Dos acontecimientos internacionales vienen concitando atención intensa, no sólo por su impacto diario, sino porque seguramente trazarán rumbos para los próximos años.

Por un lado, la asimétrica guerra en los territorios de Israel y Palestina moviliza alineamientos en buena parte del planeta. En una escalada de horrores, a la conmoción inicial del ataque a civiles israelíes, el martes le siguió el inhumano bombardeo a un hospital palestino.

El esfuerzo de las Naciones Unidas se concentró en posibilitar la ayuda humanitaria a la zona palestina de Gaza, donde el acceso a agua, electricidad y medicamentos ya era controlado por Israel desde antes de esta escalada bélica. El próximo paso de Israel es invadir el territorio palestino dominado por el movimiento Hamas, según las autoridades del Ministerio de Defensa.

En la noche del jueves, tras visitar Israel, el presidente estadounidense Joe Biden emitió un mensaje televisado en el que comparó las acciones de Hamas con las de Vladimir Putin, y solicitó al Congreso la aprobación de partidas extra para auxiliar militarmente a Israel y a Ucrania.

Por otra parte, este domingo hay elecciones presidenciales en Argentina. Entre el miércoles y el jueves los candidatos hicieron sus actos de cierre de campaña y, de acuerdo a la mayoría de los sondeos, habría una segunda vuelta entre Javier Milei y Sergio Massa.

Este último, como actual ministro de Economía, tiene como principal desafío generar confianza en la recuperación del país en un contexto de creciente pobreza y disminución del poder adquisitivo. Su contrincante llega con planes para la economía poco ortodoxos, que además de la dolarización incluyen la liberalización de muchos servicios públicos. No sólo en este aspecto Milei causa alarma dentro y fuera de Argentina, sino también en el campo de los derechos humanos, tanto por la visión de su agrupación de la última dictadura, sino por sus políticas respecto de las mujeres y las minorías.

Históricamente, lo que ocurre en Argentina afecta fuertemente a nuestro país y, en ese sentido, los desajustes en la economía uruguaya que viene produciendo la depreciación de la moneda argentina son solamente un capítulo reciente de una serie que lleva siglos. Ese, sin embargo, es sólo un aspecto de lo que está en juego, tanto en Argentina como en Uruguay, en la elección del domingo.

También pasó en estos días

Para leer con tiempo