“Salvo sorpresas, se llegará a diciembre” con el acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), había dicho en julio a la diaria el canciller Mario Lubetkin, tras la primera cumbre del Mercosur desde el fin de las negociaciones entre ambos bloques. Durante el segundo semestre, la expectativa por la firma creció y se empezó a vislumbrar una fecha: el 20 de diciembre, fijada a petición de los europeos. Sin embargo, el día llegó y en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú sólo se encontraron los presidentes del bloque sudamericano; “los líderes europeos han pedido más tiempo para debatir medidas adicionales de protección agrícola”, lamentó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante su discurso.
La participación uruguaya en la cumbre, tanto del presidente de la República, Yamandú Orsi, como del canciller, reflejó la “desilusión” de no concretar la firma del Acuerdo Comercial Interino como estaba previsto. En diálogo con la diaria, Lubetkin consideró que “se perdió un buen momento” y afirmó que, por parte del bloque sudamericano, no se fijará una nueva reunión “hasta que ellos [la UE] no confirmen que están en condiciones” de firmar.
“Cuando ellos estén en condiciones de firmar –que esperemos que sea pronto–, ahí se ajustará la fecha para que podamos firmar. Ojalá, como dicen ellos, en enero; pero nosotros no tomamos en consideración ninguna fecha, porque habíamos tomado en consideración el 20 de diciembre, y el 20 de diciembre, lamentablemente, no se concretó”, dijo el canciller. Señaló que los presidentes del Mercosur, al igual que “buena parte de las sociedades de nuestros países”, tenían la esperanza de que “la delegación llegara y la delegación firmara”. Ahora, reiteró, “sólo cuando sea se establecerá el cuándo”.
En una carta enviada el viernes a Lula da Silva –que traspasó la presidencia pro tempore del bloque al paraguayo Santiago Peña–, publicada por el Mercosur, los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y António Costa, expresaron su “firme compromiso de proceder a la firma del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur y el Acuerdo Comercial Interino a principios de enero, en una fecha que se acordará entre nuestras respectivas partes”. “Confiamos en que la rápida conclusión de este proceso pondrá de relieve nuestra determinación común y proporcionará claridad y tranquilidad a todas las partes interesadas”, afirmaron.
El actor determinante en la postergación de la firma fue Italia, que entiende que podría ser perjudicada en la distribución de fondos para la agricultura a la interna de su bloque, según explicó el mandatario brasileño, a quien la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, le aseguró que, “si tenemos paciencia una semana, diez días o un mes, Italia estará con el acuerdo”.
“Se confirma el Mercosur al máximo nivel, sin ninguna señal de retirada”
Además de la fallida firma del acuerdo, Lubetkin señaló que otro de los objetivos de la cumbre era abordar “el estado de situación del Mercosur”. El canciller destacó especialmente la asistencia de todos los presidentes del Mercosur en el encuentro, dado que en la cumbre anterior, en Buenos Aires, “hubo mucha especulación [sobre] si los cambios electorales determinarían un enlentecimiento o que a algunos de los países no les interesaría más estar, o que podrían tener otros planes estratégicos”, en referencia a Argentina.
“La primera cosa importante es que, efectivamente, se confirma el Mercosur al máximo nivel, sin ninguna señal de retirada, sino al contrario, de reconfirmación”, señaló. Lubetkin sostuvo que, más allá de los matices –“en algunos casos, fuertes pero jamás de enfrentamiento”–, hubo “una sensación de que vamos todos en la misma dirección –muy en lo general– sobre los grandes temas”. Aseguró que, en cuanto a la discusión temática, hubo “mucha confluencia”, tanto en las reuniones de cancilleres como en la discusión del documento final y en las declaraciones de los presidentes.
En esa línea de reforzamiento del bloque, el canciller se refirió a los planteos de modernización para adecuarse al nuevo escenario comercial, que ya ha llevado a los socios del bloque a negociar tratados de libre comercio bilaterales, como Uruguay con el Acuerdo Transpacífico y Argentina con Estados Unidos. Durante su discurso, Orsi hizo hincapié en que la modernización del Mercosur resulta “no sólo oportuna, sino también claramente necesaria para poder repotenciarlo”.
“Para que el Mercosur se refuerce, tiene que ser modernizado, repotenciado; tenemos que llevar una reflexión mayor, en función de que el escenario comercial cambió sustancialmente. Las reglas o los acuerdos que había en el Mercosur de hace 10, 15, 20 años, lamentablemente, tienen que ser reflexionados, porque si nosotros decimos que el mundo cambió, que el escenario comercial cambió, no podemos pensar que el Mercosur se puede mantener en los mismos parámetros”, expresó el canciller.
En la declaración final, los países del bloque destacaron la firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, así como los avances en las negociaciones por un acuerdo de asociación económica integral con Emiratos Árabes Unidos, la reanudación de la negociación con Canadá y El Salvador, y “los diálogos exploratorios con Panamá y República Dominicana”. Al respecto, Lubetkin afirmó que, aunque “sería muy importante” firmar con la UE, “la posición del Mercosur es no esperar a nadie”.
Orsi mantuvo una reunión bilateral con Lula da Silva
Tras la sesión plenaria de la cumbre, el presidente Yamandú Orsi mantuvo una reunión bilateral con su par brasileño. Lula da Silva estuvo acompañado por su ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, y su ministro de Finanzas, Fernando Haddad; y Orsi, por el canciller Lubetkin.
Según informó Presidencia, los presidentes repasaron los principales temas logísticos, comerciales y de desarrollo de la agenda común entre Uruguay y Brasil. Al mismo tiempo, “evaluaron en forma muy positiva” el estado de las relaciones diplomáticas y dejaron abierta la posibilidad de concretar nuevos encuentros entre integrantes de ambos gobiernos en 2026.
“Hay que ver lo de Venezuela en su dimensión completa, con todo el tensionamiento del Caribe”
La situación de Venezuela y la presencia militar de Estados Unidos fue otro de los temas ineludibles para los presidentes en sus pronunciamientos. “Hay quienes ponían tonos más duros, hay quienes ponían tonos menos duros”, dijo Lubetkin, para quien no llegó a ser un tema de disentimiento ni un “enfrentamiento Venezuela sí, Venezuela no”, como en otros momentos históricos.
Lula da Silva sostuvo que Estados Unidos está “poniendo a prueba los límites del derecho internacional”, y consideró que “una intervención armada en Venezuela sería una catástrofe humanitaria para el hemisferio y un peligroso precedente para el mundo”. Por el contrario, el presidente Javier Milei saludó en su discurso “la presión de Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo venezolano”. “El tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado”, dijo, e instó a “todos los demás integrantes del bloque a secundar esta posición y condenar tajantemente a este experimento autoritario”.
En la declaración de la cumbre, finalmente, no se llegó a un acuerdo y no se incluyó un pronunciamiento al respecto. En un comunicado conjunto de Argentina, Paraguay, Bolivia y Panamá –este último, Estado asociado– pidieron que se restablezca, “por medios pacíficos”, el “orden democrático y del respeto irrestricto a los derechos humanos en Venezuela”, expresaron “su profunda preocupación por la grave crisis migratoria, humanitaria y social” en ese país y exhortaron “a las autoridades venezolanas a cumplir con los estándares internacionales en la materia, a liberar de inmediato y a garantizar el debido proceso legal, así como la integridad física, de todos los ciudadanos privados arbitrariamente de su libertad”.
El canciller sostuvo que Uruguay no firmó esta declaración “simplemente porque nosotros consideramos que hoy hay que ver lo de Venezuela en su dimensión completa, con todo el tensionamiento del Caribe”. “Nosotros nos pronunciamos contra la falta de democracia, el no reconocimiento de los resultados electorales y la búsqueda de una solución”, señaló; pero “no se puede hablar solamente de la falta de democracia, sino que debemos afrontar también los peligros que puede generar un escenario que afecte la soberanía y genere inestabilidad”. En su discurso, Orsi abogó por “la restauración pacífica del orden institucional y democrático en Venezuela”.
Reactivación del grupo Urupabol
En el marco de la cumbre, Lubetkin se reunió con sus pares de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, y de Bolivia, Fernando Aramayo, para analizar la reactivación del grupo Urupabol, integrado por los tres países. El mecanismo, conformado en 1963 –casi 30 años antes que el Mercosur–, no se activaba desde hace más de una década.
Lubetkin señaló que los tres países tienen “dimensiones parecidas y posibilidades de ritmos parecidos”, y que la reactivación del grupo “tiene un valor, porque nos puede permitir dar dimensiones medias a temas de desarrollo del Mercosur con algunos de los países que, en forma permanente o asociada hacia la permanencia, como es el caso de Bolivia, están integrando este proceso”.
Consultado sobre posibles líneas de trabajo, el canciller sostuvo que se analizaron algunas, pero muy genéricamente. Mencionó el aspecto del transporte, en particular, la hidrovía Paraguay-Paraná y el “aumento del escenario comercial” vinculado a esa conexión.
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