El gobierno extendió la emergencia agropecuaria hasta el 31 de marzo para el sector hortifrutícola, que se vio golpeado por las tormentas de las últimas semanas, especialmente, en el norte del país. Por lo tanto, tras casi un año y tres meses ininterrumpidos, el domingo pasado se dio de baja la emergencia a los rubros de ganadería, lechería, agricultura, apicultura, avicultura y forestación.
De todos modos, se acordó que continúe para los productores rurales de esos sectores el Sistema Nacional de Garantías Agropecuario (SIGA), que es una herramienta a disposición de las pequeñas y medianas empresas para “facilitar que estas accedan a financiamiento, garantizando los créditos de las empresas que lo necesiten”. El sistema de garantías siempre estuvo “atado” a la declaración de emergencia agropecuaria.
En la zona granjera del sur todavía persiste un déficit hídrico dado que los pozos no se han recuperado en su caudal. El director de Granja, Nicolás Chiesa, explicó que “las reservas de agua hasta el día de hoy no se han completado”, por lo que “se entendió razonable para este rubro postergarlo por 90 días más”.
Por su parte, Luis María Carresse, director de Descentralización del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), señaló que en una mesa de desarrollo rural que se realizó en Canelones, junto a actores de la Universidad de la República, hicieron un racconto de las medidas aplicadas y una evaluación por parte de los que las usufructuaron.
Según Carresse, los productores rurales valoraron positivamente las medidas y manifestaron que eran suficientes. No obstante, manifestaron que en algunos casos “pudieron ser lentas”, pero que eso “responde un poco a la gran cantidad de burocracia que se genera a nivel departamental y estatal”.
La razón para seguir apoyando al sector hortifrutícola es por el “gran golpe” que recibió en el norte por vientos y lluvias en exceso. En tanto, a nivel del sureste –Canelones, Florida y Lavalleja, entre otros–, el sector enfrenta déficit hídrico. En lo que va del año, van entre 600 y 700 milímetros de agua, que se suma a la seca continuada en tres años, por lo cual el acumulado ha llevado “a que falte prácticamente más de un año y medio de lluvia, desde el 2019”, señaló Carrese.
Perspectivas
Al ser consultado sobre la situación de los otros sectores, Carresse expresó que “afortunadamente” la agricultura pasa por un “buen momento”, dado que hay “cifras récord” de producción de trigo, con maíces que ya florecen, y en un “gran” estado vegetativo y productivo. “Lo mismo ocurre con la soja, que se vislumbra una exitosa cosecha”, agregó.
Mientras tanto, en el caso del ganado, “si bien los indicadores de partos en algunos lugares han sido irreversibles, se ve una condición corporal distinta”. En eso coincidieron los 19 directores departamentales, como también en la disponibilidad de pasto y de agua en suelo. La forestación, en tanto, también pasa por un “buen momento”.
En cuanto a lo productivo, el jerarca expresó que tienen “muchísimas esperanzas de que se pueda revertir el gran agujero que quedó con la cosecha del 2023 en cuanto al verano”, e incluso estimó que puede haber un incremento de las exportaciones.
Además, cree que se empieza a ver una “ventana positiva” con respecto al mercado del sorgo, con el que se abrió una “interesante oportunidad con China, y que año a año va a generar mejores y buenos resultados en campos que de repente no tienen esa cultura del maíz”. Vaticinó que en 2024 se estima que la zafra sea más parecida a la de 2022 que a la de 2023.
Comisión de Fomento Rural: los “mecanismos de ayuda escasos” para productores familiares y ganaderos
Fernando López, integrante de la Comisión de Fomento Rural, reconoció en diálogo con la diaria las medidas implementadas por el MGAP y valoró positivamente la extensión de la emergencia agropecuaria el rubro hortifrutícola, ya que se mantienen las “secuelas económicas” de la sequía y existen “zonas afectadas” por los recientes “fenómenos climáticos”.
Sin embargo, consideró que las medidas iniciales que se implementaron para muchos productores familiares deberían haberse complementado posteriormente. “Hay productores que tomaron un crédito, algún alivio tributario, pero los vencimientos empezaban a caer y el productor tenía problemas de desfinanciamiento para empezar una nueva zafra”, ejemplificó.
Agregó que sobre todo a nivel de producción familiar y en el caso de la ganadería en particular, “los mecanismos de ayuda fueron bastante escasos, salvo un poco de ración y fardos, que no a todos les llegó”.