Aunque el gobierno de Lacalle Sr fue claramente derrotado en el plebiscito de 1992 y muchas de las privatizaciones de empresas públicas que había planeado no llegaron a concretarse, sí tuvo cierto éxito la idea de que en algunos casos era mejor que el Estado se retirara de la gestión de servicios. Nacía así, a equidistancia del neoliberalismo duro y el estatismo inercial, el consenso criollo sobre la conveniencia de las tercerizaciones, que permitían abaratar costos, alivianar trámites y flexibilizar las relaciones laborales sin alterar el estatus jurídico de entes y empresas estatales.

La cesión a empresas privadas de tareas antes cumplidas por funcionarios públicos se extendió por diversas dependencias estatales (los servicios de limpieza y vigilancia son solo los más visibles) y también se extendió por el espectro político, alcanzando a parte de la izquierda.

Uno de los hitos de la adopción del “consenso tercerizador” por parte de la izquierda fue la concesión de la limpieza de la zona céntrica de Montevideo en las administraciones frenteamplistas. Por eso tiene importancia simbólica que la intendencia de ese departamento haya decidido no renovar la concesión a una subsidiaria de la empresa Teyma, como se anunció el lunes.

¿Implica esto una remunicipalización? No para el gremio de empleados de la Intendencia de Montevideo, Adeom, que reclama que el gobierno departamental asuma directamente la limpieza en el Municipio B en lugar de hacerlo a través de un fideicomiso, como parece plantearse.

De todos modos, Adeom saludó la iniciativa porque se acerca a sus reclamos históricos, y en el mismo sentido se manifestó la comunista Ana Olivera, exintendenta de Montevideo.

En todo caso, la apuesta de la intendenta, Carolina Cosse, será observada con mucha atención desde diversos ángulos, [incluido, por supuesto, el de la población afectada por esta movida].

Otras noticias y algunas recomendaciones