minas es “la que tiene la mayor capacidad” y “la única que nos permite abastecer la totalidad del mercado que tenemos actualmente”. De acuerdo con un resumen del plan de acción elaborado por Ancap, al que tuvo acceso la diaria, el principal objetivo es “mejorar los resultados operativos del negocio, potenciando la capacidad de abastecer al mercado con producción 100% propia”.
Asimismo, San Román apuntó que la planta de Minas “está cerca del centro de consumo”, lo cual “abarata los fletes”. “Su yacimiento está pegado a la planta, por lo que todos los costos logísticos se ven reducidos en Minas frente a Paysandú”, remarcó.
De todos modos, la titular de la empresa estatal puntualizó que la planta de Paysandú seguirá operativa, “en primer lugar, porque sigue siendo útil en la región como centro logístico, y en segundo término porque cuenta con una caliza especial”. “Por eso, tenemos que mantener su horno en condiciones para utilizarlo en la producción especial de esa caliza y, también, para abastecer al norte del país con su propia producción de cemento”, señaló.
San Román dijo que el plan de acción de Ancap para el sector del pórtland supone “una reconfiguración del negocio”, con el propósito de “optimizar la infraestructura y los recursos, tanto materiales como humanos, es decir, a las personas, a los trabajadores que tenemos, de acuerdo con sus perfiles”.
Por su parte, la ministra de Industria, Energía y Minería, Fernanda Cardona, destacó en la comisión que desde la actual administración “el negocio del pórtland se ve como un todo”. “Ya no se habla de una planta en un departamento y de una planta en otro”, destacó.
Cardona subrayó que ninguna de las plantas “se cierra en este momento”, si bien puntualizó que en el caso de Paysandú “una parte del proceso que hoy se hace y que no está siendo eficiente se va a pasar íntegramente o se va a tomar a partir de Minas”. El plan de acción, sostuvo, “pretende ser el primer paso de un trabajo en conjunto que necesariamente tiene que darse con todos los partidos políticos de Uruguay y, en particular, con representantes de los partidos políticos que estén en esos departamentos”.
De acuerdo con el resumen del plan de acción elaborado por Ancap, el gobierno pretende invertir el próximo año 5,35 millones de dólares en la industria cementera; en 2027, 11,89 millones de dólares; y en 2028, 12,39 millones de dólares. En total, unos 30 millones de dólares.
San Román aseguró que el monto asignado para el año que viene “no es nada alocado”, dado que el presupuesto de inversiones de Ancap para ese año se sitúa en 40 millones de dólares. “Hasta el momento, el sector del pórtland contó únicamente con tres millones de dólares para realizar inversiones, y lo que estamos planteando es aumentar ese monto”, afirmó.
“Luz amarilla” en Paysandú tras el anuncio del gobierno
Finalizada la presentación, Verri sostuvo que, con el nuevo plan de acción, “el horno de Paysandú se para”. “Paysandú no va a producir más clínker [producto que se obtiene de la cocción de piedra caliza y arcilla]. La caliza que se extraía en la zona de Queguay no va a llegar a la planta de Paysandú, porque allí no va a haber horno para calcinar. Por lo tanto, lo que vamos a hacer es una planta logística de molienda y envasado para el norte del país”, señaló el diputado colorado, que fue electo por ese departamento.
Por el contrario, San Román aseguró que en Paysandú “el funcionamiento del horno se va a seguir manteniendo, como se está haciendo ahora”. Dijo que “el horno de Paysandú sigue siendo de respaldo; o sea, no estamos cambiando nada”.
“Lo que se plantea en el plan de acción es que se concentra la producción de clínker en Minas y luego lo que se sigue haciendo en Paysandú es la fabricación de cemento. Se manda clínker de Minas a Paysandú; allí se tritura, se hace la molienda y se produce el cemento para todo el abastecimiento del norte”, apuntó la presidenta de Ancap.
Tanto por su contenido como por su forma, el plan de acción de Ancap para la industria cementera no cayó bien en Paysandú. El intendente, el nacionalista Nicolás Olivera, dijo que para el gobierno departamental “es una luz amarilla, ya con alguna pinta roja”. En declaraciones al programa En perspectiva, manifestó: “Si Uruguay, de una vez por todas, no empieza a pensar que en el norte del río Negro también hay un país que se llama Uruguay, la cosa sigue siendo inviable, porque las señales [negativas] ya no son sólo desde lo privado, [sino también] son desde lo público”.
“La zona del litoral y la zona del norte de río Negro fuimos tan golpeadas con el tema de la diferencia cambiaria que, sumado a otros temas, acá no se resiste que cierre un quiosco más”, subrayó el jefe departamental.
Por su parte, el sindicato de la empresa estatal, la Federación Ancap, rechazó la semana pasada en una asamblea el planteo del gobierno. El dirigente sindical Eduardo Zabala declaró a El Telégrafo que el plan de acción presentado en el Parlamento representa “un cierre encubierto de la planta de Paysandú”, y cuestionó además que no se haya informado previamente al gremio de trabajadores. “Este plan sale a espaldas de los trabajadores y sin negociación”, afirmó.