El 24 de febrero de 2022, tropas y tanques de Rusia cruzaron desde diversos puntos la frontera con Ucrania. Se pensó que los combates durarían pocos días, pero la “operación especial”, como la llamaban los medios oficiales rusos, se transformó en una guerra que el viernes pasado cumplió un año, y nadie tiene claro cuándo –ni cómo– va a terminar. Millones de desplazados, mas cientos de miles de muertos y heridos, y un agravamiento de las distorsiones económicas globales son algunas de las consecuencias del conflicto.

Es claro que Ucrania no habría resistido tanto tiempo sin la ayuda logística de buena parte de los países de Europa y de Estados Unidos. El presidente de este país, Joe Biden, visitó sorpresivamente Kiev el domingo de la semana pasada, en una clara señal de apoyo al gobierno de Volodímir Zelenski.

Días después, el mandatario ruso, Vladimir Putin, se dirigió al parlamento de su país y anunció el retiro momentáneo de los tratados que limitan el testeo de armamento nuclear.

El viernes, el servicio exterior de China dio a conocer un plan de paz que, aunque no es muy específico, sí es claro en la inadmisibilidad del uso de armas nucleares.

Zelenski, por su parte, habló del plan de paz chino y citó una encuesta que indica que hay un 95% de confianza en la victoria entre la población ucraniana.

En este panorama, parece fundamental definir qué entiende por “victoria” cada bando implicado.

Con motivo del aniversario, publicamos dos análisis para entender el conflicto:

Alivio o relajamiento

Una muestra de que entramos en “estado preelectoral” (por parafrasear aquello del “estado de prevacunación”) son las discusiones en torno al desempeño económico del gobierno y el anuncio de bajas en impuestos a retribuciones personales

Sequía 2023 y cambio climático

El caso Leal

Un juego para el final

Les propongo adivinar cuál de estos titulares salió en la sección Educación y cuál en la de Humor:

  1. “Autoridades de la educación están descargando los programas de secundaria de El Rincón del Vago”.

  2. “Docentes alertan que en el programa de Literatura de noveno grado la mayoría de los recursos web están desacreditados o no funcionan”.