Hace exactamente dos años (bueno, dos años y monedas), James Gunn anunció una docena de proyectos con los que arrancaría el nuevo Universo DC (DCU) del cine y la televisión, tres meses después de que Peter Safran y él fueran designados copresidentes de unos renovados DC Studios. La idea no necesariamente era aprender del éxito de Marvel, pero sí de los fracasos anteriores de DC, y empezar a armar un nuevo universo compartido, mejor planificado que el anterior. No se precisaba mucho.
Hace dos años y monedas, cuando todavía quedaban por estrenarse cuatro películas de la vieja continuidad que prefiero no nombrar, Gunn se plantó frente a una cámara y bautizó la primera tanda de historias como “Dioses y monstruos”. Desde entonces se ha avanzado un montón con la película de Superman, que se estrena este año, con la de Supergirl y con una serie de televisión de Linterna Verde. Todas están en diversas etapas de producción, pero lo único que se ha estrenado de este nuevo DCU es una serie de televisión, una serie animada, en la que los protagonistas son una banda de monstruos.
Gunn llegó a DC porque, por un tiempito, fue despedido de Marvel debido a unos tuits viejos con humor de pésimo gusto. Y en ese tiempito se despachó con una de las películas de superhéroes más entretenidas de los últimos... ¿cuántos años hace desde que se inventó el cine? El escuadrón suicida tomó la probada idea de los cómics de un grupo de villanos que cumplen misiones casi imposibles a cambio de que les reduzcan su condena, y se despachó con una historia tan colorida como violenta, que le pega a la política exterior de Estados Unidos, pone en la gran pantalla a uno de los villanos más conocidos (y ridículos) de DC, y hasta logra que su personaje más despreciable protagonice una serie de televisión y se redima por completo. Peacemaker, aprendimos a quererte.
Comando de criaturas (Creature Commandos en el original) es una serie de siete episodios disponible en Max, escrita exclusivamente por Gunn. Además de su copresidencia, el hombre ha demostrado querer estar con las manos en la masa (escribió y dirigió la de Superman que llega en breve). Y la paternidad de la obra se hace evidente para cualquiera que haya visto El escuadrón suicida, ya que básicamente toma esa idea y cambia a los villanos con distintos poderes por monstruos con distintas capacidades.
Esto tiene una sencilla razón dentro de la historia: la Fuerza Especial X, nombre oficial del escuadrón, fue descubierta por los que cortan el bacalao, que decretaron que no se puede usar a personas para esas misiones. Amanda Waller, la despiadada mujer a cargo, aprovechó el vericueto legal y reclutó a seres que, técnicamente, no son personas, y los juntó para una misión igual de jodida que las anteriores.
El equipo incluye a la Novia (la novia de Frankenstein), el radiactivo Doctor Fósforo, una mutante acuática llamada Nina Mazursky, un robot de la Segunda Guerra Mundial llamado GI Robot, y Weasel, la comadreja que había aparecido (y aparentemente fenecido) en la película citada varias veces hasta ahora. Con el liderazgo del padre de quien lideró a los villanos, y el monstruo de Frankenstein pisándoles los talones, viajarán hasta un país ficticio a detener una amenaza superpoderosa.
Una aclaración: como habrán visto, hay personajes que regresan. Pero entonces ¿es un universo completamente nuevo o no? Gunn dice que algunas poquitas cosas permanecen. Lo importante es no preocuparse por eso e ir preparándose para el estreno de Superman.
La serie tiene todos los elementos que podemos esperar en una historia de este tipo escrita por Gunn, y eso hace que casi carezca de sorpresas. Hay tiempo para diálogos pop, muchas muertes violentas (entre ellas las de un montón de nazis, algo que nunca está de más) y tiempo para conocer el pasado de cada una de las criaturas. De a 20 minutos por semana podría dejar gusto a poco, pero en maratón seguro se disfruta mejor.
Si bien tiene momentos complejos, un par de escenas que humedecen los ojos, y nazis muertos (¿mencioné los nazis muertos?), no llega al nivel de El escuadrón suicida, quizás porque aquel tenía mejores personajes y una historia más ajustada. Pero sirve para pasar un buen rato y para ir recogiendo pistas de cómo será el DCU que se nos viene. Por ejemplo: es un universo repleto de seres con poderes. Y eso seguramente haga que se cuenten historias muy distintas a las de la competencia. El ganador lo decidirá la mano invisible de la taquilla, aunque mi corazoncito siempre va a estar de este lado de la grieta dimensional.
Comando de criaturas. Siete episodios de 20 minutos, en Max.